Juventina Bahena
El diputado Ricardo Monreal Ávila, coordinador del Grupo Parlamentario de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), señaló que la aplicación de aranceles por parte del Gobierno de Estados Unidos tiene motivaciones económicas y políticas, además de que pretende castigar o premiar a los países que buscan hacer negocios con aquella nación.
En un artículo publicado en sus redes sociales y enun diario de circulación nacional, titulado “Aranceles, arma económica y política”, Monreal Ávila explicó que desde enero pasado, cuando asumió su segundo mandato, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, “ha dictado diversas tasas arancelarias a los países con los que mantiene relaciones comerciales, que es prácticamente el mundo entero”.
Explicó que la motivación económica es la reducir el déficit comercial, así como recaudar más recursos para el erario y políticamente castigar o premiar a los países que buscan hacer negocios con los Estados Unidos.
Recordó que cuando el gobierno del expresidente Carlos Salinas buscó negociar el TLC con la Unión Europea, le plantearon abiertamente la llamada ‘cláusula democrática’, por la cual debería haber no sólo libre comercio, sino elecciones libres en México y la mejora de los derechos humanos. El INE y la CNDH, dijo, deben su existencia a la lucha democrática dentro del país, pero también a estas consideraciones de política internacional.
Monreal Ávila equiparó las exigencias de aquella época con la actual revisión de aranceles, en la que el gobierno republicano de Estados Unidos coloca sobre la mesa la valoración de la política de seguridad en materia de narcóticos (fentanilo) y la lucha contra los cárteles que lo producen e introducen a su territorio.
Elogió la vía diplomática que privilegian los gobiernos demócratas para negociar de manera separada lo comercial y la seguridad por encima de las cuestiones militares o policiales, “pero los gobiernos republicanos, no, especialmente el actual, que coloca en una sola caja los temas de su interés: comercio, seguridad y migración”.
Y añadió: “hay quienes extrañamos al Donald Trump del primer mandato, que llevó la fiesta en paz con el gobierno mexicano, gracias a la empatía personal que hubo entre él y el presidente AMLO, no obstante sus diferencias y distancias ideológicas y políticas.
“Ahora es distinto; hoy existe un ‘establishment’ más duro, políticamente homogéneo y cohesionado en su visión ideológica, en el cual México es colocado como ‘adversario’, al nivel de Rusia, China e Irán, por más increíble que esto le parezca al resto del mundo”.
Respecto de la posición que ocupa en los aranceles aplicados, advirtió que “de una treintena de países afectados por las tasas arancelarias que van desde el 10 hasta el 50 por ciento, México, con su 30 por ciento de aranceles generalizados a los productos que no están al amparo del T-MEC, se encuentra ligeramente arriba de la media (un 26.33 por ciento).
“Reducir más estos aranceles depende, al parecer, de cuatro factores: 1) adelantar el compromiso de un nuevo acuerdo comercial; 2) reducir al mínimo el flujo migratorio indocumentado, al sur y norte de nuestras fronteras; 3) avanzar aún más en los golpes a los cárteles del fentanilo; 4) contener la ‘grilla’ de la derecha mexicana, que busca cada vez más usar los aranceles como arma política injerencista”.
Sobre el último aspecto, señaló que la derecha mexicana, “ante el retroceso que ha tenido en las urnas y el consiguiente desplazamiento en áreas donde se había asentado, como en los poderes Legislativo y Judicial, además de en los gobiernos locales, hoy traslada a Washington su caja de resonancia, con quejas, planteamientos y demandas abiertamente injerencistas”.