Ángel Luna Medina
En México, el bienestar de la infancia y la juventud está en peligro. Las bebidas energizantes generan adicciones y efectos similares a las drogas en menores de edad. Los líquidos azucarados también dañan la salud; sus químicos inciden en el aumento de enfermedades no transmisibles como la obesidad y la diabetes, alertó el presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, doctor Ricardo Monreal Ávila.
Destacó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha expresado su preocupación por el consumo de las bebidas energéticas, recomendando reducir la ingesta de azúcares libres a menos del 10 por ciento de los alimentos que se consumen diariamente; una reducción por debajo del cinco por ciento proporcionaría beneficios adicionales a la salud.
Naciones de la Unión Europea ya legislan en la materia. En varios países del mundo hay restricción y prohibición para menores de edad.
El doctor Monreal Ávila lamentó que en México se hace nada por los niños y los jóvenes en esta problemática, a pesar de que son bebidas que generan adicciones y efectos similares a las drogas en menores de edad.
El coordinador del Grupo Parlamentario de Morena informó que el consumo de bebidas energéticas entre niñas, niños y adolescentes ha aumentado en los últimos años, lo cual ha generado preocupación debido a los riesgos para la salud asociados con su ingesta, toda vez que contienen altos niveles de cafeína, taurina, azúcares y otros estimulantes que pueden afectar el desarrollo y bienestar de la infancia y juventud.
Por lo anterior, anunció: La Cámara de Diputados reformará la Ley General de Salud. La iniciativa fue turnada de forma directa a la Comisión de Salud, por la Permanente, el pasado 9 de julio de 2025. Incluye reformas a los artículos 215 y 419 y adición al 216 Ter, a fin de prohibir la venta, distribución o suministro de bebidas energéticas a menores de 18 años, tanto en establecimientos comerciales como a través de cualquier otro canal de distribución o promoción.
Mediante un video publicado en sus redes sociales, precisó que él mismo presentó la iniciativa para alcanzar ese propósito, aunque habrá reacciones adversas, sobre todo con las empresas que producen o que venden estos productos energizantes.
Establece sanciones de hasta dos mil veces la Unidad de Medida y Actualización, a quien viole esa disposición.
La “bebida energética” es aquella no alcohólica que contenga en su composición ingredientes como cafeína, taurina, glucuronolactona, guaraná, ginseng, vitaminas del grupo B u otros ingredientes estimulantes que se comercializan con el propósito de aumentar el nivel de alerta, concentración, o energía física o mental de quien la consuma. Pueden contener azúcares, edulcorantes y otros aditivos.
El diputado Ricardo Monreal expuso el propósito: abordar esta problemática con un enfoque restrictivo que, de manera integral y anteponiendo el interés superior de la niñez, evite los riesgos asociados al consumo de las llamadas bebidas energéticas, al impedir que menores de edad las adquieran y consuman.
Las reformas representan una medida de protección de la salud pública que permitirá, a largo plazo, disminuir enfermedades asociadas al consumo de este tipo de bebidas y fomentará el disfrute de un mayor estado de salud entre la población en general.
Prevén establecer un marco regulatorio más estricto para la comercialización y promoción de las bebidas energéticas, con especial énfasis en los jóvenes, quienes son más susceptibles a los efectos adversos de estos productos. “Esta propuesta no solo se encamina a regular la venta y promoción de las bebidas energéticas, sino también a crear conciencia en la sociedad sobre los peligros que su consumo puede representar, contribuyendo así a la protección y el bienestar de los niños, niñas y adolescentes”.
El consumo de bebidas energéticas entre niñas, niños y adolescentes ha aumentado en los últimos años, lo cual ha genera preocupación debido a los riesgos a la salud asociados con su ingesta, toda vez que contienen altos niveles de cafeína, taurina, azúcares y otros estimulantes que pueden afectar negativamente el desarrollo y bienestar de la infancia y juventud.
Estas adecuaciones normativas adoptan un enfoque de prevención desde la legislación en salud pública.
La iniciativa no tiene por objeto limitar libertades de consumo de la población adulta, sino salvaguardar el bienestar y el desarrollo saludable de las niñas, niños y adolescentes, conforme a las obligaciones constitucionales e internacionales del Estado mexicano.