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El problema de la salud mental en la juventud mexicana


Héctor Fernando Sánchez Romero / Director Estatal de Juventud Real en Hidalgo

¿Quién hubiera pensado que al estar más conectados que nunca con el mundo, los jóvenes de hoy nos sentiríamos más solos y nos volveríamos la generación más ansiosa y deprimente de la historia?

El mundo moderno cambia constantemente; nos encontramos ante una etapa histórica dominada por la tecnología y hoy todo se mueve más rápido que nunca; si bien los avances tecnológicos ayudan a que las labores del hombre sean más sencillas, también han representado un gran desafío para la humanidad en general, principalmente en el ámbito de la salud mental.

Además, enfrentamos el reto de la pandemia del Covid-19, que cambió la vida a todos. Aunque la historia nos ha enseñado prácticamente cada siglo cómo lidiar con una pandemia, la humanidad no aprende del pasado. Estas dos situaciones, tecnología y pandemia, son los principales factores que han derivado en una juventud mexicana con padecimientos mentales muy peligrosos.

El caso de México no es aislado, ni siquiera figuramos entre los 10 países con mayores índices de trastornos mentales entre su juventud y, por lo tanto, nos hemos de preguntar ¿qué estamos haciendo mal, desde la sociedad y desde la autoridad mexicana, que nos encontramos con estas cifras?

Las encuestas nos arrojan que desde antes de la pandemia los trastornos de la mente se encontraban en cifras históricas. Específicamente, 6 millones de jóvenes entre 12 y 22 años de edad tenían depresión en 2019; se esperaba que aumentaran los casos contabilizados, tal como pasó. Hoy, con la crisis sanitaria de la Covid-19, combinado con otros factores, la situación de México empeoró, y esto se refleja en que el país tiene al 64% de su juventud con ansiedad, y al 70% con depresión.

Estos padecimientos ocasionan mayor consumo de alcohol y sustancias tóxicas, así como deserción escolar, lo que origina un impacto económico negativo. Se estima que 54% de la juventud mexicana de entre 10 a 19 años, le dedica 12 horas al día a utilizar su celular y 50% es adicto a esta herramienta, lo que genera episodios de ansiedad.

Estos dos factores, pandemia y tecnología (redes sociales, teléfonos celulares, Internet) son las principales causas de problemas de salud mental en la juventud.

Cuestionar el actuar del gobierno en esta materia es también crucial para entender por qué enfrentamos esta crisis, y es que en el Presupuesto de Egresos de la Federación sólo 2% del gasto destinado a salud fue considerado para salud mental, y de ese 2%, el 80% fue utilizado únicamente para gastos operativos de hospitales psiquiátricos, por lo que el dinero invertido en esta materia es meramente una burla.

De los anteriores datos se deduce que urgen políticas públicas que contrarresten la crisis de salud mental en México, y que verdaderamente el gobierno dé importancia y presupuesto que solucionen esta problemática social.

Pero aunado a las responsabilidades del Estado, de manera individual cada uno debe reflexionar sobre los hábitos diarios en sus vidas. Si estos le generan el ambiente perfecto para hacer tambalear la estabilidad de su mente, o se mantienen como hábitos sanos, preguntémonos: ¿hasta qué punto la tecnología deja de ser útil y se convierte en un aparato contraproducente, y cómo la pandemia puede representar oportunidades personales y no inestabilidades emocionales?

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