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El ajedrez podría poner en jaque a los dispositivos electrónicos La mente de los niños en disputa


Juventina Bahena

No se puede jugar sin pensar y cada jugada deben tener sentido, aún si se juega rápido hay que ser analítico, y a un niño en edad escolar le ayuda a estructurar el pensamiento, solucionar problemas, pensar, analizar, concentrarse, reforzar la memoria visual y la percepción. También les ayuda a saber planificar y a ser rigurosos y ordenados mentalmente; ayuda al desarrollo del pensamiento crítico; promueve el pensamiento lógico, aprenden a resolver problemas y tomar decisiones, desarrollan la imaginación y la creatividad, socializar y ser respetuosos, aseguran los expertos.

Parece la panacea para dotar a un pequeño de las herramientas que lo preparen para la vida, para enfrentar el futuro. Pero así lo pintan sus promotores.

En el reverso de la moneda, es común observar a un pequeño sosteniendo una tableta o celular a 15 centímetros de los ojos, absorto, perdido en un mundo virtual, silencioso y solitario con la luz de la pantalla dándole de lleno en el rostro durante horas, consumiendo contenidos que pueden influir e impactar en su bienestar, la forma en que aprenden, piensan y se comportan.

Incluso hay riegos a su salud recientemente descubiertos como el hecho de que “estimulan la adenohipófisis, que interviene en los ciclos hormonales, en el ciclo del sueño y la liberación del cortisol, que es la hormona del estrés”, según la doctora Cristina Boullosa, publicada en la revista Cámara, Peiodismo Legislativo .

Según la profesional de la salud, esta condición ha dado pie al surgimiento de un fenómeno que ya ha sido detectado por los endocrinólogos: la pubertad precoz en niñas que experimentan una primera menstruación a los ocho o nueve años de edad y niños con características de desarrollo que no corresponden a sus ocho o 10 años de edad”.

Pero eso no es todo, los niños y adolescentes que pasan más tiempo en las redes sociales podrían tener problemas del sueño; déficit en la atención, el pensamiento, el lenguaje y las habilidades sociales porque interactúan menos con familiares y amigos. Los videojuegos también afectan a los jugadores porque entre más tiempo consumen en esta actividad, menos interés muestran en las relaciones de su vida real. Todo lo contrario a los efectos del ajedrez en los pequeños. Y en la era digital, el mundo cede el paso triunfal a la inteligencia artificial con más interrogantes que certezas.

El ajedrez hace ciudadanos íntegros: Enrique Zaragoza  

Enrique Zaragoza Martínez es árbitro internacional en esta disciplina y está cumpliendo 45 años en el medio del ajedrez. El año pasado participaron en Egipto con un campeonato mundial de Sub 12, 10 y 8; en Italia, con una delegación que jugó de 14. 16, 18; estuvimos en el mundial Sub 20, en el Mundial Amateur; se participa todos los años en el Festival Panamericano de la Juventud, que el año pasado fue en Chicago, EU, y tuvimos participación en el campeonato mundial que se realizó en México, etcétera.

—La principal satisfacción para nosotros es tener ciudadanos íntegros, porque si un chico que acepta la disciplina, el trabajo, se entrena, se educa, tiene mayores posibilidades de triunfar en todos los aspectos de la vida. Con este propósito intentamos tener mejores entrenadores, muchachos muy comprometidos e involucramos necesariamente a los papás, que son quienes acompañan a los menores.

Pero ¿qué tipo de acompañamiento les dan para que no se frustren cuando pierden? Aplicando sicología deportiva es la respuesta, “para que niñas y niños aprendan

a perder y a ganar, ambas cosas son muy valiosas, porque el ganador tiene que ser educado, no puede salir y burlarse del contrincante; de la misma forma, el que pierde debe aprender a canalizar su enojo y dicen que se aprende mucho de las derrotas.

Yo creo que educarlos en el entrenamiento deportivo, en una partida de ajedrez o el que sea, tiene que estar encaminado a formar una mejor persona, y parte de ello es aprender a perder y a ganar, y gran medida corresponde a los entrenadores y a los padres dar el acompañamiento adecuado y ante todo, evitar los reproches a un niño que perdió.

El que gana siempre se enfrenta un rival más fuerte 

Inti Flores Romero, presidente de la Liga Coyoacán y miembro del comité directivo de la Asociación de Clubes de Ajedrez de la Ciudad de México (ACADFAC) que organizó el encuentro, nos dice que este deporte se imparte en muy pocas escuelas públicas, pero está considerado como una herramienta fundamental en la educación, reconocido a nivel internacional, incluso hay países donde se imparte de manera obligada, como Cuba, donde se imparte en todos los niveles. De ahí han salido los jugadores más destacados a nivel latinoamericano. Hay otros países que tienen muy buenos jugadores, pero a nivel masivo solo en Cuba. En algunos países imparten ajedrez en todas las escuelas, pero de manera opcional, como materia extracurricular. 

Del porqué no se imparte de manera regular en las escuelas mexicanas, Inti señala que se han impulsado iniciativas desde hace varias décadas, cada cierto tiempo, tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados para introducir el ajedrez de manera obligatoria en las escuelas, pero él mismo reconoce que debe darse un proceso, empezando por el conocimiento a nivel magisterial con cursos a los docentes para incorporarlo poco a poco a los maestros de educación física, pero no todas las escuelas tienen.

Explica que el ajedrez es una parte del sistema lúdico en el que se puede desarrollar la mente humana a través del juego “y aunque hay muchos juegos de mesa que no son de azar y también pueden desarrollar la mente humana, el ajedrez es el más popular a nivel mundial y tanto la Unión Europea como el Comité Olímpico Internacional, así como muchas otras instituciones internacionales lo recomiendan para potenciar habilidades cognitivas de los niños, sobre todo en comprensión lectora y cálculo matemático.

Lo mismo desarrollan otras habilidades de convivencia social, y algo muy importante es que adquieren mucha seguridad en cualquier ámbito en el que se desenvuelven. Cuando compiten conviven con otros niños y al ganar van desarrollando un espíritu de competencia que les da seguridad y confianza en sí mismos. Es algo fundamental para muchas otras habilidades como la disposición de escuchar, compartir ideas y eso les ayuda a potenciar sus habilidades en otras áreas.

En esta tarea, dice, los padres pueden limitar o expandir las habilidades del niño pues lo llevan a los entrenamientos, al deportivo, a torneos, pero siempre debe haber ese apoyo porque con la motivación adecuada pueden adquirir un gusto por el juego.

Cuando pierden, sobre todo en los primeros torneos, es cuando más sufren; los que ya han participado conocen ese lado doloroso, pero también saben reponerse, cómo recuperarse porque en un torneo se juega una partida tras otra y en eso hay un aprendizaje; sin embargo, el que va ganando se enfrenta cada vez a rivales más fuertes ante los que puede perder y siempre habrá alguien mejor.

Aunque no gane es divertido: Ana Karina 

Ana Karina empezó a jugar desde los tres años -actualmente tiene nueve- y su primer torneo fue a los cuatro. 

—Para mí es muy divertido, tienes que pensar y te ayuda a concentrarte en otras cosas también, como en las clases.

¿Has ganado premios?

—Sí, bastantes. Tengo muchas medallas y como nueve trofeos.

Es toda una campeona y aunque no gane -dice- es bastante divertido y “en el ajedrez como en otros deportes mientras más compites puedes ir haciendo amigos, aunque no estén en tu escuela. También ha conocido gente de otros estados, y en diciembre fue al norteamericano.

 Juega con su papá y con su hermana, pero no se inhibe ni la intimida hacerlo con adultos.

—En realidad juego otro tipo de ajedrez, en el que se vale la captura del rey. Hay siete categorías. Y he avanzado a niveles más allá de mi edad, por eso me enfrento a niños más grandes que yo, de 12, 13 años.

La seguridad es una virtud de Karina.

Fue por un video: Liam David

Liam David tiene ocho años, juega desde los seis;

—Me gusta porque me divierto. Es un deporte, me canso, pero voy avanzando de nivel. Voy a competir a torneos, tengo un nivel intermedio. Me enfrento a niños de mi edad o más pequeños. En casa juego con mi papá, mi hermana está aprendiendo; juego con ellos a veces. También juego fútbol, basquetbol, natación. En el ajedrez tengo muchos amigos respetuosos y estudiosos.

Una vez encontró un video que le llamó mucho la atención por su animación.

—Encontré un ajedrez en mi casita, ahí abandonado, ni lo cuidaban. Me llamó mucho la atención porque era para niños. Mi mamá me llevó a Pilares y así inicié.

No voy a torneos por ganar: Pablo Elliot

Pablo Elliot tiene 11 años; está en sexto grado. Aprendió a jugar a los seis. Durante la pandemia, él no se aferró a un celular sino a un tablero, pero fue en 2022 cuando empezó a participar en torneos. Durante la pandemia estaba aburrido y se inició en este juego y le empezó a ganar a su familia. Lo hizo como un hobby para entretenerse y tener algo que hacer, pero luego lo empezó a tomar en serio. En caso no juega con nadie, a veces partidos de ejercicio con su entrenador.

¿Has usado Internet para jugar? ¿qué te parece?

—Siento que bien, porque es una manera de jugar si no hay nadie contigo y jugar en línea te ayuda, pero casi nunca lo hago, porque cuando juegas en torneos te afecta el hecho de que el tablero pase de segunda a tercera dimensión.

A ver, a ver ¿cómo?.

—Que cuando juegas en línea hay un tablero plano y eso me afecta mucho como pienso a la hora de jugar un torneo, porque a la hora de jugar un torneo presencial ves el tablero en una perspectiva que puedes cambiar en un tablero real; en el digital lo ves todo, pero además me cansa por el brillo de la pantalla.

¿Qué otras cosas te da el ajedrez presencial?

—Conozco gente, hago amigos y me divierto. Yo normalmente no voy a torneos por ganar. Este año decidí que mi primer año de torneos va a ser solo para entrenar y divertirme para que ya en el siguiente año pueda ganar. En este torneo gané el clasificatorio y realmente no lo esperaba.

¿Te enoja, te frustra si no ganas?

—Al principio sí, pero ahorita ya aprendí, pues analizo la partida y aprendo a conocer mis errores.

A Valentina su papá le enseñó a mover las piezas

Valentina tiene nueve años y está en cuarto grado; su papá jugaba y le enseñó a mover las piezas, después encontró una maestra que le dio clases en línea; continuó porque “era muy divertido y entretenido”. Ha tenido muchos torneos en varios lugares, como Los Pinos y en Pilares. Juega con niños pequeños porque no ha escalado a categorías más altas, solo en categorías de su nivel.

—Me gusta participar en los torneos porque es divertido y puedo llegar a ganar medallas y trofeos. En mi primer torneo gané un trofeo de tercer lugar. El año pasado, en los juegos Conade, gané el segundo lugar dos veces y el tercero. Me da emoción y felicidad cuando me ponen medallas y reconocimientos, a veces solo obtengo constancia de participación.

Ganes o pierdas, le puedes dejar algo a tu rival: Dante Vladimir

Vladimir tiene 10 años y empezó a jugar a los 3 o 5 -no lo recuerda bien-, pero a los siete fue cuando en verdad se interesó y empezó a entrenar, tratar de jugar bien y ganar.

—Lo que más me gusta del ajedrez es la variedad de posiciones y que cada partida siempre sea diferente que la otra, que nada sea igual.

¿Eso depende de ti o de tu contrincante?

—De los dos, de mí y de mi contrincante

¿Qué tan bueno eres?

—Pues me he comparado con diferentes niños, con diferentes personas y siento que no soy tan bueno, soy más o menos regular, pero voy a tratar de entrenar más para ser el mejor, ya sea de México, tal vez internacional, por ahora me siento muy bien.

Perfecto, no necesariamente se tiene que ser un ganador ¿Has ganado medallas?

—Sí, a veces gano de oro, plata, bronce, pero hay veces que no; depende mucho de los de los rivales con los que me encuentre.

¿Qué sientes cuando te dan una medalla?

—Pues me siento bien, siento felicidad. Siento que mi esfuerzo por ganar valió la pena y ganar algunas medallas me hace sentir bien.

¿Crees que alguna vez te llegará a aburrir, cuando sientes que ya lo sabes todo?

—No, siempre hay cosas nuevas para aprender, siempre, en cualquier partida puedes perder o ganar, ya sea que tú o tú rival no sea tan bueno, pero tú le puedes dejar algo; además puedes perder en cualquier partida, así sea contra el rival más débil.

Conmueve la grandeza de estos pequeños, su serenidad y la madurez que han adquirido mediante el juego;


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