Presentan en San Lázaro el libro “Violencia política contra las mujeres por razón de género en la justicia electoral”


Boletín No. 5412


• La diputada Marcela Guerra, presidenta de la Cámara de Diputados, afirma que la transición democrática del país está inacabada, ya que queda pendiente completar la democracia paritaria


• Violencia política contra las mujeres, un tema presente que entre todas y todos tenemos que combatir: Romero Herrera


• El texto es una compilación de 19 casos emblemáticos de discriminación política y las resoluciones del TEPJF


Integrantes de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados y Junta de Coordinación Política llevaron a cabo la presentación del libro “Violencia política contra las mujeres por razón de género en la justicia electoral”, coordinado por integrantes del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que compila 19 casos emblemáticos de discriminación política y las resoluciones tomadas por el órgano electoral.


Al iniciar la presentación, la presidenta de la Mesa Directiva, diputada Marcela Guerra Castillo, aseveró que la transición democrática del país está inacabada, ya que queda pendiente completar y complementar la democracia paritaria. 

“Uno de los problemas que tenemos consiste en que nuestra transición se enfocó sólo en lo electoral, poco se ocupó del régimen de gobierno y, de plano, se olvidó de la paridad de género”, externó la diputada presidenta en el evento realizado en el Palacio Legislativo de San Lázaro.

“Nuestra ruta es y debe ser completar una transición que consolide las reformas electorales, que afirme el carácter de ejercicio democrático de nuestro sistema de gobierno y construya una democracia paritaria en todo y definitiva”, puntualizó.

Guerra Castillo enfatizó que la democracia paritaria no sólo comprende lo electoral, “también implica la incorporación de pautas, conductas políticas, visión de Estado, formación de una cultura y el impulso de prácticas efectivas a favor de la paridad y en contra de la violencia de género”.

Asimismo, dijo que este trabajo editorial nos recuerda que tenemos una agenda pendiente que hacer; “debemos construir un régimen democrático sólido en el que tengamos una robusta democracia electoral, un régimen democrático de gobierno consolidado y una democracia paritaria que nos integre como una sociedad de libertades, justa, inclusiva, de la diversidad y, por eso mismo, profundamente una sociedad democrática”.

Por su parte, el presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), diputado Jorge Romero Herrera, resaltó que este texto trata uno de los temas más importantes y, “lamentablemente, uno de los temas muy presentes” y delicados, que “entre todas y todos tenemos que combatir”.   

Destacó que este evento permite visibilizar “un fenómeno que es verdaderamente lamentable, pero que existe”. Afirmó que “venimos de un esquema en donde por el simple hecho de ser mujer se crea que se le puede ofender o se le puede violentar, y eso es algo tan retrógrada y tan medieval que, por supuesto, ya está prohibido en la ley, y también ya está contemplado en la ley electoral, que es la esencia misma del libro”. 

Por ello, se pronunció por seguir avanzando en ser un país con una visión de igualdad sustantiva y paridad de género. Destacó que es un avance sustantivo que las Mesas Directivas de la Cámara de Diputadas y del Senado de la República sean encabezadas prácticamente sólo por compañeras mujeres. 

Pronunciamientos de diputadas

Al moderar la presentación de la obra, la vicepresidenta de la Mesa Directiva, diputada Joanna Alejandra Felipe Torres (PAN), reconoció al TEPJF por ser un referente de protección de los derechos político-electorales a nivel internacional y nacional, en especial por esta compilación que enseña más sobre violencia política en razón de género que, sobre todo, ayuda a defendernos y buscar la justicia.

“Una vez más demostramos que en la lucha contra la violencia política de género no hay colores partidistas, tampoco hay ideologías y en nuestra unión siempre estará nuestra fuerza”, señaló al destacar la importancia de conocer los precedentes jurídicos que han dado paso a la legislación que hoy existe en torno a este tema.

A su vez, Amalia García Medina, diputada de MC, refirió que este libro relata las diferentes sentencias que ha votado el TEPJF en torno a la violencia política de género, por lo que las mujeres hemos ido modificando el lenguaje jurídico del país y del mundo al construir una nueva tipificación que visibiliza las resistencias, los obstáculos y elementos de discriminación. 

“Requerimos una nueva visión para enfrentar esta discriminación y violencias. Los partidos políticos también son ámbitos en los cuales se ejerce violencia contra las mujeres. Los retos son formidables todavía”. Consideró que la discriminación histórica se sufre más en los municipios, donde las amenazas llegan al feminicidio y se manifestó por que no haya impunidad cuando exista dicha violencia. 

La diputada del PRI, Blanca Alcalá Ruiz, vicepresidenta de la Mesa Directiva, sostuvo que la violencia política de género es un tema de gran relevancia que presenta enormes desafíos al estar vigente, persistir y transgredir los derechos políticos de las mujeres, mediante campañas abusivas y estrategias agresivas, engañosas y manipuladoras que debilitan la democracia y son hostiles para las políticas, sus familias y entornos, además de que no respeta partidos políticos ni posición en las esferas de gobiernos locales, que son menos visibles. 

Apuntó que las amenazas contra mujeres han propiciado la pérdida de su vida, por lo que ante “la responsabilidad que tenemos es que no podemos bajar la guardia, necesitamos la alianza de las autoridades electorales y una pedagogía del ejercicio del poder que tenemos las mujeres, para erradicar la cultura existente y haya una nueva perspectiva, porque llegamos para quedarnos. Tenemos que hacer posible y visible que las mujeres en México sabemos gobernar para hacer la diferencia en un ejercicio democrático y de libertad, en donde los derechos humanos y la paz sean parte de nuestras premisas”.

La presidenta de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables, diputada Gabriela Sodi (PRD) advirtió que denunciar en México violencia política en razón de género es vivir bajo una amenaza constante, hay miedo de participar porque es arriesgar nuestra vida y a toda nuestra familia, en particular a nuestros hijos. “Son actos de muerte disfrazados de cultura nacional, necesitamos la protección para nuestras familias e hijos”.

El proceso electoral 2020-21 fue el más violento en el país en contra de las mujeres, porque 21 candidatas fueron asesinadas en tan solo tres meses. Además, en redes sociales se detectaron lenguajes sexistas, invisibilización de las propuestas, comentarios sobre su apariencia física y se subestimó su labor para ocupar un cargo público, señaló.

Del PAN, la diputada Mariana Gómez del Campo afirmó: “Tenemos que seguir alzando la voz a favor de las mujeres e impulsar toda la legislación necesaria para defender sus derechos político-electorales. Tenemos que defender esta agenda a favor de las mujeres con la participación de los hombres”. Llamó a cerrar filas entre todas y empoderarse, así como fortalecer los colectivos femeninos. Tenemos que defender nuestros espacios.

Dijo que la violencia política se registra no sólo en el ámbito local, sino también es intrapartidista. El proceso electoral 2000-2021, considerado el más grande de la historia fue el más violento, al superar el de 2018. ¿Qué va a pasar en el 2024? Estamos en riesgo de tener el proceso electoral más violento de la historia en contra de las mujeres. Necesitamos defender nuestras posiciones porque si no levantamos la voz por otras mujeres ¿quién va a levantar la voz? Y que los partidos postulen cinco mujeres de nueve a las gobernaturas.

Cometarios sobre el texto 

Patricia Olamendi Torres, cofundadora de Mujeres en Plural, resaltó que la violencia política contra las mujeres en razón de género es aquella que menoscaba o anula el goce de los derechos humanos y las libertades fundamentales, y se ve afectada, a menudo agravada, por factores culturales, económicos, ideológicos, políticos, religiosos y sociales; “nuestro país es una muestra de ello”. Sostuvo que este libro da cuenta de la urgencia de enfrentar las violencias para asegurar la paridad y es evidente que urge frenar la violencia política.  

La presidenta del Colectivo Nacional 50+1, Claudia Corichi García, enfatizó que se ha luchado ante un rezago histórico que no ha permitido por razones sociales, culturales, antes, incluso, con recovecos legales, “que no pudiéramos ejercer plenamente nuestra participación política”. Comentó que, a través de las sentencias emitidas por el TEPJF, “hemos ido evidenciando la evolución de la justicia electoral por tutelar los principios de igualdad en la participación política en condiciones de equidad, así como de paridad. Mencionó que se estará vigilando que nadie que sea deudor alimentario o violentador llegue al poder.  

Yndira Sandoval Sánchez, politóloga y feminista impulsora de la iniciativa “Tres de Tres”, invitó a los partidos políticos a leer “completito este libro”, y que cumplan la ley y la Constitución, para ser filtros confiables, “no coladeras cómplices de agresores”, y no sigan viendo en la violencia política de género un tema como si fuera el costo para las mujeres, “porque no lo es, no estamos dispuestas a aguantar vara, queremos una democracia paritaria, una democracia libre de violencia y una democracia sin ningún agresor en el poder”.

Autores de la publicación

El magistrado de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Felipe De la Mata Pizaña, autor de la publicación, dijo que la razón de ser del libro tiene que ver con el hecho de que la jurisprudencia en materia electoral sobre la violencia política de género va mucho más delante y rápido de lo que van las reformas electorales. 

Por ello, expresó que las siguientes reformas electorales o de violencia de género deben considerar la justicia en esa materia y de manera transversal, así como el listado de personas sancionadas por violencia política de género y la nulidad de elección por esa causa.

La maestra Roselia Bustillo Marín, secretaria de Estudio y Cuenta del TEPJF, dijo que el libro se escribió con la intención de tener un manual, con un lenguaje ciudadano, para que todas las mujeres puedan tomarlo y, en sus 19 temas, encuentren todas las sentencias que desde 2015 ha emitido este tribunal. 

Indicó que es un recorrido transversal de todos los temas que toca la violencia política de género y “que todas pueden, ahora que estamos en proceso electoral, tener a la mano los criterios emitidos desde el Tribunal. Sostuvo que “la ley ni la jurisprudencia alcanzan, pero tratemos de que en algún momento de la vida llegue a erradicarse”.


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DIPUTADA MARCELA GUERRA CASTILLO 

Presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados 

Discurso emitido al inicio de la presentación del libro “Violencia política contra las mujeres por razón de género en la justicia electoral”, en el Palacio Legislativo de San Lázaro.


Muchas Gracias, muy buenos días a todas y todos.

Celebro esta presentación de este libro “Violencia política contra las mujeres por razón de género en la justicia electoral”.

Y damos la bienvenida, y agradezco la presencia del diputado Jorge Romero, presidente de la Jucopo; del magistrado Felipe de la Mata Pizaña, de la ciudadana Roselia Bustillo Marín, de Fernando Ramírez Barrios y, por supuesto, de todas y de todos, todes los diputados y diputadas que se encuentran con nosotros.

Por supuesto, agradecer a la vicepresidenta Joanna Felipe Torres por esta invitación y, sin duda, también por su manejo en esta mesa. Muchas gracias.

También a mi coordinador Rubén Moreira. Gracias, coordinador, por estar aquí acompañándonos.

Y de nueva cuenta, gracias infinitas, gracias a todos los que nos acompañan para atender este evento.

Resulta claro que la estructura de dominación política que a través del Estado pretende ordenar el desarrollo del país, cuenta e integra, lamentablemente, con el factor de violencia política de género.

Comprender y, sobre todo, combatir ese fenómeno hasta lograr superarlo es tarea primordial de todas y de todos. Por esa razón festino la obra "Violencia política contra las mujeres por razón de género en la justicia electoral”.

Pero debo reconocer el esfuerzo y los resultados que alcanzaron quienes coordinaron esta realización de este libro, 11 colaboradoras y 11 colaboradores que aportaron sus textos, y a todas y todos quienes así han conformado una gran coautoría debo decirles que contribuyen a construir la perspectiva de género que tanto hace falta en el país concretar, al tiempo que aportan también los criterios a fin de hacer uso de nuestra jurisprudencia para acometer la gran tarea que debemos de realizar para erradicar este fenómeno, este problema permanente de la violencia de género.

Por esas razones los felicito y también los reconozco.

Debo de comenzar diciendo que el hecho de que esta Legislatura LXV de la Cámara de Diputados sea identificada con tres cualidades, relevantes todas ellas, como son la paridad, la inclusión y la diversidad, que refiere un proceso largo de luchas —no es un dicho nada más—, son luchas constantes y permanentes esfuerzos para vencer todas las resistencias en la lucha por construir consensos que permiten abrir una nueva etapa para erradicar la violencia política de género.

Por eso la asociación de esta Legislatura con estas tres cualidades representa un punto de arribo y, al mismo tiempo, un nuevo momento para diseñar el futuro que deseamos construir en este país.

En consecuencia, nos encontramos en un vértice que marca el precedente de una actuación tardía sobre la violencia política de género, si consideramos el parteaguas de 1953, hace 70 años, que se reconociera el voto de la mujer, en un contexto donde otros países ya lo habían hecho desde el siglo XIX.

El movimiento sufragista de las mujeres que buscaron lograr que el texto constitucional del 17 tuviera la manifestación expresa de su derecho a votar, y no tuvo éxito en una primera instancia. 

Esa derrota tuvo brutales consecuencias, pues evitó que la innovación de nuestro texto constitucional tuviera una expresión que abriera las fronteras rumbo a la democracia paritaria.

No fue así. Nuestro régimen democrático se encaminó hacia un sendero con claros rasgos autoritarios, desde un presidencialismo que tendió a la exacerbación.

Entonces fue necesario poner en pie una transición democrática que permitiera el traslado de un sistema de partido hegemónico, a otro que fuera plural, competitivo, con alternancia en el poder, como finalmente lo pudimos hacer, lo hicimos posible en condiciones de acuerdo y sin fracturar al sistema político.

Pero a pesar de su éxito en cuanto a las reformas electorales, nuestra transición dejó sin atender dos asuntos de la más alta importancia, y me refiero al régimen de gobierno y al tema de la paridad.

En otras palabras, debo decir que en una concepción plena de nuestro régimen democrático nos conduce, necesariamente, a una visión que abarque los tres ámbitos fundamentales.

El primero tiene que ver con las normas electorales, el segundo se relaciona con el régimen de gobierno, mientras el tercero se refiere a la paridad constitucional.

Uno de los problemas que tenemos consiste en que nuestra transición se enfocó sólo en lo electoral, poco se ocupó del régimen de gobierno y, de plano, se olvidó de la paridad de género.

Conforme a ello, se requiere profundizar el debate sobre nuestro sistema presidencial como eje del régimen de gobierno y, además, de lo relativo a la democracia paritaria.

Nuestra ruta es y debe de ser completar una transición que consolide las reformas electorales, que afirme el carácter de ejercicio democrático de nuestro sistema de gobierno y que construya una democracia paritaria en todo y definitiva.

Si bien hemos avanzado mucho en cuanto a una perspectiva de género en lo electoral y en la justicia electoral también, pero está pendiente completar y complementar esa visión en el horizonte de la democracia paritaria.

En efecto, la democracia paritaria no sólo comprende lo electoral, no es sólo eso, también implica la incorporación de pautas, conductas políticas, de visión de Estado, de formación de una cultura y un impulso a prácticas efectivas a favor de la paridad y en contra de la violencia de género.

Sin duda, las reformas del 2014, las del 2019 y 2020 mucho contribuyen al impulso de la igualdad sustantiva y a lo que se denominó igualdad en todo, pero aún falta un gran techo por cubrir desde la óptica de la democracia paritaria.

La democracia paritaria comprende un enfoque integral del Estado, aun así no lo hemos podido completar, no lo hemos podido cristalizar.

Debemos reconocer los grandes avances logrados, sí claro, pero igual o más importante es identificar las tareas pendientes.

Las diferencias salariales para las mujeres, como bien lo dijo Claudia Goldwin, la Premio Nobel reciente de Economía por su trabajo en el tema de la paridad entre hombres y mujeres, el trabajo igual, la inseguridad, el abuso, la violencia familiar, la práctica que subsiste en algunas comunidades para imponer el matrimonio de jóvenes adolescentes —lo hemos legislado y permanecen, continúan—, la amenaza que viven muchas mujeres en el mercado laboral, los riesgos que enfrentan candidatas a cargos de elección popular, son apenas una muestra de temas relevantes que nos hablan de la necesidad de proyectar una auténtica democracia paritaria que erradique definitivamente la violencia de género.

El trabajo editorial que hoy se nos presenta, y que se centra en la perspectiva de género en la parte de la justicia electoral, tiene una gran valía. Pero también nos recuerda que tenemos una agenda pendiente que hacer y corresponder en los grandes avances atestiguados por esta Legislatura que es la de la paridad, la inclusión y la diversidad.

Debo de insistir que nuestra transición política está inacabada, que la incorporación del tema de la justicia electoral y de la normas electorales con perspectiva de género han sido fundamentales y que abren nuevas expectativas en la lucha en contra de la violencia política de género, pero que necesitamos ir a un enfoque integral, a un enfoque que nos permita avanzar y que trate de superar el error consistente de no considerar el tema de la paridad como uno de los aspectos esenciales de nuestra transición política a la democracia.

Ese error nos llevó a construir una vía paralela para impulsar la participación política de la mujer en una vía de avances importantes, pero que no tuvieron el enfoque integral que el tema merece. El tema realmente lo merece, y el trabajo por el que estamos en esta Legislatura de paridad lo amerita. 

Creo que debemos construir un régimen democrático sólido en el que tengamos una robusta democracia electoral, un régimen democrático de gobierno consolidado y una democracia paritaria que nos integre como una sociedad de libertades, una sociedad justa, una sociedad inclusiva, de la diversidad y, por eso mismo, profundamente una sociedad democrática.

Es cuanto, y gracias por estar aquí.

Bienvenidas a todas, bueno, no les doy la bienvenida a las que aquí vivimos, y los que aquí vivimos que somos las diputadas y los diputados, pero sí damos la bienvenida a los magistrados y a todos los del Poder Judicial y algunas de las personas que trabajan también en el INE y en el Inai.

Es cuanto, muchas gracias a todas y todos por esta maravillosa mañana de hablar de paridad.


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