Andrea Rodríguez Odonel
La lactancia materna (LM) contribuye al ejercicio de los derechos humanos a la salud y a una alimentación nutritiva, suficiente y de calidad, establecidos en el artículo 4° constitucional. Además, los innumerables beneficios de esta práctica no se limitan a las madres y sus hijas e hijos, se extienden a los ámbitos familiar, social, económico y medioambiental.
Sin embargo, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2023, elaborada por el Instituto Nacional de Salud Pública y la Secretaría de Salud, únicamente 34 % de las y los bebés en México es alimentado con leche materna exclusiva (LME) en los primeros seis meses de vida.
De acuerdo con Claudia Sierra Morales, presidenta de la Asociación de Consultores Internacionales Certificados en Lactancia Materna (ACCLAM), las madres que desean amamantar se enfrentan a barreras, que van desde la falta de apoyo en el ámbito familiar y desinformación del personal de salud, hasta el incumplimiento de leyes, códigos y normas por parte de centros hospitalarios y laborales públicos y privados.
Por ello, este 2025, la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se conmemora del 1 al 7 de agosto por iniciativa de la Alianza Mundial para la Acción a favor de la Lactancia Materna (WABA, por sus siglas en inglés), tiene el lema: “Prioricemos la lactancia materna, construyamos sistemas de apoyo sostenible”, que destaca la importancia de crear entornos adecuados que permitan a las madres otorgar a sus hijas e hijos los beneficios de la lactancia natural.
En este sentido, Claudia Sierra, presidenta de ACCLAM, aseveró que el apoyo, protección y promoción de la LM son de las acciones más costo-efectivas a favor de la salud y la economía. “Podríamos ahorrarnos millardos en atención de salud. No hay dinero que pueda mantener una población con enfermedades crónicas con las estadísticas que tenemos. Necesitamos saber que el riesgo de no amamantar a un bebé es que estará más propenso a enfermedades toda su vida”.
En esto coincidió Martha Fragozo Quiñónez, presidenta de la Liga de la Leche (LLL) México, quien enfatizó que la lactancia artificial “representa un coste económico alto para las familias y el país, debido a que muchas enfermedades crónicas se pueden prevenir con la lactancia humana”.
Alondra Ramírez, Consultora Internacional Certificada en Lactancia Materna (IBCLC) y especialista en temas de crianza, apego y neurodesarrollo infantil, señaló que estudios realizados en diversos países indicaron que el riesgo de cáncer de mama disminuye 4.3 % por cada 12 meses de lactancia materna. “Imaginemos lo que se ahorra el erario cuando una mujer amamanta por lo menos un año, se tiene la posibilidad de reducir el cáncer de mama, ovario y cérvico-uterino”. Además, refirió el impacto positivo a nivel cognitivo y en salud mental materno-infantil.
En el texto “El costo de no amamantar en México: un llamado para la acción (2021)”, el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) enfatizó que la alimentación con leche de fórmula ocasiona daños a la salud. El alto contenido de carbohidratos y azúcares provoca mayor riesgo de sobrepeso, obesidad, diabetes, cáncer, asma, alergias y enfermedades cardiovasculares. Asimismo, el uso de agua no adecuada para consumo humano, la deficiente higiene de biberones y utensilios provoca infecciones gastrointestinales, diarreas y deshidratación.
En materia económica, la presidenta de LLL México, Martha Fragozo, estima que una madre que amamanta de manera exclusiva ahorra alrededor de 4 mil pesos mensuales, mientras que Claudia Sierra, líder de ACCLAM, calculó que el ahorro podría llegar a 80 mil pesos en seis meses. Lo anterior, tomando en cuenta la compra de leche de fórmula más los utensilios para su preparación, el consumo de agua, gas y energía eléctrica.
Otro estudio publicado por el Pacto por la Primera Infancia en 2024 indicó que la fórmula láctea tiene una significativa huella ambiental, principalmente la producción, procesamiento, envasado y transporte. Cada kilogramo de fórmula infantil, desde la producción hasta el lavado y esterilización de biberones, requiere en promedio 699 litros de agua y puede alcanzar hasta 4 mil litros. Por el contrario, la lactancia materna es la forma de alimentación más respetuosa con el ambiente; es natural, renovable y no produce residuos.
Madres y especialistas en el tema enfatizaron que entre los principales obstáculos que enfrenta la lactancia materna están la desinformación y falta de capacitación del personal de salud, tanto en instituciones públicas como privadas.
“El sector público exige la lactancia, pero no acompaña, no guía, no explica; muchas mujeres recién paridas viven dolor físico, cambio emocional y la presión de alimentar a sus bebés sin saber cómo. El sector privado ha avanzado, pero le falta tomar el tema más en serio, su personal está desinformado”, consideró Alexandra Villavicencio, madre de dos niños.
En este sentido, la Liga de la Leche y ACCLAM proponen que las universidades incorporen en los planes de estudio de carreras relacionadas con salud y alimentación una materia de lactancia humana de carácter obligatorio. Además, que los exámenes de ingreso a especialidades médicas como Pediatría, Ginecología, incluyan preguntas relacionadas con el tema.
Claudia Sierra, líder de ACCLAM y madre de cuatro hijos, comentó que México suscribió la iniciativa Hospital Amigo del Niño y la Niña, promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), que establece 10 pasos que deben seguir los hospitales para proteger, promover y apoyar la lactancia materna. Sin embargo, lamentó que no se ha dado seguimiento a la certificación y monitoreo de los protocolos médicos y hospitalarios, por lo que persisten prácticas como la separación innecesaria de mamás y bebés después del nacimiento, alimentación con leche artificial y uso de biberones sin un consentimiento informado.
Sierra Morales comentó que otro grave problema es “el conflicto de interés en el sistema de salud y la falta de regulación en materia del comercio y publicidad de empresas que producen fórmula infantil, mamilas y chupones, porque en cuanto tú pones la palabra lactancia en medios digitales, te empieza a llegar toda la información”. Enfatizó que en el país “no hay ningún impacto ni efecto jurídico y legal para que se respete el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de Leche Materna”, firmado por México desde 1981.
Alondra Ramírez, Consultora Internacional Certificada en Lactancia Materna (IBCLC, por sus siglas en inglés) y madre de dos hijos, insistió en que la desinformación, los mitos, prejuicios, críticas y opiniones infundadas son el pan de cada día en la vida de las madres. Se requiere informar, educar, concientizar, sensibilizar e influir en la sociedad, a través de campañas de difusión institucionales para que se respete, proteja y promueva la lactancia.
Karla González, mamá de Valeria de 21 años y Lucio de 2 meses, expresó que “todas las mujeres somos distintas, algunas logran lactancia exclusiva, otras mixta y otras no tienen producción. No debemos juzgar o criticar sin saber el contexto de cada mujer”.
“Se debe visibilizar la lactancia como un tema común y no tabú. Hay que normalizar que las madres podamos alimentar a nuestros bebés en espacios públicos y privados sin pasar por ninguna vergüenza, juicio social o discriminación”, aseveró Belén Torres, quien continúa amamantando a su hijo de 1 año 3 meses.
La presidenta de la Liga de la Leche, Martha Fragozo, dijo que si las personas no saben sobre el tema es mejor no opinar. Es posible ayudar a una madre acercándole un vaso de agua, comida, en las labores domésticas y de cuidados, acompañarla, sugerirle que busque apoyo o buscarlo por ella. Consideró importante que la sociedad sepa que existen organizaciones y especialistas en lactancia materna que brindan información verídica y actualizada, que acompañan en grupos presenciales y virtuales o consultas particulares.
Todas las madres lactantes entrevistadas, entre ellas, Paola Romero, quien dejó su empleo para dedicarse por completo al cuidado y crianza de su hija, coinciden en que no hay suficiente apoyo a la lactancia en el sector laboral. Señalan que a pesar de que la legislación mexicana contempla licencias de maternidad, reposos extraordinarios durante el periodo de lactancia (seis meses) y el establecimiento de lactarios en centros de trabajo, la realidad es que en muchos casos no se cumple a cabalidad.
“Se requiere aumentar la duración de las licencias de maternidad/paternidad y de los reposos diarios para la lactancia, acorde a lo que recomienda la OMS respecto al tiempo mínimo, que es de dos años”, afirmó Belén Torres, funcionaria pública y madre.
Yuritzy Ledesma, docente y madre lactante, denunció una de las situaciones que más le indignaron: “el director de la escuela donde trabajo me ofreció el baño para extraerme leche para alimentar a mi bebé, lo que me llevó a presentar una queja en derechos humanos”.
El llamado es a que todas las personas, instituciones y organizaciones públicas y privadas se sumen a favor de la lactancia materna. Se requieren alianzas, convenios de colaboración para construir sistemas de apoyo sostenibles, fortalecer el monitoreo de acciones en el sector público y privado, la investigación y difusión.