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Datos y relatos de la violencia de género contra las mujeres, una mirada al 2022


Lic. Vanessa Sánchez Vizcarra Directora de Estudios Sociales / CELIG

“El primer gesto revolucionario es decir las cosas por su nombre”.
Rosa Luxemburgo

Hace unos días que hemos revisado los datos presentados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (sesnsp) alusiva a la Información sobre violencia contra las mujeres. Incidencia delictiva y llamadas de emergencia 9-1-1, por consiguiente, tenemos información completa por año, para el periodo de 2015 a 2022. Sin embargo, sobre los datos siempre se construyen una serie de relatos, según sea el lugar desde el cual toca mirar.

Nunca dejaré de hacer ver, cuando escribimos sobre análisis de cifras sobre la violencia contra las mujeres, que debemos buscar la manera de humanizar lo que esconden o no alcanzan a decir los números: mujeres jóvenes trabajadoras, niñas, adolescentes, mujeres madres y cabezas de hogar, mujeres adultas mayores, mujeres en busca de sus sueños, tratando de hacer valer su libertad. Mujeres, así de claro y simple: sin categorías ni etiquetas a las que arrebatan sus vidas, dejando varios hogares, a familiares y seres queridos.

Este año que pasó (2022), los datos reportados nos dicen que le fallamos social y políticamente, al menos a un total de 122,011 mujeres, y que pese a los esfuerzos hay mucho por hacer: en este país 7 de cada diez mujeres (de quince años o más) han experimentado al menos una situación de violencia a lo largo de su vida y 4 de cada diez mujeres (de quince años o más) han experimentado al menos una situación de violencia en los últimos 12 meses.

Esta violencia, que ocurre ante nuestros ojos y sigue siendo profundamente naturalizada, es tan grande que invisibiliza a quienes, por obligación no solo moral, sino por principio de derechos humanos, la sufren: las mujeres menores de quince años (las niñas). ¿Qué hay detrás de estos datos? Podemos proyectar, quizá, que más de la mitad de niñas y mujeres de nuestro país han experimentado una o más situaciones de violencia en los últimos 12 meses, esto representa que, de dos, una ha sufrido violencia en lo que fue del año. En los datos adicionales correspondientes a la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares endireh 2021 se cita la prevalencia total de violencia contra las mujeres de 15 años y más, así como el tipo de violencia según el periodo de referencia.


Políticas y políticos, activistas, académicas y académicos, nos hacemos la misma pregunta: ¿Cómo evitarlo y a quién y qué le corresponde?

Una pieza clave para esto es hacer ver las carencias y vicios ocultos en la clasificación de las víctimas por tipo penal, sigue siendo cuestionado ante la falta de una homologación, las inconsistencias en el levantamiento de las carpetas de investigación, y la falta de perspectiva al aplicar la justicia: se dice que del total de las víctimas 55.17 lo fueron por lesiones dolosas, 17.96 por ciento por lesiones culposas, el 3.19% por homicidio culposo, el 2.30% por homicidio doloso y el 0.79% por feminicidio, entre otros delitos.

En cuanto a los delitos de feminicidio, el año pasado se registraron 947 delitos (968 víctimas), segunda cifra más alta para el periodo 2015-2022, empatando con lo reportado en 2022, la cifra más alta obedece a 2021 con 980 delitos, cifras que parecen sin modificación en los últimos años pese a todas las medidas implementadas para tratar de evitarlos y erradicarlos. Como dato adicional, la mayor incidencia mensual de feminicidios se dio en agosto de 2021 con 108 presuntos delitos de feminicidio, es historia y estadística reciente.
Las víctimas mujeres de homicidio doloso en 2022 se tiene también la segunda cifra más alta con 2,807, sólo después de la cifra del año 2019 cuando fueron 2,875 mujeres víctimas de este delito. Al sumar las 968 presuntas víctimas de feminicidio con las 2,807 mujeres víctimas de homicidio doloso da un total de 3,775 mujeres asesinadas de forma violenta en el año, lo que se traduce en 10.34 mujeres asesinadas de manera violenta al día. A manera de otro dato adicional, se consiguió la deshonrosa marca de 10 víctimas al día en el año 2018 y es fecha en la que no ha sido posible reducirla.

El año 2022 resulta ser aquel que ostenta el mayor número de presuntas víctimas mujeres de homicidio culposo con 3,892 casos, por encima de los 3,391 casos registrados en 2015. De igual manera en 2022 se tiene el mayor registro de presuntas víctimas mujeres de lesiones dolosas con 67,315 víctimas, cifra seguida por 66,724 víctimas registradas en 2017.
En cuanto a lesiones culposas el 2022 ocupa el segundo lugar, con 21,911 presuntas víctimas mujeres, sólo después de 2015 cuando se registraron 24,906 presuntas víctimas mujeres. 2022 también se lleva el primer lugar en cuanto a presuntas víctimas mujeres de extorsión (3,765 víctimas), presuntas víctimas mujeres de corrupción de menores (1,910 víctimas), violencia familiar (270,546 presuntos delitos) y presuntos delitos de violación (23,102 delitos).

Hago el señalamiento del término presuntas víctimas mujeres con el mismo dolor que lo hacen muchas, buscando seguir avanzando en términos y datos más precisos y empáticos en congruencia con la búsqueda de la erradicación de la violencia contra las mujeres.
También insisto en que lo expuesto son los datos oficiales, retomados en su totalidad del documento del sesnsp, y con fundamento en ello, podemos decir que en el país estamos evidentemente en una crisis de violencias contra las mujeres, una pandemia invisible, aunque madres, huérfanas y huérfanos, padres, activistas y muchas y muchos más salgan diariamente a señalarlo.

Es fundamental revisar y repensar los mecanismos y políticas implementadas para medir efectivamente la violencia, ya que si los datos mencionados anteriormente son aterradores, podemos decir que se trata sólo de la punta del iceberg, como coloquialmente se dice, ya que de acuerdo con los principales resultados de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (envipe) 2022:


Por lo cual, una de las conclusiones de la encuesta es que “la envipe permite estimar que, a nivel nacional, la cifra negra corresponde a 93.2% de los delitos cometidos en los cuales no hubo denuncia o no se inició una carpeta de investigación durante 2021.”

Entonces ¿hay otros datos? la conocida cifra negra también es calculada por entidad federativa, siendo así que el estado con la cifra mayor es Sinaloa con un 96.7 por ciento mientras que aquel con la cifra menor es Aguascalientes con un 89.5%. Las activistas han insistido en plantearnos el hecho de que muchos de los violentadores tienen armas, ¿dónde podemos hacer ver las dificultades de la denuncia y atención ante estas situaciones?

El documento nos permite comprender de mejor manera para aproximarnos algunas de las causas que son reconocidas abiertamente por las víctimas, mencionando las razones por las que no se denuncia, y nos especifica: el 61.1% es por causas atribuibles a la autoridad sobresaliendo, entre ellas, la pérdida de tiempo con un 33.5% y la desconfianza en la autoridad con un 14.8%. El miedo al agresor, considerar el delito como de poca importancia, el no tener pruebas y otros motivos, en conjunto representan el 38.4 por ciento mientras que el 0.5 por ciento no es especificado.

El dilema: ¿cómo denunciar si no se confía en las autoridades? y el cáncer que carcome nuestra justicia: la impunidad. Debemos aprender a ver lo que no dicen los datos y repensar los modelos de atención a las víctimas en el país, se los debemos a quienes les hemos fallado ya.


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