Han transcurrido poco más de tres años de la entrada en vigor de la Reforma Laboral que modificó 569 artículos en su mayoría pertenecientes a Ley Federal del Trabajo. Entre otras cosas la implementación de la nueva regulación laboral se ha convertido en un caso emblemático de la democratización en la vida sindical.
Se abrió un nuevo capítulo en el movimiento laboral mexicano, gracias al primer sindicato independiente de trabajadores (SINTTIA) de la planta de ensamblaje de General Motors en Silao, Guanajuato, agrupación que ganó la representación sindical frente a la Confederación de Trabajadores de México (CTM).
Este hecho indica hacia dónde va el desarrollo económico y las relaciones laborales en el interior y exterior del país. Para que se lograran este tipo de resultados, primero, el Senado de la República aprobó Tratado entre México, Estados Unidos de América y Canadá (T-MEC). El documento establece obligaciones en materia laboral en su capítulo 23, como la libertad de asociación, la negociación colectiva, la regulación de los salarios mínimos y horas laborales, entre otras normativas.
Después, los acuerdos establecidos se implementaron en cada área, como fue el logro de la Reforma Laboral. Con la ratificación de este instrumento internacional, además de contribuir al posicionamiento de México como potencia en la coyuntura mundial, las reglas tipificadas en el T-MEC brindan previsibilidad en el comercio exterior entre los socios de América del norte y da mayor certeza en materia de inversiones.
Este tipo de logros en materia laboral, como el citado nuevo sindicato independiente, son necesarios para indicar que el T-MEC ya da resultados de forma acelerada. Al realizar los cambios necesarios y anteponer los intereses de México frente a cualquier posición partidista se impulsa la transparencia y el Estado de derecho para el crecimiento económico. Además, esto le ayuda al actual gobierno a mandar una señal de que hay seriedad, no solamente en el cumplimiento del T-MEC, sino en la implementación de la Reforma Laboral.
En conclusión, además de otorgar seguridad a los inversionistas en México, la participación justa y transparente de la población va en aumento al abrir un nuevo capítulo en las relaciones entre empleados y empresas, lo que hace posible que los trabajadores se organicen, elijan a sus representantes, ya sea dentro del sindicato o por medio de la creación de una agrupación sindical alternativa.
En el caso de Silao, las votaciones del nuevo sindicato independiente estuvieron avaladas y observadas por organismos como el Instituto Nacional Electoral (INE) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Todo esto es un gran acierto para aumentar la confianza que los inversionistas y la gente tienen en el actual gobierno. No olvidemos que la percepción de confianza y transparencia que los ciudadanos tienen en su gobierno brinda estabilidad en un país e indica que va por buen camino hacia un desarrollo económico inclusivo.
Solamente queda estar pendiente en materia laboral de las implicaciones políticas y económicas de las relaciones laborales en México. Para esto hay que recordar algunos de los cambios más relevantes de la Reforma Laboral: