Solangy Moctezuma
Día a día México atraviesa una transformación legislativa; las nuevas reformas exigen tener una población informada y preparada. 2025 será el año cuando por primera vez se efectúen elecciones del Poder Judicial. La necesidad de una población politizada es cada vez más urgente. Sin embargo, los jóvenes, que representan el sector más grande de la población, son los menos interesados en participar o informarse sobre la política de su país
La participación de los jóvenes es necesaria porque si no lo hacen sus intereses y necesidades no se ven reflejados en las políticas públicas. Ellos representan la oportunidad de renovar las estructuras de poder porque aportan nuevas perspectivas y modernizan la forma de gobernar.
El hecho de ser el sector que posee el mayor porcentaje poblacional convierte su participación en factor clave para frenar la corrupción y exigir rendición de cuentas. El desinterés político solamente beneficia a quienes ya tienen el poder.
Una prueba de la trascendencia que cobran las acciones que se llevan a cabo en conjunto radica en la innovación en la acción política a través de la tecnología.
Sin darnos cuenta, los jóvenes han innovado poco a poco la manera que actualmente se lleva a cabo el quehacer político, pues al ser parte de las generaciones que crecieron durante el apogeo de la tecnología, su método para informarse es consultar Internet y redes sociales, ya que los consideran confiables. Además de ser los medios predilectos para comunicarse y crear simpatía hacia alguien.
Por eso no sorprende que las campañas electorales y discursos políticos tengan fuerte presencia en redes sociales e Internet. Esto ha revolucionado la política haciéndola más accesible y participativa con el uso de la tecnología.
Podría ser el Internet un método para abrir paso a las juventudes y su participación, en política. Las redes sociales se han convertido en herramientas fundamentales a fin de empoderar políticamente a los jóvenes. No solamente les permiten acceder a información de manera rápida y personalizada, sino que ofrecen un espacio para el debate y la organización.
Entonces, ¿qué separa a los jóvenes de la política en nuestro país?
La ausencia de interés no es algo nuevo, la Encuesta Nacional de Valores en la Juventud expone gráficas de 2012 donde los porcentajes de interés en la política son igual de bajos que los actuales.
Para su comparación, una encuesta de tendencias juveniles hecha por el INJUVE en 2018 también evidencia la mínima participación e interés de este sector.
Entre las respuestas más mencionadas por los jóvenes, la que se repite es la falta de confianza en los actores políticos e instituciones; le sigue el hecho de no sentirse identificados con los representantes políticos y, por último, la falta de alfabetización cívica.
La desconfianza en los representantes políticos lleva a los jóvenes a evitar participar en elecciones. Según ellos, emitir un voto o forjar una opinión es inútil, ya que creen que las decisiones están predefinidas por quienes ocupan los altos mandos.
Encuesta de jóvenes en México 2019. Observatorio de la Juventud en Iberoamérica.
Respecto del hecho de no sentirse identificados con los representantes políticos, los jóvenes declaran que el motivo que más los acerca a conocer y apoyar (lo que posteriormente podría crear ese sentimiento de identidad) a los representantes son sus propuestas.
Y es que hay que tomar en cuenta que el contexto que a los jóvenes les ha tocado vivir está vinculado con transformaciones sociales que se han dado en un marco de transición y reformas políticas encaminadas a crear un México más democrático, así como de mayor competitividad y pluralidad partidaria.
Se muestra un cambio generacional importante que puede verse enmarcado en una percepción de mayor libertad para votar por el partido o candidato y/o propuesta que se considere mejor, aunado a que ya no existe la percepción de compromiso con el partido que dé algún obsequio.
Estamos ante una generación que se encuentra próxima a la participación más que a la exclusión. Para atraerlos es necesario apostar por una visión y un lenguaje compartidos que permitan acortar las diferencias intergeneracionales; favorecer el surgimiento de liderazgos juveniles a fin de que se sientan auténticamente representados.
Dicen que “solamente se habla de lo que se conoce”; entonces es justo preguntarnos ¿qué tanto se enseña a los jóvenes sobre política? La respuesta: no lo suficiente.
Se requiere reforzar la educación cívica en todos los niveles escolares e involucrar a los jóvenes en la cultura democrática desde edades tempranas. Este trabajo debe comenzar en el hogar, las escuelas y las universidades, espacios clave para sembrar las bases de una nueva forma de construir política.
En este punto, pregunto: ¿la despolitización que enfrentan los jóvenes es su responsabilidad?
Las cuestiones anteriormente mencionadas radican en factores externos al sector porque, a pesar de que el término “juventudes” es usado constantemente en distintos ejercicios y discursos de la política mexicana actual, sigue siendo un grupo al que nuestros representantes no han podido llegar, ya sea por usencia de autenticidad, poco entendimiento entre una generación y otra, o la urgencia de alfabetización cívica.
Conocer el origen y las causas de la despolitización de este sector es un ejercicio de compresión mutua entre políticos y jóvenes. Para los políticos porque es su responsabilidad y para los jóvenes porque urge que sean conscientes de que el futuro de México sí está en sus manos.
Son quienes, al menos por los próximos 30 años, van a sufrir o gozar los resultados del quehacer político. Así que es su responsabilidad actuar no por obligación, sino por voluntad. No solamente corresponde a los actuales jóvenes, sino también a los próximos.
Si a los jóvenes no se les dan las herramientas para participar efectivamente en la política tienen que exigirlas. Es necesario cuestionarnos lo siguiente: ¿por qué no nos quieren politizados? Los jóvenes son el sector más poderoso de población; es su responsabilidad empezar por sí mismos, porque cuanto más se involucra la ciudadanía en los procesos políticos y sociales de un país más integral será el sistema político.