Recientemente el INEGI dio a conocer indicadores sobre el trabajo no remunerado en los hogares. Se estima que este tiene un valor de 6.8 billones de pesos, el 26.3% del PIB. Además, se calcula que el trabajo no remunerado que realizan las mujeres es alrededor del 19.1% del PIB, mientras que el de los hombres es de solamente del 7.2%. Eso significa que no les pagamos a las mujeres por su trabajo alrededor de 4.6 billones de pesos, debido a que nuestra economía sigue sostenida con el empleo no pagado y a que las mujeres realizan la mayor parte de esa actividad.
Es decir, actividades como limpieza, cocina, compras y cuidados las realizan las mujeres en una relación de 3 a uno respecto de los hombres. Se trata de una proporción que se ha mantenido en el tiempo, aunque en 2020 y 2021 el trabajo no remunerado como proporción del PIB, aumentó, presumiblemente, como resultado de la pandemia.
Ahora, precisamente como las mujeres tienen empleos más vulnerables y realizan la mayor parte del trabajo en el hogar, durante la crisis sanitaria se incrementó la brecha de género salarial entre hombres y mujeres. De acuerdo con el estudio de las economistas Liliana Ruiz y Sandra Santana, publica la Cámara de Diputados, la tendencia de la diferencia de ingreso de las mujeres respecto de los hombres, que había venido reduciéndose desde los noventa, se revirtió durante la crisis del COVID.
En el 2019 los hombres ganamos 21.74% más que las mujeres, mientras que en el 2020 se incrementó a 24.72%, muy probablemente porque ellas tuvieron que hacerse cargo de labores no remuneradas, que se incrementaron en la pandemia, lo que les impidió realizar trabajos remunerados.
De acuerdo con el análisis de las autoras, con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), la razón por la que las mujeres que no participan de la Población Económicamente Activa quieren trabajar, pero no lo hacen, es en un 43% porque no tienen ayuda en la crianza de los hijos, pero solamente 5% de los hombres afirman que ésa es la razón por la que no trabajan.
En la ENOE se muestra que solamente en el tema de cuidados a niños o enfermos, las mujeres destinan el doble de tiempo que los hombres, mientras que en el tema de quehaceres domésticos es más del triple. Ademas, el ingreso promedio mensual de una mujer disminuye, después del segundo hijo, de 2,442 a 1,675 pesos.
Es decir, la evidencia es clara en el sentido de que la carga de trabajo no remunerado repercute en contra de las posibilidades de ingreso de las mujeres. Los 19 puntos de PIB, el trabajo no remunerado de las mujeres es el equivalente a toda la recaudación del IVA, ISR, cuotas de la seguridad social y los ingresos de CFE y PEMEX. Si le quitamos la inversión y el costo de la deuda es equivalente a prácticamente todo el gasto público del pais.
Es decir, necesitaríamos el presupuesto completo del país para pagarle a las mujeres el trabajo que realizan de manera gratuita. Eso significa que es urgente avanzar en políticas públicas que ofrezcan alternativas para que las mujeres no sean las únicas encargadas del cuidado de los hijos, con mayor responsabilidad de los hombres, pero, sobre todo, con acciones del estado para garantizar esa posibilidad.
Es también evidente que se puede hacer más para reconocer y pagar buena parte de las labores que las mujeres realizan actualmente de manera gratuita, con capacitación, certificación y profesionalización de actividades como la de cuidados. Los números son escandalosos y el avance todavía lento, especialmente en el tema laboral de género.
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