“2025, Año de la Mujer Indígena”
LXVI Legislatura. “Soberanía y Justicia Social”
Boletín No. 2783
• Diputada López Rabadán afirma que México es un país de paz, pero también de honor
La presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Kenia López Rabadán, emitió un pronunciamiento con motivo de la efeméride sobre la histórica participación de la Fuerza Aérea Mexicana en la Segunda Guerra Mundial.
Destacó que México es, por vocación y por convicción histórica, una nación que ha elegido la paz como camino. La Constitución lo establece con claridad y la política exterior mexicana se rige por la solución pacífica de las controversias, la no intervención, la cooperación para el desarrollo y la defensa de los derechos humanos.
Esa --añadió-- ha sido y sigue siendo la brújula frente al mundo, pero México también ha demostrado que sabe defender su soberanía y su dignidad cuando estas son amenazadas, y así ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial, cuando buques petroleros mexicanos fueron atacados injustamente por las potencias del eje.
Relató que, frente a esa agresión, el Estado mexicano actuó con responsabilidad y firmeza a propuesta del presidente Manuel Ávila Camacho.
Además, el Congreso mexicano declaró el estado de guerra, honrando el deber de proteger a la nación mexicana. De esa determinación nació la participación del Escuadrón 201, integrado por pilotos y personal técnico de élite de la Fuerza Aérea Mexicana.
López Rabadán mencionó que, tras ese riguroso entrenamiento, “nuestras Águilas Aztecas se incorporaron en 1945 a las operaciones aliadas en el Pacífico Sur, colaborando con el Ejército y la Fuerza Aérea de los Estados Unidos para liberar Filipinas y diversas islas estratégicas”.
El Escuadrón 201 --recordó-- no fue un símbolo, fue una fuerza real de combate. Cumplió 96 misiones, muchas de ellas de altísimo riesgo, mostrando disciplina, destreza y un profundo amor por México.
Hizo mención que su actuación en operaciones en las “Islas de Luzón y Formosa” les ganó el respeto de sus aliados y la gratitud de los pueblos que ayudaron a liberar.
Precisó que ese valor tuvo un costo, ya que, en el cumplimiento del deber, “perdimos a mexicanos ejemplares: el capitán Pablo Luis Rivas, los tenientes José Espinosa Fuente y Héctor Espinosa Galván, y los subtenientes Fausto Vega Santander y Mario Fernando López Portillo”.
La diputada expuso que su sacrificio permanece como un recordatorio de lo que significa servir a la patria con absoluta entrega. Además, el 18 de noviembre de 1945, al regresar a México el Escuadrón 201 fue recibido con orgullo nacional y no solo regresaban los héroes de una guerra, regresaba una generación de mexicanos que llevó nuestros principios al terreno más difícil, el de la defensa internacional y de la libertad y la paz.
Subrayó que “hoy, al conmemorar su legado, reafirmamos que México es un país de paz, pero también es un país de honor. Recordar al Escuadrón 201 es recordar que la defensa de nuestros valores no es retórica, es un compromiso que exige valor, disciplina y un profundo sentido de responsabilidad”.
Expresó que las Águilas Aztecas, “nos recuerdan que la paz se construye todos los días y que México, desde sus instituciones civiles y militares, tiene una vocación clara, contribuir siempre a un mundo más seguro, más justo y más humano”.
Por su memoria, “esta Cámara de Diputados rinde respeto y gratitud permanente a sus 80 años de participación. Esta Cámara de Diputados les dice a nuestros héroes: muchas gracias”, finalizó.
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“2025, Año de la Mujer Indígena”
LXVI Legislatura. “Soberanía y Justicia Social”
Palacio Legislativo de San Lázaro, a 19 de noviembre de 2025
KENIA LÓPEZ RABADÁN
Presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados
Pronunciamiento con motivo de la efeméride sobre la participación de la Fuerza Aérea Mexicana en la Segunda Guerra Mundial, en el Palacio Legislativo de San Lázaro.
Con motivo de la histórica participación de la Fuerza Aérea Mexicana en la Segunda Guerra Mundial, emitimos el siguiente mensaje.
Honorable Asamblea, México es, por vocación y por convicción histórica, una nación que ha elegido la paz como camino. Nuestra Constitución lo establece con claridad.
La política exterior mexicana se rige por la solución pacífica de las controversias, la no intervención, la cooperación para el desarrollo y la defensa de los derechos humanos. Esa ha sido y sigue siendo nuestra brújula frente al mundo.
Pero México también ha demostrado que sabe defender su soberanía y su dignidad cuando estas son amenazadas.
Así ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial, cuando buques petroleros mexicanos fueron atacados injustamente por las potencias del Eje. Frente a esa agresión, el Estado mexicano actuó con responsabilidad y firmeza a propuesta del presidente Manuel Ávila Camacho.
Este Congreso mexicano declaró el estado de guerra, honrando el deber de proteger a la nación mexicana. De esa determinación nació la participación del Escuadrón 201, integrado por pilotos y personal técnico de élite de la Fuerza Aérea Mexicana.
Tras este riguroso entrenamiento, nuestras Águilas Aztecas se incorporaron en 1945 a las operaciones aliadas en el Pacífico Sur, colaborando con el Ejército y la Fuerza Aérea de los Estados Unidos para liberar Filipinas y diversas islas estratégicas.
El Escuadrón 201 no fue un símbolo, fue una fuerza real de combate. Cumplió 96 misiones, muchas de ellas de altísimo riesgo, mostrando disciplina, destreza y un profundo amor por México.
Su actuación en operaciones en las Islas de Luzón y Formosa les ganó el respeto de sus aliados y la gratitud de los pueblos que ayudaron a liberar.
Ese valor tuvo un costo. En el cumplimiento del deber, perdimos a mexicanos ejemplares, el Capitán Pablo Luis Rivas, los tenientes José Espinosa Fuente y Héctor Espinosa Galván, y los subtenientes Fausto Vega Santander y Mario Fernando López Portillo.
Su sacrificio permanece como un recordatorio de lo que significa servir a la patria con absoluta entrega.
El 18 de noviembre de 1945, al regresar a México el Escuadrón 201 fue recibido con orgullo nacional y no sólo regresaban los héroes de una guerra, regresaba una generación de mexicanos que llevó nuestros principios al terreno más difícil, el de la defensa internacional y de la libertad y la paz.
Hoy, al conmemorar su legado, reafirmamos que México es un país de paz, pero también es un país de honor.
Recordar al Escuadrón 201 es recordar que la defensa de nuestros valores no es retórica, es un compromiso que exige valor, disciplina y un profundo sentido de responsabilidad.
Las águilas aztecas nos recuerdan que la paz se construye todos los días y que México, desde sus instituciones civiles y militares, tiene una vocación clara, contribuir siempre a un mundo más seguro, más justo y más humano.
Por su memoria, esta Cámara de Diputados rinde respeto y gratitud permanente a sus 80 años de participación.
Esta Cámara de Diputados le dice a nuestros héroes, muchas gracias.
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