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Nuestro futuro está en el hidrogeno verde, fuente de energía limpia


Aida

El mundo transita hacia el uso de fuentes de energía más limpias y el hidrógeno verde emerge como un protagonista clave. Más allá de su papel en la industria petroquímica, es una de las piezas fundamentales para descarbonizar sectores estratégicos. ¿Cómo se utiliza y cuál es su potencial a futuro?

A continuación, descubriremos algunas de esas incógnitas y cómo la Comisión de Cambio Climático y Sostenibilidad de la Cámara de Diputados ha contribuido a impulsar su desarrollo.

El hidrógeno verde es clave para la transición energética y la reducción de emisiones contaminantes. Se produce mediante electrolisis del agua utilizando energía renovable, lo que lo convierte en una fuente de energía limpia y sostenible. 

Su importancia radica en varios aspectos: produce menos emisiones de carbono, contribuyendo así a la reducción de la contaminación atmosférica; su almacenamiento es sencillo, lo que permite su uso posterior a la producción; es aplicable en transporte, agricultura e industria química, entre otros sectores.

En este sentido, la Comisión de Cambio Climático y Sostenibilidad, que preside la diputada Alejandra Chedraui Peralta (Morena) presentó una iniciativa con proyecto de decreto para reformar diversas disposiciones de la Ley General de Cambio Climático, en materia de hidrógeno verde. La iniciativa se presentó ante el Pleno de la Comisión Permanente, el 14 de mayo de 2025, y se publicó en la Gaceta Parlamentaria el 14 de mayo de 2025.

En su exposición de motivos el documento refiere que “la descarbonización del planeta es uno de los objetivos que se han marcado países de todo el mundo de cara a 2050. La producción de hidrógeno verde, una tecnología basada en la transformación de este elemento a través de electrolisis se revela como una de las claves fundamentales. La AIE (Agencia Internacional de Energía) estima que esto permitiría ahorrar los 830 millones de toneladas anuales de CO2 que se originan cuando este gas se produce mediante combustibles fósiles”.

Impacto de los gases de efecto invernadero

Según el Informe sobre la Brecha de Emisiones de la ONU, en 2023 se registraron 75.1 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente (GtCO₂e), una unidad que permite expresar el impacto total de los gases de efecto invernadero. El sector energético se mantuvo como el principal emisor a nivel global, seguido del transporte, la agricultura y la industria.

En México el panorama es similar: el principal contribuyente a las emisiones es el sector energético —que abarca la generación de electricidad, el transporte, la producción de petróleo y gas, así como otros usos de combustibles— con un 62 % del total. Le siguen las actividades ganaderas 16 %, y el sector industrial, que aporta el 10 %.

El uso del hidrógeno como vector energético (como combustible, para almacenar energías renovables o en celdas de combustible) es aún incipiente. El empleo de hidrógeno mezclado con gas natural (hasta en un 30%) en la generación de electricidad tiene un alto potencial en la generación energética y en estrategias de fuentes limpias.

La producción de energía eléctrica en México proviene principalmente de tecnologías termoeléctrica (78.8% del total) e hidroeléctrica. (7.7%). La energía geotermoeléctrica, eólica y fotovoltaica han tenido aportación cada una menor al 1%.

El potencial uso de hidrógeno verde y azul (al capturar el CO2 generado) contribuiría considerablemente a las estrategias de descarbonización en México.

¿Para qué se utiliza?

El hidrógeno se utiliza principalmente como materia prima en la industria petroquímica, especialmente en el refinado de petróleo crudo, la síntesis de amoníaco (fundamental para la producción de fertilizantes) y la elaboración de metanol, que sirve de base para una amplia gama de productos, incluidos los plásticos.  

Además, el hidrógeno puede emplearse como combustible: al quemarse, genera calor superior a los 1000 °C sin emitir dióxido de carbono. También puede ser utilizado en pilas de combustible, donde reacciona con el oxígeno para producir electricidad sin liberar contaminantes ni gases de efecto invernadero. El único subproducto de esta reacción es vapor de agua.  

En la actualidad, su empleo se concentra especialmente en refinerías de petróleo, donde se aplica para eliminar impurezas, mejorar fracciones de petróleo pesado durante la producción química y como agente reductor en la fabricación de hierro. En 2020, la demanda industrial de hidrógeno alcanzó las 87.1 millones de toneladas (Mt).

Se estima que, para 2030, el hidrógeno verde podría representar entre el 10% y el 20% del consumo energético mundial.

El hidrógeno verde es de las alternativas más atractivas al actual sistema energético basado en el carbono. Puede producirse a partir de diversas fuentes renovables y utilizarse como portador de energía libre de carbono para fines industriales, residenciales y de transporte.

Beneficios del hidrogeno verde:

- Produce menos emisiones de carbono, contribuyendo así a la reacción de la contaminación atmosférica.

- Su almacenamiento es sencillo, lo que permite su empleo posterior a la producción 

- Aplicable en transporte, agricultura e industria química, entre otros sectores

La descarbonización del planeta es de los objetivos que se han marcado países de todo el mundo de cara a 2050. La producción de hidrógeno verde, una tecnología basada en la transformación de este elemento a través de electrolisis se revela como una de las claves fundamentales. La AIE estima que esto permitiría ahorrar los 830 millones de toneladas anuales de CO2 que se originan cuando este gas se produce mediante combustibles fósiles.

En México existen 18 proyectos (ver mapa) relacionados con el hidrógeno en diferentes etapas de desarrollo o que han sido anunciados públicamente. Están centrados principalmente en el aprovechamiento del hidrógeno verde y buscan el desarrollo de plantas de producción o de estrategias de adopción de hidrógeno en diferentes industrias y zonas del país.

Además, se contemplan otros potenciales proyectos que están en estudio de la factibilidad y otras iniciativas relacionadas con hidrógeno verde. Existe una potencial contribución de hidrógeno limpio en sectores estratégicos del país que actualmente utilizan el hidrógeno en sus procesos: minería, transporte público, industria del metal, refinación del petróleo, industria química (producción de amoniaco y metanol) y la red de gas natural.1

En términos de infraestructura industrial, México tiene gran potencial de conversión para encadenamientos productivos y uso de hidrógeno verde. Se estiman beneficios considerables en la generación de empleos, derrama económica y disminución de la dependencia de combustibles fósiles.

Algunas recomendaciones para la implementación de una estrategia industrial incluyen: apoyo al desarrollo de infraestructura y adopción de tecnología necesaria; evaluación de demanda actual y potencial en sectores estratégicos; programas de capacitación; un esquema de seguimiento interinstitucional que asegure la alineación de incentivos y estimule la inversión; coordinación institucional robusta; cooperación internacional.

La urgencia climática exige soluciones innovadoras y sobre todo sostenibles, el hidrógeno verde representa una oportunidad valiosa para transformar las fuentes de energía. Su aprovechamiento eficiente no solamente requiere avances tecnológicos, sino también un marco normativo robusto y una firme voluntad política. Compromisos como el asumido por la Comisión de Cambio Climático y Sostenibilidad son fundamentales a fin de que México pueda consolidarse como un referente en energías limpias.

1 Iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforman diversas disposiciones de la Ley General de Cambio Climático, en materia de hidrógeno verde.


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