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Los periodistas tienen boleto de primera fila ante la historia: Francisco Rubio


Por Luz María Mondragon

En la mitología griega el destino es la fuerza cósmica que impone su misterioso poder; es protagonista en libros clásicos de la humanidad como las épicas obras de Homero: La Ilíada y La odisea. Ya estaba escrito en las estrellas que Rafael Francisco Rubio Bravo sería periodista y ocuparía el lugar privilegiado ante la Historia.

Muchos años después, aquí en la Cámara de Diputados, Francisco Rubio había de recordar aquella mañana remota en que la fortuna lo empujó al periodismo. Se respira el perfume del destino, una mezcla de presagios, mientras el comunicador de El Financiero Bloomberg descifra los enigmas del destino que lo deslizaron a su camino de reportero, de 40 años. Las brisas deseadas hicieron correr sus soplos:

El camino de un reportero

“¿Cómo llego al periodismo? Por azares del destino. Cuando terminé el bachillerato (CCH sur) iba para odontología, ya tenía todo mi equipo para ser odontólogo. Al momento de llenar el formato de pase automático a la UNAM, nada más me faltaba llenar el ovalito de la carrera. Las secretarias me conocían bastante bien, y exclamaron: tú no eres para odontología. Súbitamente me invadió la reflexión, acepté: No, no creo ir a odontología. 

Mi gran amigo, hoy orgullosamente mi compadre, iba para Comunicación, en la Facultad de Ciencias y Políticas y Sociales (FCPyS). 

Cuando me llegó la notificación del pase a la UNAM, me sorprendí. Aparecía la carrera de Comunicación. Regresé con las secretarias y les pregunté ¿por qué? Ellas dieron la respuesta: Paco, tú eres muy inquieto, no te da miedo hablar ante público, a las cámaras, y además eres líder. Si tú dices: vamos a una fiesta, todos vamos; si dices vamos a organizar esto, lo organizamos. Se te da el liderazgo... Así fue como llegué a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales”.

El maestro Leopoldo Borrás Sánchez, no es olvido

Bajo el indiferente azul del cielo Jorge Luis Borges destila pesimismo, meditaciones sin consuelo, en su poema Ya somos el olvido que seremos. Advierte que el mágico sonido de los nombres de las personas se sumergirá en el olvido, desapareciendo como lágrimas bajo la lluvia.

Sin embargo, el nombre y el recuerdo del profesor de la FCPyS, Leopoldo Borrás Sánchez (falleció en 2022) sigue viviendo en las evocaciones de Francisco Rubio, porque Polo Borrás le mostró secretos del periodismo.

“En la Facultad los tres primeros semestres eran materias del “tronco común” para todos los estudiantes de cinco carreras (Sociología, Comunicación, Ciencia Política, Relaciones Internacionales, Administración Pública). Ya en el cuarto semestre iniciabamos las materias de Comunicación. Una muchacha guapísima me hacía suspirar. Para saber su nombre y teléfono recurrí a un pretexto: Oye recomiéndame una materia en la que no dejen tareas, que el profesor sea un relajo y no haya exámenes. Ella respondió: Sí la hay: Géneros Periodísticos Informativos, con Leopoldo Borrás Sánchez. 

Cierto, no dejaba tareas. Todo lo trabajábamos en el salón de clase. Un día ordenó una entrevista, se me ocurrió entrevistar a una piedra. Polo nos calificó a la vieja usanza de las redacciones de los periódicos, nos trató como lo hacía un jefe de información. Si no le gustaba, hacía bolita la nota y la aventaba a la cara del estudiante, exclamando: ¡Tú no sirves, dedícate a otra cosa! ¿Quieres ser periodista?, búscate una esquina para vender periódicos. A mí, Leopoldo Borrás me alentó: ¡Tú eres reportero, tú vas para periodista, tú sí tienes madera!”

Dispuesto a dejar la piel

Escalando una montaña hacia la cumbre, en su vertiginoso camino Paco Rubio ha recorrido diversas fuentes informativas en medios audiovisuales y en prensa escrita: policía, financieras, aeropuerto, Congreso de la Ciudad de México, Senado de la República, el Instituto Federal Electoral (lo conoció en obra negra a la llegaba de José Woldenberg, primer consejero presidente del IFE). 

“El periodismo es una profesión de riesgo. Quien decide ser periodista debe estar dispuesto a dejar la piel en ello.

En el pasado, cuando un reportero apenas comenzaba, casi era ley cubrir la fuente policiaca: balaceras, asesinatos, asaltos bancarios, hasta secuestros. Había secuestros de políticos y el dinero del rescate era para comprar armas y seguir en su movimiento social. Implicaba mucha movilización. Había una estación de radio que a su reportero le asignaron chofer y camioneta. Quien se llevaba bien con ese reportero, pues nos invitaba para hacer los recorridos rápidamente. 

Teníamos enlace con la Secretaría de Seguridad Pública, sabíamos cómo iban las persecuciones e íbamos atrás.

En un asalto bancario, entrábamos y nos poníamos a entrevistar a los cajeros, a los clientes, a los cuentahabientes. Cuando se daban cuenta que no éramos judiciales, por supuesto, nos corrían, pero ya teníamos la nota.

Una vez secuestraron a una bebé en un hospital. Cuando capturaron a la secuestradora, fue difícil convencer a los papás que fueran a la entrevista al IMER (Instituto Mexicano de la Radio). Lo logré, llegaron con la bebita en brazos; me llena de satisfacción, yo participé en esa entrevista”.

Cuando Guadalajara ardió

Una leyenda del periodismo, Ryszard Kapuscinski, escribió “Los cínicos no sirven para este oficio”. El periodismo reclama seres sensibles, empáticos, que comprendan a las personas, sus tragedias. Francisco Rubio destila sensibilidad. Es su compañera en misiones periodísticas impactantes. 

Todavía se le estruja el corazón y la mirada se le humedece al evocar una tragedia social que le tocó cubrir en abril de 1992: la explosión en Guadalajara, Jalisco, por fugas de gasolina de PEMEX, que dejó alrededor de 300 muertes y dos mil heridos.

“Voy a tratar de no ahondar mucho porque todavía me llena de sentimiento el recuerdo de aquel padre de familia. Él acababa de dejar su hogar, apenas iba en la esquina de su casa, cuando ocurrió la espeluznante explosión. Regresó a su hogar y sólo encontró destrucción, ruinas. Como mil soles, el dolor quemaba a ese padre. Desesperado se tiraba al piso, intentaba mover con sus uñas los bloques de cemento desmoronado, en busca de su amada familia. Imposible su objetivo. Ese padre era la dolorosa imagen de la impotencia”.

Allá en Jalisco, a Paco Rubio también le tocó cubrir otro caso extremo: el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, el 24 de mayo de 1993, en el Aeropuerto Internacional de Guadalajara. Esta trágica muerte conmocionó a México y disparó una serie de teorías.

Evocó otro momento estelar:

“Amanecía el 1º de enero de 1994 y una noticia corría por todas las redacciones de México y del mundo: la histórica irrupción del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) encabezado por su mítico subcomandante Marcos, hecho que implicó inmensa movilización de medios de comunicación hacia la selva de Chiapas.

Me tocó. Tengo el gusto de decir que en aquel momento hice una entrevista al subcomandante Marcos, para televisión abierta. Ya después vinieron más entrevistas con el líder guerrillero. Pero, inicialmente, fui el único que lo pudo entrevistar en ese momento, para televisión abierta”.

Treinta años de la viral “roqueseñal”

Para Octavio Paz, el presente es el manantial de las presencias. 

Francisco Rubio encendió recuerdos de esas presencias. Especialmente desempolvo uno. Es marzo de 1995, tiempos del presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, época en la que el PRI tenía el control del Congreso de la Unión. En el Palacio de San Lázaro se aprobó el aumento al Impuesto al Valor Agregado (IVA) del 10 al 15%. El entonces diputado federal y líder de la bancada del partido tricolor, Humberto Roque Villanueva, celebró de manera peculiar el incremento, festejando con la llamada "roqueseñal". Gesto y movimiento de brazos que actualmente incendiaría las redes sociales. 

Cabe recordar: En 1994 José Francisco Ruiz Massieu iba a ser el líder del PRI en la Cámara de Diputados, pero fue asesinado; su lugar fue ocupado por Humberto Roque Villanueva, quien en 1999 se postuló como precandidato a la Presidencia de la República, pero perdió ante Francisco Labastida Ochoa.

Paco Rubio atesora más anécdotas. Por mencionar: el 1º de diciembre de 2006 fue testigo privilegiado de la apresurada toma de protesta de Felipe Calderón como presidente de México, a pesar de que la oposición hizo hasta lo imposible por impedir tal acto protocolario.

También le ha tocado cubrir la aprobación de muchos paquetes económicos, que incluyen el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF).

“Cada Legislatura tiene sus particularidades. Pareciera que en la Cámara de Diputados sólo se trabaja en los periodos ordinarios o extraordinarios de sesiones. No es así. Desde el punto de vista informativo, esta fuente es una mina de oro”.

El sacrificio de una parte de nosotros

“Si alguien quiere ser periodista, sobre todo debe aceptar un primer elemento: el sacrificio de una parte de nosotros mismos.

Por ejemplo:

En el periodismo se convive más con los compañeros y las compañeras (fotógrafos, camarógrafos, reporteros) que con la propia familia. 

Cubría Presidencia de la República, en tiempos de Carlos Salinas de Gortari. Me iba a casar, comencé a repartir las invitaciones en el avión de prensa. Luis Reper Jaramillo, reportero del Grupo Radio Centro, me hizo que mirara a mis compañeros periodistas, y me dijo: ellas, ellos son tu familia; son, realmente, con quienes vas a convivir todos los días, más que con tu propia familia. 

Al principio no tomé con seriedad esa reflexión. Tiempo después, cuando mi primera hija Ikil Erandi (mi universo de luz) estaba en el kínder, yo le decía: Hija, mañana cuando despiertes no voy a estar aquí en la casa porque me toca cubrir la campaña del candidato a la Presidencia de la República, Mi hija me respondió: ¡Sí, ya lo sé; ya sé que tú no estás aquí conmigo! Esto, duele, duele muchísimo.

Otra anécdota familiar: por años cubrí el IFE, luego INE; gracias a la tecnología seguía la sesión a distancia haciendo “home office”. Y mi hija resumió: “papá, pues sí estás, pero no estás… papá estás como mueble porque estás trabajando, pero no conmigo. 

Entonces, sí, sí hay que hacer muchísimo sacrificio para tener este boleto de primera fila ante la historia”.

Cultivo una rosa blanca, a Maxi Peláez

En el célebre poema Dos rosas, José Martí reflexiona sobre valores humanos como la amistad: “Cultivo una rosa blanca, en junio como en enero, para la amiga sincera que me da su mano franca…”

Para Francisco Rubio, la amistad tiene nombre y apellido: Maxi Peláez y Pablo Taboada Toledano. Por cierto, Maxi es también compañera en la “fuente” de la Cámara de Diputados. A sus dos grandes amigos dedicó una oda: 

“Maxi Peláez es mi guía, la quiero muchísimo y la respeto todavía más. Tras mi paso por Ovaciones, con ella, entré al IMER, haciendo mi servicio social. Estuve tres años en la guardia nocturna. Luché para salir a reportear. La directora de noticias no lo permitía, prefirió correrme. Cuando salí de la oficina, casi llorando, me encontré a dos ángeles: Maxi y Pablo. 

¿Qué pasó chamaco, qué te hicieron?, preguntaron. Les conté: me corrió porque quiero salir a reportear. Maxi y Pablo Hablaron con la directora. La funcionaria me soltó: con tantito que te equivoques, te corro y también se van Pablo y Maxi. Ellos acaban de poner en riesgo su trabajo por ti.

Mi respeto y admiración a Maxi y a Pablo. Se jugaron su trabajo por mí. Gracias a ellos, hoy estoy aquí. En el periodismo hay una gran hermandad”.

El eco de la amistad resuena más fuerte que nunca.

La IA no desplazará al periodismo 

“Tenemos que ser muy responsables en el manejo de la Inteligencia Artificial (IA) en el periodismo. Si yo quiero una entrevista, voy y toco la puerta del entrevistado. Si no me la quiere dar, permanezco en esa puerta hasta que esa persona comprenda por qué la quiero entrevistar, que es importante tener la verdad de viva voz. No puedo fantasear, con una hipótesis de algo, me parece muy irresponsable. 

Se tiene que legislar en materia de IA. Es buena en la producción de una telenovela, de una película. Informativamente, no lo creo”.

Mi sueño: ser corresponsal de guerra

“Sueño con ser corresponsal de guerra. En cierta forma ya lo fui en Chiapas, en 1994 cubriendo el levantamiento del EZLN. Estuve allá, viví los balazos cruzados. Pero no es lo mismo ir a una guerra actual, como es el enfrentamiento Ucrania-Rusia. Me fascinaría estar allá”.

Para la libertad canto, lucho, pervivo

Para la libertad, poema de Miguel Hernández: “Para la libertad, mis ojos y mis manos, como un árbol carnal, generoso y cautivo…”

Paco Rubio reflexionó:

“¿Qué es la libertad? ¿Qué es la Inteligencia Artificial? Yo los invitaría a todos a no nada más se queden con un medio de comunicación. El periodismo es vasto, sobre todo ahora con las famosas redes sociales. Vean los canales que quieran, escuchen a diversos conductores de noticias, no solamente a uno. Ábranse a varias verdades, cada medio representa una verdad, pero una verdad pequeñita. Quédense con la verdad que a ustedes les beneficia. Lean cualquier periódico, escuchen más de una estación de radio. En materia informativa, todos tenemos una verdad.

La verdad absoluta es la que beneficia a ustedes y a su familia, a su bolsillo, educación e intelecto. Así se puede formar una verdadera sociedad donde estemos más integrados”.

Testigo de la historia

“Me inunda un gran sentimiento de satisfacción. Como reportero tuve también el gusto y el privilegio de cubrir campañas presidenciales: de Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto. Y la de Andrés Manuel López Obrador; con él recorrí hasta cinco veces el país.

Esto, como periodista, me permite ver cómo ha evolucionado el país, cómo van las posturas políticas”. 

El espíritu del periodismo

Como un artista, como un orfebre que amorosamente pule un diamante para irradiar su luz, Francisco Rubio captura la privilegiada luminosidad del periodismo: 

“Tenemos el boleto número uno, el mejor asiento ante la historia de México y del mundo. Somos los espectadores número uno... Ya después, nosotros damos a conocer la historia”.





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