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“El capitalismo de cuates” desalienta inversiones del nearshoring: diputado Ildefonso Guajardo Villarreal


Luz María Mondragón

Exsecretario de Economía, artífice de la modernización del T-MEC, presidente del Grupo de Amistad México Estados-Unidos de la Cámara de Diputados. La voz del legislador Ildefonso Guajardo Villarreal (PRI) destila experiencia y lanza una advertencia:

Urge un juego de reglas claras, estabilidad, transparencia, competencia sana entre empresarios, seguridad pública y respeto al Estado de derecho para alentar más y mayores inversiones extranjeras directas, que todavía fluyen hacia mercados asiáticos.  México está en riesgo de perder la oportunidad histórica que representa el nearshoring, porque el gobierno federal ha mantenido y robustecido un “capitalismo de cuates”, cobijado por una densa opacidad.

El diputado Ildefonso Guajardo cuestionó: el gobierno federal no ha trabajado como exigen los retos del nuevo modelo global de relocalización industrial. Lo peor: mantiene una política de discursos y mensajes que preocupan a los inversionistas. Prácticamente espanta a los capitales.

La administración federal tiene que abandonar la postura de inacción respecto del nearshoring. Hasta ahora el trabajo arduo para atraer capitales foráneos lo han realizado las entidades, algunas más. Por mencionar: el gobierno ha endosado a los estados la promoción internacional de México en la batalla por atraer inversiones en el actual contexto económico global. Enfatizó: el gobierno federal tiene que trabajar para consolidar a México como el mejor destino de las inversiones extranjeras del nearshoring, sobre todo en seguridad pública, educación, infraestructura, energías, Estado de derecho, desarrollo tecnológico.

¿Qué tiene que  hacer el gobierno federal para aprovechar la oportunidad histórica del nearshoring?

  1. Dar certidumbre a la inversión extranjera. Y respetar el Estado de derecho.
    Mejorar la seguridad pública. Por ejemplo, actualmente las carreteras del país son un desastre. Vialidades fundamentales están controladas por grupos criminales dedicados al robo de mercancías, entre otros delitos.  Igual pasa con los ferrocarriles.
  2. Aumentar la inversión oficial en infraestructura; modernización de los puertos estratégicos, en las carreteras federales. No ha invertido en mejorar las vías de comunicación hacia Estados Unidos.
  3. En educación, adecuar los planes para enfrentar los retos de la nueva revolución industrial que vive el planeta. Atender los rezagos educativos que agudizó la pandemia, desigualdades en el acceso a internet y daños a competencias en lectura y matemáticas. Es fundamental capacitar al talento mexicano.

Así, el gobierno federal no aprovecha plenamente la oportunidad que emergió tras la pandemia por covid-19, la guerra Rusia-Ucrania y el enfrentamiento comercial China-Estados Unidos.

¿Ante la ausencia de una política del gobierno federal, decidida y comprometida, cuál es la alternativa inmediata?

Los estados tienen que reemplazar los vacíos que ha dejado el gobierno federal. Sin embargo, las entidades no tienen los recursos suficientes. A pesar de esto hay quienes se han aplicado, como Nuevo León, que logró captar la multimillonaria inversión de Tesla; incluso trabaja, conjuntamente con Coahuila, para conquistar recursos internacionales en la rama automotriz.  Pero México, a nivel nacional, aún no consigue algo equiparable a lo alcanzado en países asiáticos.

¿Vacíos del gobierno federal? Por ejemplo, ha dejado de promover estratégicamente las cadenas de valor en inversión extranjera; cerraron ProMéxico (alentaba el comercio y las inversiones internacionales); no ha invertido en infraestructura de la Comisión Federal de Electricidad para bajar las líneas de corriente que requiere la industria; ha descuidado el sistema de carreteras federales; dejó caer la infraestructura para la competencia global; frenó la investigación científica y tecnológica.

Dadas las circunstancias actuales y la política que mantiene el gobierno federal, los gobernadores deben establecer una alianza conjunta estratégica para aprovechar las oportunidades del nearshoring, con los recursos disponibles. Debe enfocar prioridades en la capacitación de capital humano, promoción estatal para atraer capitales, solucionar problemas de insuficiencia en materia eléctrica, disminuir la inseguridad pública para proteger las mercancías en tránsito, tanto en los ferrocarriles como en las carreteras federales.

¿El gobierno federal tiene que reorientar políticas públicas?

Migrar del “capitalismo de cuates” hacia un esquema de oportunidades, respaldos y “piso parejo”, incentivando el esfuerzo y la sana competencia entre empresarios.

Un país con reglas de juego claras y transparentes, con Estado de derecho y fortalecimiento democrático es una nación atractiva a las inversiones extranjeras.

Cambiar los mensajes oficiales preocupantes y desalentadores. Un ejemplo: en política exterior, México abandera el no intervencionismo, pero se lanzó contra el actual gobierno de Perú y obstaculizó su llegada a la Alianza del Pacífico. En cambio, cobija a Daniel Ortega, quien ha sido criticado por el mundo y hasta por un líder auténticamente de izquierda como es el presidente de Chile, Gabriel Boric.

Pareciera que el discurso oficial está en otra cancha. Insiste en promover la integración con países de América Latina. Sería muy bueno. Pero hay realidades geopolíticas que determinan que esta visión no necesariamente debe ser inmediata. Hoy la urgencia es que México aproveche las ventajas coyunturales que tiene en este momento debido al nearshoring: la reconducción de las inversiones, de los procesos productivos, especialmente hacia Norteamérica.

La pandemia y los actuales conflictos internacionales nos han obligado a repensar cómo nos integramos productivamente. Son realidades que empujan a las naciones que confían entre sí a unirse en las cadenas de valor, como es la producción de semiconductores.

Por eso, el gobierno federal debería esforzarse más a fin de que México pudiera estar a la altura de estos retos. Lamentablemente, a la hora de la práctica muchas cosas que sería importante respaldar no se reflejan en las prioridades de la agenda del Ejecutivo Federal.

Un simple hecho:  la Secretaría de Economía está mermada. Apenas tiene una quinta parte del presupuesto que tuvo, en promedio, en el sexenio pasado. Es un claro ejemplo de la poca importancia que se le da al liderazgo del sector público para conducir la economía mexicana en las nuevas áreas de tecnología y de cadenas de valor a nivel global.

Otras cuestiones que preocupan a los inversionistas se relacionan con temas institucionales como la reforma electoral porque inciden en la estabilidad del país. Y golpea al crecimiento económico porque afecta las expectativas a mediano y largo plazos.

Urge reimpulsar a México en el mundo. Pero han cerrado oficinas clave en Washington, Tokio, Bruselas. La Secretaría de Economía ya no existe en oficinas internacionales. Ojalá la secretaria de Economía (Raquel Buenrostro Sánchez) tome esta agenda, a fin de estar a la altura de los objetivos de crecimiento. De lo contrario, existe el riesgo de desaprovechar terriblemente la gran oportunidad internacional que se le ha presentado a México.

¿El Costo? México se encadenaría al atraso. Otras regiones del mundo ganarían el lugar que le corresponde a nuestro país.  Por ello, urge dar un giro a las políticas públicas. Orientar las estrategias oficiales hacia una meta inédita: que México pueda ser una potencia, estar en todas las cadenas de valor de la relocalización, incluso en cuestiones aeroespaciales.

También es necesario emparejar el terreno de juego empresarial, apoyando a las pequeñas y medianas empresas. Las pymes desfallecen ante la excesiva regulación, la “tramitología” de la burocracia gubernamental y la inseguridad pública, problemas que significan 30% del esfuerzo de este sector; a diferencia de las grandes industrias, no pueden diluirlo en sus costos.

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