El pasado 10 de julio inició en la Cámara de Diputados el análisis de la iniciativa para eliminar el horario de verano. Tras recibir la iniciativa que expide la Ley de los Husos Horarios en los Estados Unidos Mexicanos, enviada por el titular del Ejecutivo federal, el tema será discutido, por acuerdo de los partidos, el próximo periodo ordinario de sesiones, anunció el presidente de la Mesa Directiva, diputado Sergio Gutiérrez Luna.
Explicó que el ahorro con ese horario se ha mantenido por debajo del uno por ciento de energía consumida cada año y, además, ha ido decreciendo por los avances tecnológicos y mejoras en la industria que han propiciado un consumo más eficiente.
Estudios científicos, entre ellos el de la Universidad Nacional Autónoma de México, han señalado que los horarios estacionales afectan la salud a corto, mediano y largo plazos, sobre todo de niñas, niños y adolescentes; causan trastornos de sueño, problemas cardiacos, desequilibrios en el reloj biológico y diferentes alteraciones psicoemocionales.
El tema del horario de verano ha sido rechazado por un alto porcentaje de la población, así lo refirió el diputado presidente, quien citó datos del Gobierno Federal: en mayo pasado se realizó una encuesta en la que 71.4 por ciento de los consultados se pronunció por mantener un solo horario durante todo el año.
“Por estos motivos consideramos viable la eliminación del horario de verano, cuyo uso no se justifica con los pocos ahorros de energía y las múltiples afectaciones a la salud de las y los mexicanos. Sólo se plantea mantenerlo en algunas partes de la frontera norte del país, dada la profunda integración laboral, social, cultural y económica con los Estados Unidos”, comentó.
Como las leyes no son retroactivas, se perfila que el actual horario se mantenga hasta el 30 de octubre.
Los motivos
Este decreto fue implementado en México por el presidente Ernesto Zedillo, el 4 de enero de 1996, y se aplicaría en el periodo de mayor insolación del año, cuyo resultado propiciaría una importante disminución en la demanda de energía eléctrica y reduciría el consumo de los combustibles que la generaban, disminuyendo así la contaminación. Otro de los argumentos era que la sociedad haría un mayor número de actividades a la luz del día, que habría menos situaciones de riesgos de asaltos en las noches y, por lo tanto, aumentaría la seguridad en espacios públicos y, sobre todo, tendríamos el mismo horario que nuestros principales socios comerciales.
La iniciativa presidencial sobre Ley de Husos Horarios de los Estados Unidos Mexicanos consta de 27 cuartillas y establece la eliminación del horario de verano. Entre los puntos más sobresalientes de esta iniciativa se encuentran los siguientes:
La salud: El horario de verano produce afectaciones a la salud de las personas. En las niñas, niños y adolescentes se tiene confirmado que, en las primeras semanas de adaptación, sufren trastornos en la conciliación del sueño, lo que aumenta la presencia de somnolencia diurna. Además, en general la población realiza un esfuerzo para adaptarse al cambio, lo que puede provocar efectos en la salud cardiovascular.
Economía: El horario de verano podría aumentar la posibilidad de incrementen los niveles delictivos, debido a la necesidad de salir del hogar en la oscuridad, sin el suficiente transporte ni mayor vigilancia.
Evidencia científica: Si bien existen diferencias de disposición de luz solar entre verano e invierno, la distancia entre los horarios “naturales” en el territorio mexicano es escasa en una misma estación.
Rechazo al horario de verano: La gente que vive los cambios de horario se ha manifestado mayoritariamente en contra.
Ahorro energético: Desde la implementación de la medida se ha contribuido constantemente al ahorro de energía, aunque siempre por debajo del 1 % de la energía consumida anualmente. Es decir, el ahorro no es significativo.
¿Qué países aplican el horario de verano?
Desde hace 26 años el primer domingo de abril se adelanta una hora a los relojes, y se vuelve a atrasar el último domingo de octubre de cada año. Pero estados como Quintana Roo (sureste) y Sonora (noroeste), no lo aplican. Pueblos y ciudades fronterizas con Estados Unidos lo hacen 15 días antes para estar sincronizados con sus vecinos del norte, por sus compromisos comerciales.
De acuerdo con la plataforma de información estadística Statista, en América Latina el cambio estacional de hora se aplica en México, Chile, Paraguay, Cuba, Haití y en el sur de Brasil. La mayoría de los países de la región han utilizado en algún momento la hora de verano, pero la derogaron posteriormente.
Si bien Venezuela no usa el horario de verano, el Gobierno de Nicolás Maduro decidió, en mayo de 2016, adelantar 30 minutos el horario oficial para enfrentar la crisis energética que vivía el país, como consecuencia de su dura situación económica.
A diferencia de México, Cuba y Haití, la gran mayoría de los países de Centroamérica y El Caribe, como Belice, Costa Rica, Honduras, Guatemala, Jamaica o Panamá, han señalado que no ven necesario el horario de verano, debido a sus favorables condiciones climáticas y de luz.
Estados Unidos también lo hace, aunque en fechas distintas y con algunas excepciones, pues hay zonas que no siguen el cambio de horario del resto del país. En Europa destacan países como Rusia o Turquía, que no hacen el cambio de hora, pero muchos otros cambian la hora dos veces al año, a finales de marzo y en octubre.
Menos del 40% de los países del mundo ajustan la hora actualmente, aunque más de 140 han aplicado el cambio horario alguna vez en el pasado.
