La historia nos muestra que los estereotipos y roles asignados por razón de género, durante años limitaron a las mujeres para abordar únicamente los denominados “temas de mujeres”. Previo a la llegada de los movimientos feministas, en México estaba normalizado que las mujeres se comunicaran desde su rol en las tareas feminizadas como la crianza, los cuidados, el quehacer y los estándares de belleza.
Hoy, a más de 100 años de que las mujeres en México ocupan espacios en la esfera pública del país, las cosas no han cambiado mucho, la historia se sigue contando y mas delicado aun, se sigue creyendo. Los “temas de mujeres” del siglo XXI se sustituyeron por paridad, igualdad, violencia de género, brecha salarial, techo de cristal, feminicidio, etcétera.
Nosotras llevamos esos temas a la agenda política del país, pero en lugar de convertirse en elementos para construir una agenda local y nacional común, estos asuntos pasaron por un proceso de feminización. Se nos olvidó que los hombres también tienen que hablar sobre la paridad, igualdad, violencia de género y las brechas desde una perspectiva de género. También se nos olvida que las mujeres podemos y debemos hablar de medio ambiente, energías renovables, economía, democracia, seguridad, etc, porque los “temas de mujeres” son todos, y construir un México con mayor igualdad, es tarea de hombres y mujeres.
La democracia no puede entenderse sin la participación de las mujeres. Estamos en los gobiernos, en las cámaras legislativas, en los ayuntamientos y en las organizaciones sociales, y desde nuestros hogares trabajamos a diario a favor de la democracia y de relaciones sociales equitativas e incluyentes. Es fundamental tener en cuenta esto durante el proceso de reforma de nuestros estatutos y del programa de acción política de Acción Nacional, los cuales se aprobarán en la próxima asamblea nacional el 12 de noviembre.
Mientras llevamos a cabo ese proceso de reforma, escuchando a grupos de la sociedad civil y a la militancia en todos los estados de la República, desde Promoción Política de la Mujer cuidaremos que, en estos dos documentos básicos del partido, se garantice una integración transversal y se elimine la categorización de los temas de género como “temas de mujeres”. Así que, rompiendo estereotipos, demostramos que en Acción Nacional asumimos la responsabilidad de entender el futuro de la política del país desde la inclusión sustantiva, con el objetivo de dejar de pensar que los “temas de mujeres” son solo algunos.
A la par, estos procesos de reforma se materializan cuando Acción Nacional le da la bienvenida a una nueva etapa a la paridad, no solo en el partido, sino en el país. Desde la fundación de nuestro partido, las mujeres panistas demostraron ser pioneras en abrir camino para la mujer mexicana en la política. Empezamos con la primera candidata a presidenta municipal, Delfina Botello, en Tacámbaro, Michoacán, la primera candidata a la presidencia del país, con Josefina Vázquez Mota, hasta tener hoy a 2 gobernadoras, Maru Campos en Chihuahua y Tere Jiménez en Aguascalientes.
Otras mujeres que están escribiendo la nueva historia de Acción Nacional son Deborah Martínez, primera Secretaria Nacional de Acción Juvenil, Mariana Gómez del Campo, primera Presidenta en la historia de la Organización Demócrata Cristiana de América y Alejandra Gutiérrez Campos, primera mujer en ser la Coordinadora Nacional de alcaldes y alcaldesas y Presidenta de ANAC (Asociación Nacional de alcaldes). Pero la paridad también se ve en la mitad de las presidentas estatales y se verá muy pronto en nuestros comités municipales.
Esta larga trayectoria no solo de lucha por la paridad, sino también de defensa de la participación y liderazgo político de las mujeres en México, nos ha permitido construir un camino sólido durante mas de 80 años, el cual permite vislumbrar un futuro más esperanzador para todas aquellas mujeres de acción que aún faltan por llegar.
Sin embargo, la paridad no viene sin retos. Es por eso que, para la secretaría nacional de promoción política de la mujer, las capacitaciones son una prioridad y un elemento fundamental que nos permitirán tener más mujeres especializadas en los temas de mayor relevancia para nuestro país y el mundo entero. Las capacitaciones permitirán reforzar conocimientos, sensibilizar e intercambiar experiencias en un proceso de retroalimentación constante para comprender desde ángulos distintos, que las mujeres y el mundo no somos dos elementos aparte. Que el desarrollo humano y mejorar la calidad de vida de las personas es tarea de hombres y mujeres. Que los temas de las mujeres, SON TODOS.