Erubiel Lorenzo Alonso Que
Vicecoordinador del GPPRI
La relación entre México y Estados Unidos es fundamental para el crecimiento económico, la seguridad y la estabilidad social de ambas naciones. Con una frontera compartida de más de 3,000 kilómetros y una economía interconectada, la cooperación entre estos países resulta esencial para enfrentar los retos y oportunidades del siglo XXI.
El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) ha fortalecido el comercio trilateral, facilitando el intercambio de bienes y servicios. México es el segundo socio comercial de EE.UU., con un intercambio que supera los 700 mil millones de dólares anuales. Hoy en día la estabilidad de esta relación ha permitido el crecimiento de millones de empleos y fomentado la inversión en sectores clave como manufactura, tecnología y energía, entre otros.
Ambos gobiernos trabajan en estrategias conjuntas para gestionar los flujos migratorios de manera ordenada y segura. La colaboración en seguridad fronteriza también es clave para combatir el tráfico de drogas, armas y personas, promoviendo el bienestar de ambas poblaciones. De las acciones con mayor relevancia ha sido el acuerdo de los mandatarios de ambos paises sobre el reforzar la frontera con EE. UU., para evitar la imposición de altos aranceles a México, la presidenta Claudia Sheinbaum se comprometió a enviar 10.000 miembros adicionales de la Guardia Nacional del país a la frontera para “impedir el tráfico de drogas de México a Estados Unidos, en particular de fentanilo”.
La influencia cultural de México es significativa en la sociedad estadounidense. La comunidad migrante contribuye a la economía, la política y la cultura en ambas naciones; siendo los mexicanos el mayor grupo de inmigrantes en Estados Unidos, en 2023, siendo 10.9 millones de residentes en EE. UU. inmigrantes mexicano.
Históricamente, Estados Unidos ha implementado políticas estrictas de control migratorio, lo que ha resultado en la deportación de numerosos ciudadanos mexicanos y centroamericanos. Durante la administración del presidente Donald Trump (2017-2021), se adoptaron medidas más severas, incluyendo la separación de familias y deportaciones masivas, lo que generó críticas tanto a nivel nacional como internacional.
En respuesta, México ha tenido que adaptarse para recibir a sus ciudadanos repatriados y, en muchos casos, a migrantes de otras nacionalidades que eran retornados desde Estados Unidos. Esta situación ha llevado a ambos países a buscar mecanismos de colaboración para gestionar los flujos migratorios y atender las causas fundamentales de la migración, aunque las soluciones integrales han sido difíciles de alcanzar.
Actualmente los estados con mayor número de migrantes mexicanos viviendo en Estados Unidos son: Los Ángeles, Chicago, Houston, Dallas, Riverside, entre otrLa relación actual entre México y Estados Unidos se caracteriza por una mezcla de cooperación y desafíos. Recientemente, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció la imposición de aranceles del 25 por ciento a productos mexicanos y canadienses, citando preocupaciones sobre el control del fentanilo y la inmigración. Sin embargo, tras una conversación con la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, el presidente Trump pospuso la implementación de estos aranceles hasta el 2 de abril, destacando el respeto mutuo en las negociaciones.
Aunque aún existen tensiones debido a las políticas arancelarias y preocupaciones compartidas sobre el tráfico de drogas, ambos países mantienen una relación basada en el diálogo y el respeto mutuo, buscando soluciones conjuntas a los desafíos actuales.
Actualmente las deportaciones de migrantes y el tráfico de armas son temas que se han mantenido presentes y mucho más visibles debido a que ambos mandatarios se han concentrado en estos temas con la finalidad de que la relación bilateral marche de manera adecuada y los resultados que se pretenden obtener en el corto, mediano y largo plazo sean benéficos para ambos países, esta cooperación ha sido compleja y multifacética, marcada por períodos de cooperación y tensión.
El tráfico de armas desde Estados Unidos hacia México ha sido un tema de preocupación constante. Uno de los casos más notorios fue la "Operación Rápido y Furioso" (2006-2011), en la cual la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) de Estados Unidos permitió la venta de armas a compradores ilegales con la intención de rastrearlas hasta los cárteles mexicanos. Sin embargo, muchas de estas armas se perdieron, y algunas fueron utilizadas en crímenes violentos en México, lo que generó tensiones diplomáticas entre ambos países.
Recientemente, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha enfatizado la necesidad de frenar el flujo de armas de alto poder desde Estados Unidos hacia México. Durante un mitin en el Zócalo de la Ciudad de México, la presidenta Sheinbaum destacó la importancia de la colaboración entre ambos países para abordar este problema y aseguró que su gobierno está comprometido en evitar que el fentanilo llegue a Estados Unidos, al tiempo que solicitó reciprocidad en el combate al tráfico de armas.
Hasta hoy se ha mantenido una relación estable y cooperativa entre México y Estados Unidos la cual es fundamental para el progreso regional. El diálogo continuo y la colaboración en distintas áreas garantizan el crecimiento mutuo y el bienestar de sus ciudadanos.