De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México hay 15.4 millones de personas mayores de 60 años, lo cual representa el 12 por ciento de la población total, que debido a su condición están en riesgo de sufrir maltrato en todas sus esferas de acción, tanto institucionales, comunitarias y, particularmente, domésticas.
Ante este fenómeno, que tiende a convertirse en un problema de salud pública mundial, la Unidad de Igualdad de Género, en colaboración con el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam), impartió el taller “Prevención del maltrato en personas mayores”.
La finalidad: “crear espacios de trabajo libres de cualquier forma de discriminación y basados en el respeto, la inclusión y la igualdad de las personas, así como sensibilizar al personal de la Cámara de Diputados respecto a la importancia de brindar un buen trato a las personas adultas mayores y, con ello, garantizar una atención con enfoque gerontológico digno y respetuoso”, expuso Corina Espinosa Hernández, psicóloga del Inapam.
Su disertación partió de la premisa de que hay una feminización de la vejez, pues a nivel mundial las mujeres viven más que los hombres, pero no mejor, ya que ocupan mayor tiempo y esfuerzo hacia otras personas, lo cual trae como consecuencia olvidarse de ellas mismas. Así que planteó la necesidad de visibilizar las tareas que realizan no sólo en la economía familiar, sino como soporte emocional y de contención.
Más personas mayores que menores de 5 años
Ahora bien, asociado a los avances en ciencias médicas y mejoría en condiciones de vida y disminución de las tasas de morbilidad y mortalidad por causas transmisibles, por primera vez hay más personas mayores de 60 años que niños menores de cinco; sin embargo, el incremento de la longevidad implica aumento en la carga de enfermedad y discapacidad, así como en la inversión de mayores recursos de cuidado.
La esperanza de vida en hombres es de 72 años, mientras en las mujeres es de 78 años. De acuerdo con la Organización de Estados Americanos (2015), el maltrato es la acción u omisión, única o repetida, contra una persona mayor que produce daño a su integridad física, psíquica y moral, que vulnera el goce o ejercicio de sus derechos humanos y libertades fundamentales, independientemente de que ocurra en una relación de confianza.
De acuerdo con la psicóloga del Inapam, el maltrato es una realidad poco visibilizada, debido a que pocos casos llegan a la denuncia, por lo que se debe trabajar con rutas de acción que permitan guiar y regular las acciones, enfatizando la prevención, a través de información y educación de las personas involucradas, estableciendo perfiles de acuerdo con las capacidades de la víctima, utilizando herramientas de tamizaje.
El maltrato puede conllevar lesiones físicas, secuelas psicológicas e impacto socioeconómico, no sólo en la persona mayor sino en la familia y en la comunidad. Se tipifica en Maltrato Físico, cuando se utiliza la fuerza física y ocasiona dolor, daño o discapacidad física y está asociado con el deterioro en salud física, cognitiva (confusión, problemas de memoria), psicológica (baja autoestima, depresión, enojo, miedo, cambio de comportamiento), mala adherencia terapéutica y dificultad para defenderse.
En tanto que el Maltrato Psicológico se refiere a la acción de infligir angustia, dolor o estrés mediante palabras o actos. Sus indicadores son la manipulación, victimización, amenazas, insultos, descalificación, intimidaciones; tratar a la persona como menor de edad y está asociado con la alteración de alimentación y sueño, labilidad emocional, baja autoestima, depresión, ansiedad, temor, inutilidad aprendida, modificación de lenguaje y memoria, descontrol de recursos emocionales e instrumentales, autoagresiones, ideas suicidas.
Otra forma de violencia hacia los adultos mayores es la Explotación Financiera cuando hay uso ilegal o indebido de propiedades o bienes, sin la autorización de la persona mayor. También cuando hay abandono y desamparo injustificado hacia el adulto mayor con el que se tiene responsabilidad (disposiciones legales) y que ponen en peligro su salud. Implica dejarlo en lugares peligrosos, sin cuidado o encerrado.
Hay Abuso Sexual en el caso de contacto sexual intentado o consumado, no consentido o con personas incapaces de consentir. Implica lastimar, insultar, obligarla/o a participar en acciones de tipo sexual (ver material pornográfico, tomarle fotografías, etc.) no permitir uso de protección. Está asociado con lesiones, dolor e infecciones genitales, depresión, ansiedad, actos autodestructivos, trastornos sexuales y estrés postraumático.
Hay más factores de riesgo cuando la persona es mujer, de mayor edad, hay deterioro de salud y/o con discapacidad, dependencia funcional (física, emocional y financiera), deterioro cognitivo (demencias), deterioro emocional (depresión, ansiedad, baja autoestima), aislamiento social, antecedentes de maltrato doméstico.
También hay factores de riesgo por parte del agresor/a, por enfermedad psiquiátrica o problemas psicológicos, uso de sustancias, dificultades financieras o desempleo, entre otros.
También factores de riesgo ambientales, familiares y de tipo institucional inadecuada capacitación, experiencia y supervisión de los cuidadores, entre otros.
El Inapam estima que “el maltrato de las personas mayores es un problema social, con repercusiones significativas en la salud, la psique, la economía y la calidad en la atención de los involucrados en donde el género, la desigualdad de oportunidades y la discriminación hacen más evidente la urgente necesidad de crear políticas públicas que favorezcan una atención integral”.
Por todo ello, considera la importancia de generar acciones interinstitucionales e interdisciplinarias, orientadas a la prevención y atención del maltrato en todos los ámbitos. Considerando acciones como son: que las instituciones conozcan, promuevan y generen mecanismos para garantizar los derechos de las personas mayores; brindar servicios de orientación y apoyo ante situaciones de trato inadecuado y sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de la Cultura del Envejecimiento y del Buen trato.