Dr. Samuel Ortiz Velásquez1
• Ante un arancel generalizado del 25%, el 80% sería absorbido por el 3% de los productos exportados a EU
• Con la pausa arancelaria vigente, uno de cada 10 automóviles tienen que pagar un arancel de 25%.
El 1 de febrero de 2025 la Casa Blanca publicó una hoja informativa que detalla la decisión de Trump de imponer aranceles a las importaciones de sus tres principales socios comerciales: México, Canadá y China. Según la Casa Blanca, los aranceles se implementarían como parte de una respuesta de emergencia a lo que describen como una "amenaza extraordinaria" que plantean la migración ilegal y el tráfico de drogas (en particular el fentanilo). Como resultado, EU impondría un arancel ad valorem del 25% a todas las importaciones de Canadá y México y del 10% adicional a las importaciones de China a partir del 4 de febrero de 2025.
Los aranceles a México han sido aplazados por Trump en cuatro ocasiones (primero al 4 de marzo, luego al 4 de abril, para retornar nuevamente al 4 de marzo y luego al 3 de abril). Por ejemplo, la pausa arancelaria actual deja fuera a las mercancías que no cumplen con las reglas de origen estipuladas en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC); también excluye a 167 productos del acero y 123 productos del aluminio que desde el 12 de marzo pagan un impuesto de 25 por ciento.
No obstante que en el marco del T-MEC el arancel efectivo que pagan las exportaciones mexicanas en EU es de 0.25%, aquellas mercancías que no cumplían con el T-MEC hasta antes del 4 de marzo, pagaban un impuesto de 2.5% en el marco del arancel nación más favorecida de la Organización Mundial del Comercio, ahora tienen que pagar un 25 por ciento.
Según estimaciones propias con base en USA Trade Online, de los más de 10 mil productos importados el año pasado desde México, el 11% de los productos pagó un arancel de 2.5% o más, es decir, poco más de 1 de cada 10 productos exportados al vecino del norte, no está cubierto por el T-MEC; dichos productos pagaron un arancel ponderado de 7.2% y representaron apenas el 0.7% de las importaciones desde México. A la lista se tendrían que agregar las autopartes y automóviles que no cumplen con la regla de origen del T-MEC. Según la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), uno de cada 10 automóviles y una de cada cinco autopartes esenciales no cumplen con el contenido regional que exige el T-MEC y tienen que pagar un arancel de 25%.
La caótica política comercial de Donald Trump es violatoria del T-MEC, genera incertidumbre, inhibe la inversión productiva, debilita el fenómeno de la relocalización o nearshoring; al final, resta competitividad a la región de América del Norte frente a Asia (en particular China, Japón, Corea del Sur y Vietnam).
En una economía globalizada, donde una mercancía final se integra de diferentes mercancías en proceso de diferentes países, cada vez que las mercancías en proceso cruzan una frontera internacional, se incurre en un arancel, de tal modo que elevan de manera más que proporcional el costo de producción en el exterior de las mercancías en proceso que intervienen en la elaboración de la mercancía final.
Una basta literatura sugiere que en una economía globalizada, el costo del arancel es trasladado a las empresas importadoras y a los consumidores finales, generando con ello inflación, triangulación del comercio y pérdida de competitividad frente a terceros países. Por ejemplo, en el caso de la guerra comercial entre Estados Unidos y China que inició en 2018, México y Vietnam emergieron como principales países de triangulación del comercio entre estos países.
En el caso que nos ocupa y con base en información estadística del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), hemos estimado que de los más de 11 mil productos específicos que México exporta a EU, apenas 343 productos representan el 80% del comercio con el vecino del norte; ello significa que en caso de que se materialice un arancel generalizado del 25%, el 80% del arancel sería absorbido por el 3% de los productos exportados a EU, y siendo más específicos, apenas 200 productos que forman parte de las cadenas de valor de bienes de capital, electrónica y automotriz-autopartes, absorberían el 60% del arancel.
El arancel también tendría impactos a nivel subnacional, afectando a las entidades federativas especializadas en la producción de las mercancías más importantes en comercio exterior con Estados Unidos. También restaría competitividad a las exportaciones mexicanas frente a otras regiones como Asia. Citemos algunos ejemplos:
El aguacate ocupó en 2023 el lugar número 26 en el ranking de productos mexicanos más exportados a EU. México es el principal exportador mundial de aguacate. En 2023, cuatro de cada 10 dólares de aguacate exportado fueron de origen mexicano; Perú participa con el 16%, Países Bajos con el 8% y España con el 5 por ciento. Estados Unidos es el principal importador mundial con una participación de 38% y México es su proveedor principal con una participación de 92% en 2024, seguido de Perú y Chile con participaciones de 2.6 y 3.6% respectivamente. Michoacán es responsable del 90% de la producción de aguacate.
Con datos de 2024, el arancel llevaría el precio unitario del aguacate mexicano Hass de 3.2 a 4 dólares por kg, perdiendo competitividad frente a Perú con un precio de 2.6 dólares y Chile con un precio de 3.6 dólares por kg.
En otro rubro, las camionetas SUV (vehículo utilitario deportivo), clasificadas bajo el código 8703239900, son el principal producto exportado desde México a EU, particularmente mediante subsidiarias de empresas americanas como Ford y General Motors. En 2023, el producto presentó una participación de 5% en el total de exportación al socio T-MEC. México es el tercer proveedor mundial del producto y el proveedor principal de EU, con una participación de 31%. Con un arancel de 25%, el precio unitario de exportación pasa de 21 mil 699 dólares por unidad a 27 mil 123 dólares, perdiendo competitividad frente a Japón y Corea del Sur.
Excluyendo a la Ciudad de México (ciudad de facturación), Puebla y Nuevo León serían las entidades más afectadas.
Otra implicación de la amenaza arancelaria es que genera incertidumbre y ello puede conducir a la cancelación de algunos proyectos de inversión extranjera directa (IED) por Relocalización (Nearshoring) en manufacturas, pues la motivación principal de la IED que arriba a México y que se dirige a las industrias manufactureras, es la búsqueda del mercado estadounidense.
Hasta el momento nueve empresas (Amazon, Nestlé, Medline, Netflix, Santander, Home Depot, Mercado Libre, Sempra Infraestructura América Latina y MABE), han ratificado proyectos de inversión por un monto de 18 mil 168 mdd (ello representa el 10.4% de la inversión anunciada por relocalización que ha identificado la Secretaría de Economía). En contraste, empresas globales de la industria autopartes-automotriz (como General Motors, Nissan y Nemax), de la electrónica (como LG, Samsung) y de la siderúrgica (como Gerdau Corsa), han señalado que de ratificarse los aranceles, están en condiciones de aumentar su producción en EU.
Como comentario de cierre, considero que el Neoproteccionismo de Trump es una oportunidad para que México remplace el modelo de crecimiento actual, por uno basado en el crecimiento a partir del mercado interno. Para ello, es muy importante profundizar la Estrategia Nacional de Industrialización o Plan México. Actualmente, la bolsa de incentivos del plan representa menos del 1% del PIB. Por otro lado, será necesario llevar la inversión pública de su nivel actual del 2.5% como parte del PIB al 5%, pues la experiencia de los grandes proyectos de infraestructura durante el gobierno de AMLO, mostraron el gran efecto multiplicador que tiene la inversión pública, impulsando la inversión privada y el crecimiento económico.