Trabajo Legislativo / Entrevista


news

"En el Consejo Editorial nos está matando el éxito": diputado Gerardo Fernández Noroña


Aída Espinosa Torres

Gerardo Fernández Noroña, diputado del Partido del Trabajo (PT) e indiscutible militante de izquierda, en entrevista con la revista Cámara nos confiesa que es posible construir desde México otro camino para la humanidad; considera que “deberíamos empezar a cimentar otro sistema económico donde lo más importante sea el ser humano, en armonía con la vida y con el planeta”.

También nos habla de su labor como presidente del Consejo Editorial de la Cámara de Diputados y cómo han incrementado las solicitudes de las publicaciones de la Cámara. Nos comparte su aspiración de ser candidato presidencial hacia 2024, y todas las adversidades que ha afrontado en el camino: “me han querido cerrar el paso porque no soy de Morena; porque no voy a tal reunión, no me incluían en las encuestas, ya me incluyen y me reconocen en un tercer lugar, por encima de Adán Augusto y Monreal. Es una paradoja que un hombre radical de izquierda no sólo tenga posibilidades, sino que sea lo que requiere el país para conseguir que la gente coma tres veces al día o que todo mundo tenga un techo, que no se haga negocio ni con la salud ni con la educación del pueblo”.

Manifiesta también su intención de convocar a un Congreso Constituyente, en vez de ir iniciativa por iniciativa. “Creo que debemos avanzar. Por todo lo que está pasando con el Poder Judicial, que busca descarrilar a su gobierno, el presidente plantea, mínimo, una reforma al Poder Judicial en 2024, y que logremos dos tercios para poder hacer los cambios constitucionales. Soy de la idea de convocar a un Congreso Constituyente y de una buena vez hacer todas las reformas que la Constitución del 17 requiera, dejar de estar haciendo una por una y estar batallando que si se tiene o no la mayoría calificada. Claro, no son excluyentes ambas visiones”.

Incidir a través de tu voz

De sus inicios en la palestra política evoca: “Fui el primero de mi familia en ir a la universidad. Mi abuela, que era la jefa de familia, no pudo ir, se quedó hasta tercero de primaria, pero era una mujer muy sabia. Mis padres tampoco asistieron. La universidad me cambió la vida. Estudié Sociología en la Universidad Autónoma Metropolitana. Recuerdo que era una formación muy sólida académica del Marxismo. Cuando estaba estudiando mi abuela me preguntó: ¿a qué te vas a dedicar? y le dije, a la política; me contestó: ¿y por qué, si tú eres bueno? Porque yo creo que hay que cambiar las cosas”.

El panorama de México en los años 70 y 80 era totalmente diferente, afirma. “el PRI parecía invencible. No reconocía sus derrotas, ni siquiera en municipios, y parecía que la única manera de hacer política era dentro del PRI y para mí eso estaba totalmente descartado. Me formé como un joven de izquierda y así combatí, primero al PRI y después al PAN. Desde muy joven decidí la participación política, pero no la partidaria, sino la que haces en tu escuela, en tu colonia, en tu centro de trabajo, en los espacios donde te desempeñas y, a través de tu voz, incidir”.

Desde la preparatoria fue presidente de la sociedad de alumnos, representante de la carrera, de la colonia. “Fui líder de mi colonia, en la Unidad del Seguro Social, a los 23 años. Fui dirigente de la Unidad Tequexquinahuac, en Tlalnepantla, y luego dirigente de las siete unidades habitacionales (La coalición de Unidades Habitacionales del IMSS). Luchamos para mantener un esquema de renta muy favorable para la gente. Eso permitía que hijos de trabajadores pudiéramos tener otros niveles de vida y acceder a estudios universitarios. Era un movimiento muy importante. Yo no volví a vivir un apoyo, un respaldo y cariño de la gente hasta ahora con el movimiento que encabeza el compañero López Obrador”.

Construir otro camino

De su formación de izquierda también derivaría un pensamiento revolucionario, el cual planteaba que la única posibilidad era hacer una transformación profunda por la vía armada. La vía electoral parecía cerrada, sobre todo en esos años.  “Ya se empezaba a abrir alguna perspectiva y se abrió de manera muy importante en 1988 con la candidatura del ingeniero Cárdenas; fue cuando me metí a la participación partidaria. Fui candidato a diputado federal muy joven y en 89 me sumé a la formación del PRD; desde entonces tuve una participación política partidaria.

“Pensaba en una profunda transformación, en una revolución que acabara con este sistema económico rapaz, voraz, inhumano y confeccionar una sociedad de libertad y de igualdad. Ahora, en mi madurez, vuelvo a plantear lo mismo; creo que, más allá de los temas de salud, educación, vivienda, apoyo al campo, que son fundamentales, podemos construir desde México otro camino para la humanidad”.

¿Cuál sería ese camino?

Deberíamos empezar a construir otro sistema económico donde lo más importante sea el ser humano, en armonía con la vida y el planeta. El dios dominante es el dios dinero y la acumulación material, pero por más que acumules no te vas a llevar nada cuando te chupe la bruja. Ni todo el dinero del mundo te comprará un segundo más de vida y no es una visión romántica ni franciscana, sino una visión que plantea que nadie debe de sufrir por carencias económicas y que todo mundo debe de tener las necesidades fundamentales satisfechas.

¿Qué situaciones lo han marcado como político?

Yo llegué a la Cámara en 2009, sin haber tenido ninguna experiencia legislativa; nadie daba un centavo por mí y me convertí en un legislador destacado. Fue en una condición muy difícil, era la administración de Calderón. Asumí un papel opositor, con un desgaste enorme, porque las redes (sociales) prácticamente no existían, entonces la televisión y la radio eran dios sobre la Tierra y me hicieron unas campañas de desprestigio brutal. No me bajaron de majadero y de que era una bestia peluda y un porro.

Si revisas, en los mítines hablaba como habla todo mundo, pero en la tribuna siempre he sido impecable. Solamente una vez he dicho la palabra cabrón y eso porque reproduje las palabras que dijo Lorenzo Córdova en una llamada racista con Edmundo Jacobo.  En el 2018 parecía que iba a ser más difícil que mis características sobresalieran, y pues no, porque el debate ha sido muy duro con la oposición que es profundamente hipócrita y mentirosa.
En este momento estoy compitiendo con mis cuatro compañeros por la posibilidad de ser el candidato, en su momento, para la presidencia de nuestro movimiento, bajo la perspectiva que lo más duro va a ser el proceso interno, porque quien gane la candidatura será la persona que tenga la presidencia en el 2024. Entonces, mientras mis compañeros son secretarios de Estado o la gobernante de la capital del país, yo tengo una diputación, que pareciera un espacio menor y sin embargo ahí voy, contra todos los pronósticos.

¿Cuál es su balance como presidente del Consejo Editorial de la Cámara de Diputados?

Estoy contento porque estaban acostumbrados a una cuota, incluso para la publicación de libros, entonces tenías que concederle a cada fracción parlamentaria lo que pedía, sin considerar la calidad literaria de lo que proponían. En ese contexto, yo me empeñé en rechazar ese mecanismo. En estos últimos dos años que llevo al frente del Consejo Editorial, órgano que depende de la Junta de Coordinación Política, los acuerdos son por unanimidad, nadie te pide cuotas. Todas las fracciones parlamentarias hacen aportaciones valiosas, sin importar la visión política.

Se tiene un prestigio, se valora y se busca lo que se está publicando. La población está muy interesada, nos está matando el éxito, no nos damos abasto para responder el número de peticiones. Tenemos un récord histórico (casi 120 solicitudes diarias); además, se agotan nuestras existencias. Todos han estado haciendo una labor muy destacada.

Hemos hecho acuerdos con editoriales muy prestigiosas. Por ejemplo, nos han buscado para publicar un libro sobre la conmemoración de los 50 años del golpe de estado en Chile. Con el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM) haremos libros y hay un número muy importante de textos para niños.

¿Cuál es el criterio del Consejo Editorial para publicar?

Son ejemplares muy difíciles de conseguir, o que no se editaban, de autores muy importantes que habían estado olvidados, como Ricardo Flores Magón y El Nigromante (Ignacio Ramírez), por citar algunos. Se imprimió la segunda etapa de Regeneración, en versión facsimilar, o joyas rarísimas como Apuntes del diario de la princesa, de Inés de Salm-Salm; de este libro se hizo una sola edición en el siglo XIX y vale como 30 mil pesos, y aquí se realizó una versión facsimilar que ya está al alcance de la gente.

También tenemos obras reconocidas de la literatura, como Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar, u otras no tan conocidas, que es el caso de Tentación, de János Székely, novela clásica del siglo XX; así como Un hombre, de Oriana Fallaci, un libro muy difícil de conseguir de esta gran periodista. Además, publicamos tres tomos de la historia oral del pueblo Konkaak, de los Seris, de Sonora.

Está pensado publicar a Vicencio Tovar, ideólogo de Acción Nacional, o Memorias, de Concepción Lombardo de Miramón, primera dama de México durante las dos presidencias de Miguel Miramón.

Se cumplen 100 años del asesinato de Villa y vamos a publicar los dos tomos de la biografía de Friedrich Katz, Vámonos con Pancho Villa, de Rafael Muñoz, y también queremos publicar Así lo viví, de Luis Carlos Ugalde, sobre la elección de 2006; me parece que es interesante porque ahí viene todo lo que hicieron y cuenta con elementos muy valiosos.

Notas relacionadas