Investigación / A Profundidad


news

La muerte no tiene cementerios


Ángel Luna Medina

¿En qué país vivimos y morimos? La vida no es pacífica y tranquila; la muerte, tampoco; el descanso eterno podría ser utopía. En 1955 Edmundo Valadés acuñó una frase profética: “la muerte tiene permiso”. Pero no tiene cementerios. Por ejemplo, las zonas metropolitanas de Ensenada, Campeche, San Francisco del Rincón, Chilpancingo, Chetumal, Ciudad Victoria, Hermosillo y San Luis Potosí presentaron 100 por ciento de ocupación en las tumbas de sus panteones.

El Índice Global de Paz 2025, de entre 163 países ubica a México en el sótano, en el lugar 135, acompañado de naciones como Afganistán. Finlandia, Dinamarca, Suiza, Austria brillan entre los más pacíficos.

Muerte en México, ¿cómo es? Hablemos de la muerte:

Cuando mueren, no consiguen descansar eternamente

En México galopa desbocado un nuevo problema: la saturación de los cementerios. En el país hay 3 mil 953 panteones, saturados en más de 80 por ciento. Reciclar las tumbas ha sido una alternativa para capotear que estalle la saturación que viven los camposantos.

Cabe mencionar que no hay datos oficiales precisos recientes sobre las problemáticas en los cementerios públicos. Las estadísticas del INEGI son de 2020, de acuerdo a una investigación en 74 zonas metropolitanas del país:

Al cierre de 2020, había 6,409,932 fosas (tumbas), 80.8% ocupadas y 18.8% disponibles. Criptas familiares 566,549; gavetas 1,068,640; nichos, 130,412; otro tipo de alojamiento, 2,516.

Por otra parte, otras estadísticas informan que en la Ciudad de México hay 118 cementerios. Uno de los más saturados es el Panteón General Iztapalapa, que existe desde hace 130 años. Registra hacinamiento, las tumbas están a centímetros unas de las otras. Las “perpetuidades” tienen caducidad. A cierto tiempo se exhuman cuerpos, y en las fosas es posible sepultar de cuatro hasta siete cadáveres, a través del tiempo.

A este paso, podríamos llegar a ser el país sin espacio para sus muertos. Hasta ahora, la problemática de menos lugares en los cementerios públicos no ha estallado porque las personas se van deslizando hacia otras alternativas, como la cremación, para definir el destino de los familiares fallecidos.

Fosas comunes

La estadística del INEGI (2020) menciona que 226 panteones contaron con fosas comunes. A nivel nacional, se reportaron 7 mil 611 fosas comunes en operación y 10 mil 182 que no lo estaban.

Ciudad Juárez fue la zona metropolitana que reportó mayor cantidad de fosas comunes, al registrar 5 mil 950.

La cantidad de cadáveres inhumados registrados en las fosas comunes fue de 24 mil 330. La zona metropolitana que registró mayor número de cadáveres inhumados en fosas comunes fue Valle de México, con 10 mil 822. Las zonas metropolitanas de Valle de México y Acapulco fueron las que tuvieron mayor cantidad de cadáveres no identificados.

Fosas clandestinas

Además del problema de saturación en los cementerios públicos formales, por todo el país crece la grave problemática de las fosas clandestinas, relacionadas con el principal problema de México: la inseguridad pública y la violencia generada por las organizaciones de la delincuencia. Inclusive, los grupos criminales, para no dejar huellas, optan por la desintegración de los cuerpos.

Las voces de los muertos

En otro tema humanitario, consecuencia de la delincuencia y violencia que reina en México, el país vive una dramática crisis forense. Existen alrededor de 70 mil cuerpos sin identificar, sin recibir digna sepultura, lejos del nuevo concepto llamado “dignidad póstuma”.

En una novela como Pedro Páramo no existe una división clara entre vivos y muertos. El protagonista, Juan Preciado, ingresa a Comala buscando a su padre. Un lugar donde las voces de los muertos resuenan constantemente. Una atmósfera de desasosiego: los muertos andan y por todas partes laten sus murmullos, sonidos e imágenes.

La verdad es que la realidad supera todo.

En octubre de 2025, por primera vez en su historia, el Comité Contra la Desaparición Forzada de la ONU (CED) activó el artículo 34 de la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas Contra las Desapariciones Forzadas, al considerar que existen indicios de una práctica “generalizada o sistemática” de desapariciones forzadas en México.

Esta medida de la ONU representa una acción inédita en el ámbito internacional, una decisión sin precedente.

Por otra parte, el artículo 5 de la citada Convención, establece: “la práctica generalizada o sistemática de las desapariciones forzadas constituye un crimen de lesa humanidad tal como se define en el derecho internacional aplicable y acarreará las consecuencias previstas en el derecho internacional aplicable”.

Se habla de 134 mil personas desaparecidas y no localizadas.


Notas relacionadas