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Por cada peso en infraestructura debe haber un beneficio social: Miguel Carrillo


Juventina Bahena

Actualmente, la importancia de la infraestructura adquirió una nueva dimensión, al considerarla uno de los principales motores de la economía, pero para ello es necesario diseñar una acertada planificación de los proyectos nacionales que se emprendan en este ámbito.

En ese sentido, el diputado Mario Miguel Carrillo Cubillas (Morena) propone crear el Instituto Nacional de Planeación de Proyectos de Infraestructura, a fin de tener obras de calidad con visión social, enfoque incluyente, accesibles y resilientes a corto, mediano y largo plazos.

La infraestructura se involucra en todas las áreas: salud, educación, transporte; en gran cantidad de los proyectos estratégicos; esta condición la convierte en uno de los principales motores de la economía de cualquier país. “Por ello estoy proponiendo la creación de un instituto que se encargue de cumplir con esta tarea”, expone el diputado Carrillo Cubillas.

La planeación, explica, se da únicamente en el momento inicial de cualquier administración, mediante el Plan Nacional de Desarrollo que, a su vez, contiene el Plan Nacional de Infraestructura, que resulta insuficiente porque las necesidades cambian. Por ejemplo, los requerimientos de infraestructura en la edificación se modificaron por un tema emergente como la pandemia.

Con un instituto de planeación de proyectos de infraestructura tendríamos ese dinamismo para cumplir con las necesidades en la materia, al mismo tiempo que se impulsa la economía, porque un proyecto de esta naturaleza genera empleos directos e indirectos y fomenta el uso de materia prima.

No solamente se busca cumplir con objetivos de rentabilidad económica o financiera, sino básicamente satisfacer un fin social, sustentable, sostenible, resiliente, asevera el legislador.

La cuestión de la planeación tiene que partir necesariamente de los recursos para emprender cualquier proyecto. ¿Qué esquema se ha pensado para llevarlos a cabo?

En muchos casos el presupuesto público no alcanza para ejecutar estos proyectos y si están garantizados los beneficios a la población, entonces bien podríamos manejar un esquema de asociación público- privada para materializarlos. No se pueden emprender proyectos por ocurrencias, impulsados por intereses particulares; por ejemplo, el nuevo aeropuerto internacional de la Ciudad de México fue un proyecto impulsado por la administración pasada y algunos personajes ligados al Estado de México motivados por una especulación inmobiliaria, cuando evidentemente se trataba de una obra carísima, no decimos que imposible porque para eso está la ingeniería, para resolver ese tipo de problemas, pero en un país donde hay más de 40 millones de pobres fue absurdo proyectar ese aeropuerto ahí.

Con un instituto de planeación podemos aterrizar los proyectos donde realmente se necesiten y cuando no alcance el presupuesto público entonces que invierta el capital privado. Esa es la flexibilidad que buscamos con esta iniciativa y que resolvería muchos problemas en el corto, mediano, pero, sobre todo, en el largo plazo.

Un instituto que hiciera ese tipo de planeación seguramente definiría prioridades, pero las prioridades del Estado no son las mismas de la iniciativa privada. Ellos pueden querer participar en el lanzamiento de un satélite, pero no en la construcción de carreteras o caminos rurales, que sería prioridad del Estado porque está obligado a comunicar áreas rurales, pero a los privados no les interesan los proyectos que no son rentables. Entonces, ¿quién va a definir prioridades?

La propuesta de los proyectos que realice este instituto deben tener forzosamente un beneficio financiero y económico, un beneficio social y un beneficio ambiental; si ninguna de las tres condiciones se cumple, se desecharía este tipo de proyectos. No en todos los casos habrá un beneficio económico financiero, que de eso se encargue el Estado, para eso está, pero necesitamos beneficios sociales, ambientales. No podemos seguir edificando o construyendo proyectos de infraestructura que tengan un impacto negativo en el medio ambiente, que no sean sustentables ni sostenibles; siempre se tiene que anteponer el beneficio social de cualquier peso que salga de la federación en materia de infraestructura.

Sería un trabajo tremendo para el instituto, dado que su actividad es transversal y pasa por todas las áreas, estamos hablando de escuelas, carreteras, ferrocarriles, comunicaciones. ¿Podría encargarse de todos los proyectos de infraestructura?

Sí, y como es un trabajo titánico, es importante la creación de este instituto. Estamos buscando que no tenga un impacto al presupuesto de la federación, lo que queremos es resolver problemas generando proyectos más eficientes, que significarán ahorros presupuestales.

El instituto se puede conformar con las áreas de infraestructura de cada una de las dependencias. Estamos buscando una reforma a la Ley Orgánica de la administración pública para hacer una reorganización de las áreas de las diferentes secretarías u organismos públicos que cuentan con sus propios presupuestos y así reunir todos en una sola entidad donde sea posible una comunicación inmediata, más allá del carácter intersecretarial, de tal manera que se puedan eficientar los recursos, tanto para la planeación como para la ejecución de los proyectos.

El Ejército se ha vuelto el constructor por excelencia de las obras insignia de la actual administración ¿Cuál será su papel en esta nueva propuesta?

Si analizamos el Presupuesto de Egresos de la Federación en materia de infraestructura, el presupuesto de las obras que están ejecutando actualmente las fuerzas armadas solamente representan 20 por ciento del total. Se trata de proyectos estratégicos donde se evitó la corrupción que se daba comúnmente en pasadas administraciones. Por eso el presidente de la República decidió y designó que fuera la Secretaría de la Defensa Nacional, a través a través de su cuerpo de ingenieros y constructores, la que materializara estos proyectos, como es el que ya se inauguró del aeropuerto internacional Felipe Ángeles, la refinería Dos Bocas, ahorita ya viene el tramo 5 del Tren Maya; también se están encargando del tren Transístmico y, el último, la garita de Otay 2, en Baja California. Son proyectos estratégicos para el país donde el Ejército ha demostrado que hace un muy buen trabajo. Realmente no se está encargando de todo, no tendrían la capacidad.

También estamos proponiendo una iniciativa para que exista una Secretaría de Infraestructura, paralelamente al instituto de planeación, que pueda ejecutar todos estos proyectos que actualmente están en diferentes áreas de las secretarías de la administración pública.

Estamos cansados de estar reparando las calles cada año, los sistemas de drenaje se colapsan, no hay agua potable, las escuelas no tienen mantenimiento preventivo; son muchas cosas las que podemos lograr con una adecuada planeación en lo preventivo para evitar lo correctivo.

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