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Acertado regreso de México al G77; apostar por una política exterior diversificada: diputado Alfredo Femat


Luz María Mondragón

El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, diputado Alfredo Femat Bañuelos (PT), puso el acento en la relevancia del reingreso de México al G77.

¿Es acertado el regreso de México al Grupo de los 77?

Por supuesto. La reincorporación de México al Grupo de los 77 es un paso en la dirección correcta para que nuestro país vuelva a participar amplia y activamente en el escenario internacional, sobre todo ante un mundo cada vez más multipolar y diverso donde todos los actores internacionales cuentan.

El hecho de que México regrese al G77 refleja el compromiso con la cooperación internacional y el desarrollo sostenible, sobre todo con el “Sur Global”, para no dejar a nadie atrás.

Este grupo representa la voz unificada de los países en desarrollo del mundo y es importante que sus perspectivas se tomen en cuenta porque lo que pasa en las distintas partes del mundo importa.

¿El gobierno federal debería concentrarse en fortalecer la relación con América del Norte, debido especialmente al T-MEC, y a que México es el principal socio comercial de Estados Unidos?

México constantemente ha reconocido la importancia de su relación con América del Norte. Fortalecer este vínculo es fundamental en nuestra economía. Sin embargo, debemos entender que fortalecer no está peleado con diversificar, que es una cuestión muy importante, ya que diversificar las relaciones económicas y políticas de México ayuda a reducir nuestra dependencia y afianzar la soberanía. Tenemos importantes relaciones comerciales y políticas con América del Norte, pero también con Asia, Europa y el resto del mundo.

Por ejemplo, las presiones del gobierno estadounidense en el mandato de Donald Trump nos dejaron como lección la necesidad de aumentar nuestros vínculos con otros países, en términos económicos y políticos, lo cual nos dará mayor capacidad de maniobra y permitirá minimizar riesgos.

La política exterior de México ha buscado precisamente eso: tener mayor participación en instancias internacionales, como el G77, que buscan paradigmas de interacción económica alternativos y abordan problemas fundamentales desde una perspectiva socioeconómica acorde con nuestra realidad.

Enfrentamos constantes amenazas y desafíos globales, lo cual hace necesario replantear nuestras pertenencias y alianzas.

Pareciera que el discurso de México no está con América del Norte o el Grupo de los 20, sino en otra cancha: en una mayor integración hacia Latinoamérica y el Grupo de los 77.

México es, hoy por hoy, el primer socio comercial de los Estados Unidos. No existe contradicción entre ello y acercarnos nuevamente al Grupo de los 77. Más bien refleja la voluntad de tener presencia activa y participar en varias esferas internacionales para abordar desafíos globales desde diferentes perspectivas. Nuestro país busca mayor presencia global y no limitarse a ciertas regiones o grupos.

La pandemia por Covid-19 también nos dejó esa lección. Apostamos a la ayuda con distintos aliados. Mientras Estados Unidos y Europa acaparaban vacunas, México buscó y consiguió alternativas para resguardar la salud de sus habitantes. 

Ante los desafíos globales, ¿qué política exterior necesita México?

Yo creo que el mundo debe ser flexible y adaptarse a la nueva etapa que viene. Un escenario internacional polarizado y las guerras comerciales nos han llevado a lo contrario de la cooperación y, por ende, considero que México requiere de una política exterior proactiva, dinámica, horizontal y democrática que apueste por la diversificación, la flexibilidad y la resiliencia, como la que se está planteando en el actual gobierno.

México debe hacerse presente en diversos ámbitos, tanto en el multilateral, como en el temático, incluyendo la lucha contra la desigualdad, el combate a la crisis climática, la atención a la migración y a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, por medio de la cooperación al desarrollo. Es importante, por lo tanto, la colaboración con América del Norte, pero también la integración con América Latina, el Caribe, y la participación en foros como el G77 y el diálogo con los BRICS (son las grandes cinco economías emergentes del mundo: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Las amenazas globales actuales nos exigen no escatimar en aliados.

Debemos apostar por una política exterior progresista e inclusiva que no deje a nadie atrás, desde una nueva perspectiva de desarrollo, igualando para crecer y creciendo para igualar. Una política exterior que nos convoque a pensar de manera global y actuar de manera local.


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