DESARROLLO INTEGRAL, INTERCULTURAL Y SOSTENIBLE DE LOS
PUEBLOS INDÍGENAS Y AFROMEXICANOS
El México que estamos construyendo se sustenta en la justicia social, la dignidad humana y el reconocimiento pleno de nuestras raíces. La visión de gobierno que respaldamos se orienta firmemente al Desarrollo Integral, Intercultural y Sostenible de los Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas.
Durante siglos, quienes guardan la memoria viva de la nación han enfrentado desigualdad, exclusión y discriminación. Hoy, esa deuda histórica no solo se reconoce, sino que se atiende mediante acciones y recursos concretos, transformando la voluntad política en resultados tangibles.
El Anexo 10 de los presupuestos transversales del Presupuesto de Egresos 2026 representa una herramienta estratégica para garantizar derechos, fortalecer autonomías y cerrar brechas territoriales, económicas y culturales.
Se impulsa la infraestructura comunitaria con financiamiento directo a las comunidades para obras prioritarias, se consolidan programas sociales con perspectiva afirmativa, se fortalecen proyectos productivos y de soberanía alimentaria, y se garantiza el derecho a la educación mediante apoyos integrales para niñas, niños y jóvenes indígenas y afromexicanos.
Este presupuesto apuesta por una política transformadora que reconoce a los pueblos originarios y afrodescendientes como sujetos de derecho público, con plena autonomía, libre determinación y capacidad de gestión comunitaria.
El Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2026 contempla 234 mil 782 millones 500 mil pesos para el Anexo 10, cifra superior en términos reales respecto a 2025.
Destacan incrementos fundamentales en educación, salud, bienestar, infraestructura social, medio ambiente y cultura, lo que confirma una visión de desarrollo que pone al centro la justicia territorial y el respeto a la diversidad cultural de México.
Se trata de un esfuerzo histórico para garantizar que nadie quede atrás y que nadie quede fuera. Nuestro compromiso es que las comunidades indígenas y afromexicanas no solo sean beneficiarias de programas y acciones públicas, sino protagonistas de su propio desarrollo y del porvenir de la nación.
En esta Cuarta Transformación, la voz de los pueblos originarios no solo se escucha: se respeta, se acompaña y se fortalece.