Luz María Mondragón
El presente es el manantial de las presencias. Como relámpagos en la oscuridad se encienden recuerdos del ayer, capítulos clave del México contemporáneo. Momentos en que la democracia levantó el vuelo y se posó sobre el gran campo de batalla de la Historia.
La mañana del 5 de mayo de 1989 a las 7:00 horas se logró controlar el incendió de la Cámara de Diputados. En ese entonces estaba en la capital poblana. Como reportera cubría la CXXVII conmemoración de la Batalla de Puebla. Se enaltece esta gesta heroica porque representa uno de los pasajes más gloriosos de la memoria nacional, el combate militar más importante. Actualmente vive un boom este icónico acontecimiento. Es un referente en los tiempos actuales, que se distinguen por un momento estelar de las Fuerzas Armadas.
En 1987, tras la selección del candidato presidencial del PRI, Carlos Salinas, abanderado del neoliberalismo, fue la eclosión de la Corriente Democrática encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez y Rodolfo González Guevara. Inconformes con el “dedazo” empujaron la candidatura del hijo del expresidente Lázaro Cárdenas.
Capítulos controvertidos. Cuatro días antes de la elección presidencial del 6 de julio de 1988, fueron asesinados Francisco Ovando Hernández y Román Gil en la Ciudad de México, personas clave para defender el voto a favor de Cuauhtémoc Cárdenas, pues eran expertos en la logística de la recepción de la información electoral del 6 de julio.
Un apagón sin precedente. La caída del sistema electoral la noche del 6 de julio es un episodio crucial. Capítulo discutido en la historia. No había INE que organizara el proceso y contara los votos. Existía la Comisión Federal Electoral, presidida por Manuel Bartlett Díaz, secretario de Gobernación.
Esa noche y madrugada del 6 y 7 de julio de 1988 la pasé en la SEGOB. Por ese trabajo periodístico recibí en 1989 un Premio Nacional de Periodismo. Esa etapa de mi vida coincidió con el inicio de una nueva era en la vida democrática del país.
En defensa de la democracia, esa misma noche los candidatos presidenciales de la oposición: Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (Frente Democrático Nacional); Manuel J. Clouthier, “Maquío”, (PAN); y Rosario Ibarra de Piedra (PRT), iniciaron y encabezaron marchas de protesta por las anomalías electorales.
Nació la LIV Legislatura en esta Cámara de Diputados. Los líderes parlamentarios eran Guillermo Jiménez Morales (PRI), Abel Vicencio Tovar (PAN), Pablo Gómez (PMS), Pedro Étienne (PFCRN) y Óscar Mauro Ramírez Ayala (PARM). Enconados debates.
Ese 1º de septiembre de 1988 también fue un día inflamable. Era el 6º y último Informe presidencial de Miguel de la Madrid Hurtado. En la línea de los visionarios y filósofos, el brillante senador Porfirio Muñoz Ledo (FDN) se atrevió a interpelar al Presidente de la República, en este mítico Salón de Sesiones. Junto a él, viví ese frenesí.
Por el incendio que consumió el Salón de Sesiones, el 1º de noviembre de 1989 el Congreso de la Unión sesionó en el Palacio de Bellas Artes. Allí fue el I Informe presidencial de Carlos Salinas de Gortari. Fue un ambiente ríspido, de protestas.
Aquella proeza de la Corriente Democrática en 1987 culminó en otro momento estelar de la historia: el 1º de diciembre de 2018, la izquierda llegó al poder. Aquí fue la toma de protesta de Andrés Manuel López Obrador. Porfirio Muñoz Ledo le entregó la Banda Presidencial.
El 1o de octubre de 2024, la mítica Banda Presidencial, gloria para elegidos, reapareció renovada para un tiempo nuevo. Un momento estelar de la historia, atrapado en una imagen legendaria: Claudia Sheinbaum Pardo, portándola. Fotografía inédita. Antes, el destino era, desde Guadalupe Victoria, primer presidente de México (1824), que solo hombres llevarían el símbolo del Poder Ejecutivo, jamás una mujer.
Por primera vez en la historia también una mujer consumó el traspaso del Poder Ejecutivo. La presidenta del Congreso de la Unión, Ifigenia Martha Martínez y Hernández recibió, de López Obrador, la Banda Presidencial para depositarla en las manos de Sheinbaum Pardo.
Tantas historias, como estrellas. Relatos que condensan una sucesión torrencial de acontecimientos. La reflexión sobre el ahora, no implica olvido del pasado. El periodismo dialoga con la Historia.