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Harvey Ball y la carita feliz; el Día Mundial de la Sonrisa


Harumi Moreno Flores 

El Día Mundial de la Sonrisa, que se celebra cada primer viernes de octubre, es una efeméride que busca promover alegría, esperanza y solidaridad a través de un gesto tan sencillo y universal como la sonrisa.

Esta fecha fue creada en 1999 por Harvey Ball, el artista gráfico estadounidense que diseñó la famosa carita feliz amarilla, símbolo reconocido mundialmente que ha trascendido generaciones y culturas.

Harvey Ball ideó esta celebración como la manera de recordar el poder transformador de la sonrisa, especialmente en momentos difíciles. La sonrisa no solo representa felicidad, también es una herramienta de comunicación no verbal que puede transmitir apoyo, empatía y conexión entre personas, sin importar idioma o contexto cultural.

Un dato interesante es que Harvey Ball nunca patentó ni buscó lucrar con su diseño de la carita feliz. Así entonces, en 2001, junto con su hijo fundó la World Smile Foundation, una organización sin fines de lucro dedicada a promover actos de bondad y apoyo social a través de la sonrisa.

La fundación también trabaja en proyectos para mejorar la calidad de vida de niños en hospitales, personas en comunidades desfavorecidas y víctimas de desastres naturales; utiliza la sonrisa como símbolo de esperanza y resiliencia.

Sonreír alivia física y mentalmente

Desde el punto de vista científico, sonreír tiene múltiples beneficios en la salud física y mental. Cuando sonreímos, el cerebro libera endorfinas, las hormonas de la felicidad que ayudan a reducir el estrés, mejorar el sistema inmunológico y aliviar el dolor.

Por eso, la sonrisa es mucho más que un simple gesto: es la herramienta natural que promueve el bienestar propio y el de la comunidad donde se habita.

Cada 3 de octubre se celebra el Día Mundial de la Sonrisa, una fecha especial dedicada a honrar uno de los gestos más universales y poderosos que existen. Este día no solo nos recuerda la importancia de sonreír, también nos invita a reflexionar sobre el impacto positivo que puede tener una simple curva en los labios y cómo impacta en nuestra vida y en la de quienes nos rodean.

La sonrisa es una expresión universal que atraviesa barreras culturales, lingüísticas y sociales. No importa dónde nos encontremos o qué idioma hablemos, la sonrisa sincera tiene el poder de transmitir alegría, confianza y empatía.

Sonreír no únicamente nos hace sentir bien, también genera un efecto contagioso que puede mejorar el día de otras personas, creando un ambiente más amable y positivo.


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