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La política es entregarse al sueño de otros: diputada Ana Villagrán


Juventina Bahena

Ana Jocelyn Villagrán Villasana es una joven congresista de la Ciudad de México (PAN) que incursionó en política desde que recibió su credencial de elector a los 18 años. Para ella la diputación es todo, menos un espacio de privilegio.

Tiene 26 años de edad y sus preocupaciones legislativas fundamentales son la seguridad de los periodistas y el bienestar de los animales.

Ahora que la revista Cámara abre un espacio para la discusión de temas que preocupan y ocupan a las y los legisladores de las entidades y la Ciudad de México, Ana Jocelyn aprovecha este foro para exhortar al Congreso federal a concentrarse menos en lo político y hacer más productiva su labor legislativa.

Dice con desaliento que podría hacer muchas cosas más desde el congreso local, pero hay muchas disposiciones en lo federal que se lo impiden.

Por ejemplo, especifica, en la plenaria de los diputados del PAN se discutió el tema del feminicidio porque este delito no está bien tipificado debido a que faltan cambios al Código Federal de Procedimientos Penales; hay temas que están detenidos tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados.

“Hay temas a los que los diputados federales no le están entrando para modificar leyes que nos impactan en lo local. Yo les pediría que se esfuercen más en el cambio de las legislaciones y que empecemos a dejar lo político para la política, para cuando no estamos en sesiones y poder ejercer todo esto que nos apasiona como políticos”.

Respecto de la protección a los animales, causa de gran interés para la legisladora panista, afirma que ha seguido de cerca lo que pasó con 200 animales, la mayoría felinos, maltratados en un lugar de confinamiento localizado en Tlalpan, en la Ciudad de México.
“Es un asunto en el que lo local no tiene injerencia; no podemos intervenir porque es competencia de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y nos preguntamos por qué esta dependencia sigue autorizando la compra de animales exóticos; alguien puede tener un león en la azotea de su casa de Iztapalapa o un oso grizzly en su casa de Cuernavaca”.

La diputación no es un espacio de privilegio

Ana Jocelyn Villagrán Villasana, como muchos políticos jóvenes, incursiona por primera vez en el Poder Legislativo, y el trabajo que ahí realiza no representa “ni el uno por ciento de lo que se puede observar externamente, de todo lo que implica en términos de trabajo, pero, sobre todo, de lo que tengo que pensar todo el día, todos los días, respecto a qué decir, dónde estar, cómo actuar, cómo reaccionar”.

Lo que desde afuera no se ve es el trabajo en comisiones; estudiar, analizar y elaborar dictámenes; desarrollar un tema a debatir en el pleno; participar en foros, reuniones con funcionarios, etcétera, pero Ana no es novata en estos menesteres.

—Desde los 18 años, cuando obtuve mi credencial de elector, lo primero que hice fue afiliarme a un instituto político que representara lo que yo creo, el PAN, que me diera la oportunidad de desarrollar proyectos, aportar a una causa que me mueva, porque eso implica compromiso con los demás, entregarse a un bien común, entregarme al sueño de otros. Es el compromiso cotidiano de que cada una de las cosas que hago y represente implica un beneficio para otros, para una causa que busca mejores condiciones sociales, económicas, culturales, educativas, en alguna circunstancia, en algún sector de la sociedad mexicana.

Para Ana Jocelyn Villagrán, la diputación ha sido todo, menos un espacio de privilegio. Explica:

—Estoy más expuesta a ser cuestionada, a recibir ataques en lo personal todos los días. Por ejemplo, traigo la causa animal desde que tengo uso de razón, lo que me ha generado ataques de taurinos, amenazas de toreros; he sufrido acoso de los medios de comunicación, y esto lo digo con mucha responsabilidad: una cadena como TV Azteca nunca me va a dar un espacio porque saben que soy anti taurina y ellos son taurinos. Formar parte del Poder Legislativo es saber que me entrego a una labor por la patria todos los días, y hacer lo más que esté en mis manos.

¿Consideras que los jóvenes se interesan más en la política? ¿Cómo se ganan estos espacios? ¿Cómo te ganaste este espacio para participar en el rediseño constitucional y legal de esta ciudad? Bueno, ya me dijiste que incursionaste en este campo desde los 18 años.

—Trabajando. Ésa es la respuesta, trabajando, y me parece que es parte de un cambio generacional no solamente en México; también se da a nivel internacional; creo que es muy sano para una nación que los jóvenes entiendan que estos (los políticos) no son cargos de privilegio o para ganar más que el otro; son cargos de responsabilidad para hacer más. Creo que es ahí donde los jóvenes pueden encontrar espacios en las estructuras de poder ya definidos en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el Instituto Nacional Electoral, en un partido político, aspirar a cargos en un equipo del Ejecutivo, en el Legislativo; es cuando los jóvenes se sienten representados. Cuando ellos aspiran a un cargo estamos impulsando el cambio generacional a nivel nacional.

La diputada local del Partido Acción Nacional es licenciada en Comunicación titulada con mención honorífica por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, con especialidad en Comunicación Política y maestría en Comunicación Institucional por la Universidad Panamericana.  También fue Concejal de la Alcaldía Cuauhtémoc y panelista del programa Punto y Contrapunto.

La gente te quiere y respeta como profesional, eso lo pude constatar en el chat de Facebook en tu video de despedida del programa PuntoyContrapunto. ¿Qué se requiere para que un periodista logre esos esos niveles de respeto?


—Me centro mucho en lo humano. En política se espera que no expreses ninguna emoción. Mi concepto de la política es apostar por lo que soy y desarrollarlo; siempre busco o intento ser una persona muy auténtica, pese a que no cumplo con muchos estándares de lo que implica ser panista en torno al comportamiento correcto, del que nunca grita, nunca se enoja o se molesta. Creo que mientras más políticas y políticos nos concentremos en ser personas y no entes públicos poderosos es cuando lograremos que la ciudadanía conecte con nosotros, y lo digo como panista, aunque me parece que esto nos pasa a todos los partidos políticos.

Si hay un tema que duele o molesta hay que demostrarlo porque ésa es la energía que nos moverá hacia la acción, al cambio, y el programa que citas me dio la oportunidad de participar; me concentré justamente en conectarme con la audiencia, obviamente era delicioso pelearme con mis compañeros por una opinión, pero yo me preocupaba por conectar con millones de personas a través de la cámara, porque sabía que se podían identificar con la situación que yo relataba y con el coraje que generaba que un funcionario público no hiciera bien su chamba.

Cuando me despedí lo hice con mucho pesar porque implicó sacrificar un espacio de gran exposición mediática por apostarle a una diputación; a un año del cumplimiento de esta enorme oportunidad me ha costado mucho el reto de demostrar quién soy, con trabajo y esfuerzo.”

Es un momento riesgoso para ejercer el periodismo en México. ¿Se puede resolver este problema o es parte de la inseguridad que padecemos todos?


—Es parte de la problemática de inseguridad porque lo mismo matan a un periodista que a un panadero, lo mismo someten a una joven en los separos de la policía de Oaxaca y dicen que se suicidó con el calzón, o cuando vemos a vecinos en Coahuila que deciden que está bien torturar y matar a un cachorro de oso.

Creo que el nivel de violencia en el país es inconmensurable; en este momento no se tiene conciencia de hasta dónde puede llegar. Lamentablemente, el asesinato de periodistas es consecuencia de una falta de toma de decisiones que viene desde hace décadas. Es un asunto que se agrava porque nadie habla de ello y no existe un registro claro de su evolución; vemos la consecuencia final, que es el asesinato.

En su calidad de diputada de la Ciudad de México propuso una iniciativa para crear el semáforo de la violencia contra periodistas, es decir, cuando un funcionario público o cualquier miembro de la sociedad arrebate la cámara a un camarógrafo, se le niegue la palabra en una conferencia de prensa o se envíe un mensaje a su jefe para que lo despidan por tal o cual reportaje.

—Tenemos que concentrarnos primero en tener una medición concreta de los diferentes tipos de violencia que sufren los periodistas en todos los ámbitos. Luego pasar a la toma de decisiones en las instituciones. Tenemos un mecanismo de protección a periodistas que sirve más de pantalla que por su efectividad, porque cuando un periodista pide la protección le dicen que hable al 911. Es decir, sirve para nada porque no les dan acciones o posibilidades de defensa real.

La violencia contra periodistas tiene que significar cambios en su manejo hasta el nivel municipal; ahí es donde enfrentamos la gran problemática de seguridad nacional. A los panistas nos criticaron mucho por los resultados de la “guerra contra el narco”, pero hoy no tenemos una autoridad federal que esté concentrada en vencer la violencia porque es competencia federal, porque el mecanismo de protección a periodistas depende de la Secretaría de Gobernación. También debemos obligar a los congresos locales a que generen un marco legal; son menos de 10 estados los que tienen un mecanismo de protección. Debe replantearse la forma en que opera este mecanismo y exhortar a los estados a que lo implementen.

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