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De médico a diputado, Roberto Ramos Alor y su compromiso con la salud pública


Por Aída Espinosa

Roberto Ramos Alor, diputado con licencia (Morena), se define como defensor de la salud pública, arraigado a sus principios y comprometido con las poblaciones vulnerables, especialmente la infancia de México. Durante la epidemia de COVID-19 destacó su experiencia y la importancia de vacunar al mayor número posible de personas.

Actualmente, ante los brotes de tosferina y sarampión en el país, el también neumólogo hace un llamado a la población a confiar en el sistema de salud y vacunarse. Al término del primer periodo de la LXVI Legislatura compartió sus reflexiones en una conversación con la revista Cámara, periodismo legislativo.

¿Cómo inició su formación como médico y qué lo motivó a dedicarse a ese sector?

Mi formación académica la inicié en la UNAM, en 1968. Fue peculiar porque yo venía de una comunidad rural, de un Minatitlán todavía aldeano. Al llegar a la Ciudad de México se me hizo bastante complicado. Sin embargo, aprobé el examen de admisión para la preparatoria y de ahí pal real, como se dice comúnmente. Entré a la Facultad de Medicina, fui buen estudiante. Decidí hacer mi servicio social en una comunidad rural en la sierra de Veracruz, zona cañera; al terminar presenté mi examen para la especialidad, escogí Pediatría.

¿Por qué su interés en la medicina?

En mi familia no había médicos, pero quizá mi vocación nació del entorno en el que crecimos: una comunidad rural donde los determinantes sociales eran impactantes. La realidad de nuestra comunidad estaba marcada por enfermedades como la diarrea y la neumonía, la alta mortalidad infantil y las muertes maternas. Crecimos en medio de esas circunstancias, observándolas y enfrentándolas cada día.

Elegí la especialidad en Pediatría debido a las difíciles condiciones en las que viven muchos niños y niñas. Siempre he creído que la infancia requiere más investigación en esta área para mejorar su bienestar. Más adelante, me especialicé en neumología en el Centro Médico La Raza, donde se me presentaron dos caminos: aceptar una beca para estudiar oncología pediátrica en Estados Unidos, o regresar a mi comunidad para trabajar con mi gente. Decidí quedarme. Renuncié a la comodidad y oportunidades del extranjero porque mi compromiso social era más fuerte: con mi familia, con mi tierra y con quienes más lo necesitaban.

Después surgió un trabajo formal en Pemex, luego en el ISSSTE, y el IMSS, que fue donde me quedé y donde me formé. Hice mi carrera como jefe de servicio de terapia intensiva y luego fui director del Hospital en Coatzacoalcos. Después de mi jubilación me ofrecieron la dirección del Hospital Comunitario de Coatzacoalcos, ahí se atendían personas sin recursos y quise ir y atender a la población de los pueblos originarios que es alrededor de un 40 por ciento, es gente que venía muy mal y que apenas hablaba español.

Me gustó mucho y ahí me involucré con la parte social de la medicina, me dediqué un buen tiempo a servir en Coatzacoalcos. Organicé brigadas médicas para colonias populares, invité a pediatras para que me ayudaran a dar servicio en las comunidades rurales. Son colonias que están dentro de los pantanos, son zonas lacustres, la gente muy pobre llega a vivir ahí. Hicimos un trabajo por muchos años, y de ahí creo que se desprende el origen de mi formación política-social.

Usted llega a ser secretario de Salud de Veracruz durante la pandemia del Covid, ¿lo podría considerar de sus mayores retos como médico y funcionario?

Sí, yo me dediqué a trabajar en las colonias, cumpliendo con mis objetivos como médico pediatra. Se podría decir que fue una plataforma política, pero hay un interés legítimo, muchos funcionarios o políticos llegan al Congreso de la Unión, pero sin ningún interés auténtico y mucho menos con información. Mi sueño era ser diputado federal, pero pasaron casi 30 años para que, finalmente, hoy estuviera aquí.

En Veracruz teníamos muy claro el trabajo epidemiológico. Nos invitaron a la mañanera para explicar cómo se le hizo para contener el Covid, cómo nos habíamos organizado para evitar más tragedias. Nosotros también informábamos todos los días lo que pasaba; había una estructura especial para Covid.

En lancha, a caballo o a pie llevábamos lo necesario para atender y vacunar a los pacientes. Me tocó vacunar a los de la alta montaña de Zongolica, luchando con una situación de cultura y de costumbres. Ahí le decían a la gente que no se vacunaran porque la vacuna era diabólica, que los iba a matar. Así que organizamos una estrategia con la que logramos vacunar casi a la mayoría de la población indígena.

Pensaba que yo ya había contribuido como secretario de Salud, pero no me quedé conforme y estudié Derecho en la Universidad Veracruzana y llegar a ser diputado.

¿Por qué quería ser diputado? 

Mi objetivo central era traer la voz, el pensamiento de la gente. Fui invitado por Morena para formar parte de un proyecto: Movimiento de Regeneración Nacional. Yo ya había estado al lado de Andrés Manuel, hace 40 años; caminé con él, venía de Tabasco, nos empatamos en Coatzacoalcos y de ahí caminamos hasta el Zócalo de la Ciudad de México, como médico, cuando acampamos, atendí a los tabasqueños, a los veracruzanos. Mientras Andrés Manuel hacía las negociaciones con Gobernación, ahí estuvimos, dormíamos cada uno en su cartón, era complicado, pero a la vez estaba muy emocionado por lo que hacíamos.

Y ahora llego aquí a este Congreso y, pueden investigar, soy un diputado que no ha faltado, estoy pendiente del debate, de todas las iniciativas de nuestro movimiento. Cuando subo a tribuna, hasta se me hace poco los cinco minutos que dan. Hasta ahora, me siento satisfecho y creo que he tenido un balance positivo. Los miércoles, en una estación de Veracruz me dan un espacio para comentar y platicar con quienes me eligieron, cuáles fueron las actividades de la semana, cuáles han sido los dictámenes en los que participamos. Por ejemplo, ahora una de las leyes que se están discutiendo en relación a las propinas de la gente que se soba el lomo en los restaurantes, en la gasolinería, a cuenta de su sueldo.

Otro tema muy importante es la reestructuración del Poder Judicial porque había un abismo entre el pueblo y los señores ministros. Los señores jueces se sentían intocables y ahí la justicia se vendía al mejor postor. El que tenía dinero pagaba un amparo o la resolución de un juez. En el sur, viví la experiencia, el que trae billete negocia con el juez; hoy se acabó. 

¿Qué estrategias considera prioritarias para garantizar el acceso universal a la salud?

Este punto tiene mucho que ver con el trabajo que se hace aquí. Primero tiene que haber un modelo que privilegie la promoción de la salud y la prevención. Por supuesto, esto lo contiene un modelo que se llama atención primaria a la salud. ¿Qué quiere decir? Pues que tenemos que evitar la diabetes mellitus, la hipertensión, el cáncer. Vigilar la alimentación y sus compuestos debido a que casi la mayoría de los productos empacados con sustancias que pueden producir cáncer y las consumimos sin ningún control.

Entonces, la atención primaria, preventiva y de promoción a la salud es en la que nos debemos centrar, así como en la familia y en la comunidad, no en un modelo de una sola persona. La misma Constitución lo dice: salud de calidad y para todos. Esto viene de hace décadas, la salud ha estado fragmentada. Hay países que están organizados y tienen una sola institución a cargo de los servicios de salud.

Aquí, tenemos a la Secretaría de Salud, el ISSSTE, el Ejército, Pemex. Entonces se tiene que ir transitando para integrarlas en una sola institución. Lo importante es que la población entienda que debemos caminar en ese sentido. Desafortunadamente todavía hay gente que prefiere la consulta privada. Se tendría que corregir una cultura en la salud. Se tiene una cultura de la nutrición equivocada. Por ejemplo, es complicado decirle a la gente: no fume, no tome alcohol, siga la dieta de la Milpa: chayote, tomate, chile, calabaza, maíz, que provienen de la tierra, de la agricultura nacional.

Los grandes capitales rechazan los centros de salud, rechazan el programa de atención primaria, porque es promoción comunitaria, es estar pendiente de los viejitos, de los niños, de la dieta, informarles de los hábitos y los cuidados personales, por ejemplo, el tabaquismo y el alcoholismo que tanto daño nos hace.

¿Qué nos puede decir sobre el brote de tosferina y sarampión?

Existe una cobertura universal en la prevención específica a través de un plan de vacunación integral que comenzó con tres vacunas y hoy se ha ampliado a 12, incluyendo la del papiloma humano. Este esquema abarca inmunizaciones contra la difteria, la tosferina, el tétanos y otras enfermedades infantiles, demostrando resultados sobresalientes en el país.

Gracias a estas campañas, ya no se ven en las calles niños que dependan de aparatos ortopédicos para caminar, una situación que en el pasado era común debido a la polio. Las generaciones actuales se benefician de vacunas que protegen contra el sarampión, la tosferina, la difteria y el tétanos, permitiendo casi erradicar enfermedades como la tuberculosis y la polio, a diferencia de otros países donde aún se padecen.

ecuerda que, tras picos en la incidencia de enfermedades—como ocurrió con el COVID-19—es posible que afloren nuevos periodos de riesgo y la reaparición de virus similares. Esto refuerza la importancia de mantener una vigilancia constante y seguir impulsando intervenciones preventivas.

Aunque el sarampión puede tratarse adecuadamente, lo ideal es prevenirlo con la vacuna para evitar complicaciones como neumonías, encefalitis (que puede afectar la audición) y otros eventos clínicos graves. Es fundamental confiar en nuestro sistema de salud nacional, cuya sólida trayectoria ha contribuido a mantener sanas a las generaciones actuales. Las campañas de vacunación son clave: enfermeras visitan los hogares y las comunidades para identificar quiénes han sido inmunizados, mientras que en las escuelas se realizan las aplicaciones necesarias, contando además con un suministro adecuado de vacunas.

¿Cuál es el mensaje que daría a la población en esta situación?

Convoco a nuestro pueblo a confiar en el sistema de salud: visiten los Centros de Salud y apoyen a sus médicos y enfermeras. Ante cualquier signo, como tos, secreciones, fiebre o manchas en la piel, acudan a la atención primaria.


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