Al preguntarnos cómo prosperar en tiempos de dificultad dentro de un entorno caótico en donde tenemos que enfrentarnos con problemas económicos a situaciones violentas o injustas, pero no sabemos hacia dónde ir o cómo afrontar las vicisitudes de la vida, recuperar la corriente filosófica del estoicismo podría ser una propuesta oportuna para abordar y analizar nuestro presente. A lo largo de la historia se ha presentado como una herramienta aplicable ante problemas éticos, sociales y políticos, incluidos los de nuestro tiempo.
El estoicismo es una corriente filosófica creada hace más de dos mil años, que se fundamenta en la razón. Es la contraposición del Epicureísmo, que tenía por objeto la búsqueda de la felicidad y el cultivo de los placeres. Invita a las personas a permanecer resueltos, fuertes y en control de la situación para enfrentar las dificultades de la vida. La escuela estoica tuvo una profunda influencia en la civilización grecorromana y, en consecuencia, en el pensamiento occidental.
La Cámara de Diputados inició el pasado 11 de mayo el proyecto denominado: Estoicismo México, como de un ejercicio de reflexión sobre la necesidad de recuperar, frente al mero y simple afán de disfrute hedonista del aquí y ahora, vasos comunicantes entre la práctica de la política, la práctica de las virtudes y la filosofía como vía directa para obtener, así lo quiso siempre Marco Aurelio –el emperador estoico–, una vida buena, estable y racional.
Este proyecto coordinado por el Espacio Cultural San Lázaro (ECSL) de la Cámara de Diputados inició con la conferencia magistral “Tres pilares: Séneca, Epicteto y Cicerón”, impartida por José Omar Sánchez Molina, secretario ejecutivo de la Junta de Coordinación Política (Jucopo). Durante la inauguración, Graciela Báez Ricárdez, secretaria General de la Cámara de Diputados, destacó la importancia de analizar esta tendencia filosófica para que el Palacio Legislativo de San Lázaro sea la sede del estoicismo en México. El objetivo es rescatar los consejos prácticos de estos filósofos griegos y romanos, apuntó.
Ismael Carvallo Robledo, director general del Espacio Cultural San Lázaro, aseguró que es muy significativo que se realice una actividad filosófica en una sede del Poder Legislativo. Este ejercicio es desafiante y ambicioso. Es una propuesta que busca recuperar la tradición de la antigüedad clásica: la conexión entre el individuo y la colectividad.
Lo fundamental es que el estoicismo se abre paso como crítica al epicureísmo, que es la doctrina fundamentada en el placer, la felicidad, el aquí y el ahora; frente a ello, el filósofo Zenón planteó que el pilar de la vida es el logos, la razón y la comprensión del mundo en su despliegue integral.
Durante la conferencia magistral, el maestro José Omar Sánchez Molina, secretario Ejecutivo de la Jucopo, explicó cómo la ética impacta en nuestras decisiones de vida. El planteamiento es no dejarse dominar por nuestros instintos, las pasiones, la dualidad, porque son los seres humanos quienes etiquetan a un suceso como positivo o negativo.
Al preguntar si vale la pena rescatar la escuela estoica invitó a imaginar cómo sería un Parlamento que tuviera como fundamento esta corriente. Afirmó que este pensamiento “está en peligro de extinción en un mundo mercantil donde las cosas son efímeras e instantáneas”.
Comentó que el pensamiento de los estoicos tiene su epicentro en la ética, vinculada a la forma en que cada persona se sitúa en el mundo a través de un actuar individual, social, atemporal o evolutivo. La ética, además, es el fundamento de la idea primigenia respecto de lo que ahora se concibe como derecho humano, en 1776. Advirtió que no hay espacios que la ética no regule; por ello, la relevancia de situarla como fundamento de la vida diaria, a través del discernimiento y del ethos.
Respecto a Cicerón, explicó que en Las Leyes plantea las primeras tesis estoicas, al estar en contra de que la opinión de los demás determinen tus creencias. Un parangón de la actualidad es la forma en que inciden las encuestas y mensajes de las redes sociales en las opiniones de las audiencias. “El fundamento de la ley no puede ser la opinión, sino la razón”, aseveró el experto.
Epicteto fue esclavo y después liberto. Afirmaba que, al contrario de lo que pensamos, a veces la libertad es la esclavitud, y la esclavitud la libertad, y quien los domina es su propio cuerpo y las pasiones, mejor que cualquier sistema político o capitalista.
Séneca, en el Tratado de la verdad de la vida, retoma el modelo de miedo e ira que hay en las sociedades actuales, donde establece que no podemos preocuparnos de cosas que no dependen de nosotros, el problema es que se vuelca la pasión, los pensamientos y la voluntad a situaciones que no dependen de uno. “Apetecer es lo mismo que perecer”, sentenció.
Por otro lado, reflexionó sobre la vinculación del estoicismo a la actividad legislativa, en donde se busca cultivar cuatro virtudes: templanza, justicia, valentía y sabiduría, todas ellas, afirmó, absolutamente indispensables en nuestro diario vivir y, sobre todo, en la labor parlamentaria tanto de las y los legisladores como de sus asesores y equipos de trabajo.
¿Cómo sería la ley creada en un Parlamento que aplicase la tendencia estoica?
Después de aprobada, pasarían seis meses para saber si lo que se pensó cuando fue validada la norma sigue vigente. En algunos parlamentos sucede así, porque se dan cuenta que a veces el contenido de la ley se da en un momento de furia o de desprecio, de cosas negativas o bien de triunfo o de mucha alegría.
Los estoicos dirían que se tendría que dar un momento para discutir y platicar, un momento para aprobar y otro a fin de refrendar. La política de los estoicos tendría como un objetivo la educación y la cultura, antes que cualquier otro tema y de la mano de la cultura y la educación estarían los derechos humanos.