La inseguridad pública es el principal problema del país. Prolifera en calles, colonias, municipios y estados, sea en el México urbano o el rural.
El Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) de la Cámara de Diputados realizó el foro “La ciencia de datos para el fortalecimiento de la seguridad nacional”, que abrió un nuevo capítulo hacia las soluciones.
Uno de los ponentes, el doctor Eduardo Guerrero Gutiérrez, revela las claves para doblegar al crimen organizado: técnicos, no políticos deben dirigir las secretarías de Seguridad y Protección Ciudadana y las fiscalías; predecir las epidemias de delitos (secuestros, homicidios, extorsiones) con sistemas de alerta temprana; la colaboración de Estados Unidos; la calidad de la información delictiva, rigurosas bases de datos; la creación de la Coordinación Nacional Antiextorsiones; la meritocracia en los cargos, sean militares o civiles.
Hoy persisten fallas: perfiles políticos, no técnicos, en las instituciones, donde pululan “camarillas políticas”; la discontinuidad en planes y estrategias, que nos condena al “amateurismo”, al “parroquianismo” eterno en seguridad pública; regalar “un cheque en blanco” a las Fuerzas Armadas.
Eduardo Guerrero Gutiérrez es reconocido experto. Su empresa Lantia Intelligence es vanguardia en la ciencia de datos y análisis sobre seguridad, crimen organizado y conflictividad social. A partir del monitoreo permanente de información y de metodologías rigurosas, ofrece productos y servicios orientados a mitigar riesgos en la toma de decisiones.
Sintetizó: es una fantasía creer que se puede acabar al crimen organizado mexicano, el más violento y potente financieramente. Pero sí es posible controlarlo y reducir su violencia y delitos. ¿Cómo? Algunos puntos de la reflexión del analista son:
México vive un momento crucial en materia de inseguridad pública. Es fundamental la ciencia de datos. De lo contrario, el gobierno seguirá tirando “palos de ciego”. La actuación de las secretarías de la Defensa Nacional, de Marina, de Seguridad y Protección Ciudadana ha carecido de un componente esencial: la inteligencia.
¿Por qué el acompañamiento de Estados Unidos (FBI, DEA)? Porque tiene la mejor información, gracias a una exitosa red de informantes sobre la anatomía de los cárteles mexicanos. México no la tiene. Ellos pueden fragmentar organizaciones y ubicar blancos estratégicos. En su territorio lograron tener un “crimen domesticado”, menos violento y amenazante que el mexicano. Estados Unidos posee la radiografía de los municipios, de aliados y enemigos de la delincuencia organizada. En resumen: ha descifrado los resortes de la violencia en la República.
El doctor Guerrero examinó: en el país, el mayor lastre que padecen miles de personas (mineros, agricultores, comerciantes, pequeños empresarios…) es la extorsión, el cobro de cuota, de piso, delito que va en expansión.
Cuando un cartel domina una entidad (presencia hegemónica) es falso que regresa la paz y la seguridad. Cierto, disminuyen los brotes de violencia. Pero se dispara la extorsión a la ciudadanía. Ocurre, por ejemplo, en Durango. Otro caso es Tabasco, donde los indicadores evidencian que no enfrentan al crimen organizado. Desnuda acuerdos delincuencia-funcionarios.
Por lo anterior, es acertada la propuesta de la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez: la creación de la Coordinación Nacional Antiextorsiones. Desarticularía las redes de extorsión. Sin embargo, extrañamente, la iniciativa no avanza. Debería estar en el centro de la agenda nacional. Hay boicot, a muchos en el gobierno y en las Fuerzas Armadas no les gustó.
Hasta algunos políticos y legisladores contrapropusieron: que la Coordinación Nacional Antiextorsiones incluya otros delitos. No, así no tendrá éxito. Su eficacia es combatir un solo delito. Si incluyera más, se dispersaría. El retraso evidencia que autoridades solapan las extorsiones y el cobro de cuota, de piso, y que no les conviene la creación del organismo.
Al subrayar la relevancia de la propuesta, rememoró los magníficos resultados de la Coordinación Nacional Antisecuestro (Conase). Sí combatió el secuestro. Otro acierto fue que el primer titular era un perfil técnico, no político: Renato Sales, quien diseñó una Conase con fuerte vínculo a la sociedad civil y hasta con el FBI de Estados Unidos. Los encargados estatales de la institución también se distinguen con perfiles técnicos de primer nivel.
Hoy la Conase y el Centro Nacional de Inteligencia (sucesor del CISEN) son los grandes proveedores de inteligencia de primer nivel en México.
Guerrero Gutiérrez visualizó: no hay riesgo de ambiciones políticas de las Fuerzas Armadas por la ampliación militar en las calles para tareas de seguridad pública. Pero sí hay peligro de que desarrollen ambiciones económicas. Tienen presencia en las obras del sexenio (tren maya, refinerías y otros proyectos). Sí hay riesgo que después ya no quieran desligarse de los negocios. Se pueden acostumbrar a los grandes dividendos financieros. Será difícil apartarlos.
La presencia del Ejército en las calles debió condicionarse a dar buenos resultados, a indicadores delictivos. Ejemplo: que solamente estén en una región, siempre y cuando reduzcan homicidios o delitos de alto impacto. No darles un “cheque en blanco”, como sucedió.
Faltó imaginación a las y los legisladores. Sí, que estén en las calles, siempre y cuando baje la criminalidad. Muchas veces la presencia del Ejército, en vez de mejorar empeoró la inseguridad pública.
En algunas regiones a los militares se les conoce como “los reyes del perímetro”. Cuando les piden auxilio no apoyan argumentando: “disculpen, no podemos involucrarnos, solo somos encargados de un perímetro”. Se volvió un pretexto reiterado.
Guerrero Gutiérrez analizó: En México prevalece un grave problema: casi nadie denuncia. La cifra negra es de 92%. Impide el análisis serio sobre el fenómeno delictivo, al no contar con información precisa. Las encuestas del INEGI son débiles, no permiten inferir datos de municipios pequeños, menos de colonias. Son vacíos informativos que obstaculizan políticas específicas y estrategias ad hoc.
La información precisa es básica para diseñar políticas preventivas correctas como son los sistemas de alerta temprana para predecir olas delictivas.
Ejemplo: La desaparición de los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa se pudo evitar. Los dos años previos hubo desapariciones episódicas de normalistas. Si se hubieran generado alertas tempranas esta tragedia no existiría.
Thomas Schelling (Premio Nobel de Economía 2005) aportó: las epidemias sociales (como las criminales) tienen comportamientos análogos a las epidemias sanitarias, de viruela u otra enfermedad.
Podemos predecir con certeza la aparición de epidemias de secuestros, desaparición de personas, homicidios. Permitiría a gobiernos actuar de manera dirigida para evitar las olas delictivas. Es valioso y barato contar con datos precisos. Solo requiere el adiestramiento, la capacitación de analistas.
Lantia Intelligence tiene bases de datos altamente especializadas. La recolección sistemática la realizan expertos, con credenciales académicas sólidas, de alto nivel, con maestría, capacidad de razonamiento y análisis para detectar la actividad criminal.
Son necesarios los mapas de riesgo delictivo, ubicando colonias, incluso horarios de riesgo. Así se podrá alertar a niños, niñas, jóvenes, mujeres y adultos acerca de secuestros y otros delitos.
En general, las actuales corporaciones de seguridad no analizan datos. ¿Cómo van a atacar con eficacia al crimen organizado?
El mayor veneno contra un cartel es capturar a su líder. Dinamita los códigos internos. Sin embargo, los arrestos de capos deben ser muy bien pensados. Armar operativos preventivos que eviten epidemias de violencia.
Al inicio del sexenio hubo una estrategia que prometía mucho: usar al ejército de 20 mil servidores de la nación, que actualizaban padrones de programas sociales, como fuerza de inteligencia. Pero se politizó y diluyó el plan inicial.
El crimen organizado ya aplica acciones inéditas: por primera vez en la historia, en Michoacán, está causando la adicción masiva de campesinos al cristal. Los quieren adictos, para controlarlos mejor. En el México rural la criminalidad va de mal en peor.
No. En las entidades más pobres como Chiapas, no se ha desbordado la violencia del crimen organizado. Sí son entidades donde los carteles reclutan gente para sus ejércitos de sicarios. En cambio, la pobreza sí incide en materia de delitos comunes.
El problema mayor no son los delincuentes comunes, sino el crimen organizado porque genera 70% de los homicidios. En Chihuahua y Baja California la estadística llega al 90%. En Oaxaca y Chiapas no rebasa 40%.
Oaxaca es una entidad con más conflictividad social, pero con menos criminalidad. En cambio, Sonora tiene graves problemas de crimen organizado, pero no de conflictividad social, finalizó el prestigioso analista Eduardo Guerrero.
El presidente de la Comisión de Marina, diputado Jaime Martínez López (Morena), advirtió: los ataques cibernéticos en los últimos meses en el país son más agresivos; pueden comprometer datos de manera confidencial de personas públicas o particulares, incluso de seguridad nacional.
La maestra Hasuba Villa Bedolla, encargada de despacho del CESOP, consideró que la ciencia de datos ayuda a las disciplinas del conocimiento a acercarse con mayor detalle a una metodología confiable.
Lucía Carmina Jasso, especialista del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, propuso una ley orgánica que conlleve a la profesionalización de los integrantes de los servicios de inteligencia. Aeleen Viridiana Miranda Gutiérrez, colaboradora del CESOP, destacó: ofrecemos a las y los legisladores un "cruce" de datos a través de bases digitales con la aplicación de algoritmos matemáticos, método que concluye en la obtención de patrones de incidencias en distintos tópicos. Se puede saber de delitos, sucesos, lugares o zonas. La ciencia en favor del conocimiento legislativo, concluyó.