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La maternidad, incompatible con el mundo laboral


Juventina Bahena

Las mujeres mexicanas parecen sentirse cómodas con la maternidad porque si atendemos las “Estadísticas a propósito del Día de la Madre (2021), de los 48.6 millones de mujeres de más de 15 años, 35.2 millones son madres (72.4%); sin embargo, solamente 15.8 millones devengan un sueldo, de lo cual se puede inferir que la maternidad no es compatible con el mundo laboral.

La situación de las madres que trabajan se puede complicar cuando asumen su maternidad en soltería, porque de ese universo de mujeres, aproximadamente la quinta parte es viuda, separada o divorciada, y 10 por ciento, madres solteras.

Aunque la mayoría está casada (70%), muchas de ellas realizan sus labores domésticas, trabajan y cuidan de sus hijos sin compartir esas responsabilidades con el padre.

A fin de que las madres puedan sumarse al mercado laboral requieren de centros de desarrollo infantil, redes de apoyo, escuelas de tiempo completo, ambientes seguros e ingresos suficientes que les permitan hacer frente a los gastos extraordinarios que se generen para cubrir su ausencia en el cuidado de los hijos.

La Ley Federal del Trabajo protege a las mujeres durante el embarazo y la lactancia; establece que en ese periodo deben recibir su salario completo y no realizar actividades peligrosas.

La ley les otorgaba seis semanas antes y seis después del parto, sin embargo, durante este periodo de sesiones la Comisión de Seguridad Social, que preside la diputada Angélica Ivonne Cisneros Luján (Morena), avaló un proyecto de dictamen que reforma el artículo 101 y adiciona el 102 Bis de la Ley del Seguro Social.

Esta reforma es a fin de que se puedan transferir cuatro de las seis semanas del periodo prenatal al periodo posnatal de la trabajadora embarazada asegurada.

Por otro lado, durante seis meses a las madres lactantes se les debe otorgar media hora dos veces al día para que amamanten a su hijo o hija, en un lugar adecuado e higiénico.

Las empresas no pueden exigir certificados médicos de no embarazo para su ingreso, permanencia o ascenso. Tampoco pueden despedirlas por esa razón. La realidad es que el embarazo sigue siendo una de las razones de despido, no contratación o abandono laboral, de ahí que “solamente 55 por ciento de quienes se convierten en madres regresa a trabajar por la falta de la flexibilidad laboral en cuanto a horarios y permisos”.

Además, las madres trabajadoras carecen de centros de desarrollo infantil, a menos que tengan servicios del IMSS o ISSSTE. El gobierno federal suplió este servicio con el programa de becas, que se otorgan en todos los niveles educativos y en el nivel básico se otorga de manera generalizada, por montos diferenciados para prescolar, primaria y secundaria.

Estos apoyos, sin embargo, no resuelven la necesidad de que los pequeños permanezcan en un sitio seguro donde estudien y tengan las condiciones apropiadas para un desarrollo integral, que incluya conocimientos, arte, talleres, deportes y recreación.

Ello requeriría de planteles con horarios ampliados para que las madres desarrollen una actividad laboral sin la presión de ausentarse de la oficina, con o sin el permiso de sus jefes.

Según el INEGI, durante 2020, más de 23.5 millones de mexicanas reportaron no estar disponibles para trabajar por atender otras obligaciones, representando un incremento de 1.4 millones de mujeres con respecto a lo observado en 2019.

Otro factor que influye en el menor número de mujeres que se integran al mercado laboral es que se convierten en madres a muy temprana edad. Son niñas que tiene niños, sin la madurez física, mental ni fisiológica. No tienen la capacidad económica para hacerse cargo de un bebé, ni la formación para educarlo y, en el mejor de los casos, serán los abuelos quienes se hagan cargo. Pero la niña terminará buscando trabajo o asumir responsabilidades de niña-madre, si tiene una pareja.

La Cámara de Diputados instaló el 29 de marzo una mesa de trabajo, que coordina la diputada de Morena, Flora Tania Cruz Santos, con el propósito de revisar el Programa de Escuelas de Tiempo Completo. El plan de trabajo plantea reunirse con autoridades de las secretarías de Educación Pública (SEP), y de Hacienda y Crédito Público (SHCP), así como de la Auditoría Superior de Federación (ASF).

También se reunirán con funcionarios del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), organismos internacionales, docentes, madres y padres de familia, niñas, niños y jóvenes.

Al final, se aprobará el informe que integre las conclusiones, que serán enviadas, a más tardar el 30 de mayo, a la Junta de Coordinación Política (JUCOPO).

Las escuelas de tiempo completo son de gran ayuda para las madres que trabajan y, más importante, se vuelven sitios seguros que propician el desarrollo de la niñez.


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