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Desaparecer el mínimo y establecer un salario digno: diputado Tereso Medina


Luz María Mondragón

En este sexenio ha faltado voluntad política y compromiso para construir el gran pacto social, con la participación de empleadores, gobierno y trabajadores. El objetivo: que gane México, porque si triunfa el país también lo hace la clase trabajadora, resumió el diputado Tereso Medina Ramírez (PRI).

Propuso: el Poder Legislativo debe realizar una reforma constitucional y laboral para desaparecer el concepto de minisalario y establecer, realmente, el salario digno en México, como ya lo marca la Ley Federal del Trabajo (LFT) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Los asalariados tienen derechos humanos, merecen una dignidad integral que comienza por el empleo y un sueldo remunerador.

La Ley Federal del Trabajo precisa: el salario digno debe ser suficiente para que el trabajador y su familia resuelvan necesidades de salud, educación, vivienda, recreación, vestuario, alimentación, deporte. Sin embargo, realmente, el minisalario no alcanza ni para la totalidad de uno de los puntos mencionados.

Integrante de la Comisión de Trabajo y Seguridad Social de la Cámara de Diputados, el legislador Tereso Medina Ramírez, en entrevista con la revista Cámara reflexionó sobre las repercusiones del aumento de 20% al mínimo y del balance sexenal en materia laboral.

Precios inalcanzables

El decreto de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasimi) respecto del 20% a los minisueldos representa la oportunidad de recuperar el poder adquisitivo de la clase trabajadora porque la brecha entre salarios-precios de la canasta básica históricamente ha sido inalcanzable.

Apenas se anuncia un incremento salarial, de inmediato se reetiquetan costos. La recuperación plena de su capacidad adquisitiva es una deuda histórica con los trabajadores.

Además de que es una buena noticia el incremento de 20% al minisalario, por fin la Conasimi dejó de decretar aumentos ligados exclusivamente a la inflación. Hace años, cuando la inflación era de 3%, la Conasimi decretaba incremento de 3%. Ahora no. Ayuda a la recuperación del poder adquisitivo de la clase trabajadora. Este logro fue producto del diálogo social tripartita.

Resaltó dos puntos:

1. Sería buena noticia que la Conasimi aclarara, como lo ha hecho en otras ocasiones, que este aumento de 20% al sueldo mínimo también se tiene que aplicar al salario profesional.

Recordemos que la LFT tiene dos tipos de salario: mínimo y profesional. Así que el incremento de 20% debe aplicar para ambos casos. Hasta este momento, el decreto de la Conasimi solamente es para el minisueldo. Es un punto importante. Se infiere que, en automático, debe operar para los ingresos profesionales.

2: Los empleadores no deben ver el aumento a los salarios como un costo, sino como inversión. ¿Por qué? La realidad es que los trabajadores solo recuperan un cierto nivel de ingreso frente a lo único que tienen: su fuerza de trabajo, que va acompañada de talento, destreza, capacitación y habilidad. Entonces, cualquier incremento salarial es recuperable por las empresas.

También establece la LFT instalar las Comisiones Mixtas de Seguridad, Higiene y Productividad. Sería buena noticia ligar el salario a la productividad. En este esquema se pueden construir bonos reales y alcanzables para que esto se refleje en un mejor nivel salarial y así dar un paso más hacia la recuperación real de los salarios.

¿Hasta el momento no se ha logrado?

No. Ni desde el punto de vista económico ni de la dignidad. Los trabajadores llevan años esperando la recuperación real de su poder adquisitivo; que el salario mínimo sea suficiente para la manutención de la familia, atender todas sus necesidades en materia de alimentación, vivienda, vestuario, educación, salud, recreación.

La OIT y la LFT establecen: el salario debe ser suficiente para que un trabajador dé respuesta a las necesidades básicas de su familia. La realidad es que el minisueldo no es suficiente; no alcanza ni para cubrir uno de los renglones del salario digno que establece la LFT.

Por ello, en México urge avanzar en materia de contratación colectiva porque los salarios contractuales son superiores al mínimo. Además, incluyen prestaciones. Y no es lo mismo negociar un incremento en la revisión de contrato colectivo que respecto del minisalario.

Por lo anterior, el Poder Legislativo debe realizar una reforma constitucional y laboral para desaparecer el concepto de minisalario e incorporar el de salario digno. Ligar el derecho laboral al derecho humano de un trabajador, quien merece tener una dignidad integral que comienza por su empleo y sueldo.

¿Por qué no se ha hecho?

Hace falta diálogo social, madurez política. Que nos alejemos de intereses partidistas, sectoriales y de grupo para abrir la puerta al interés superior de la nación, como es el mejoramiento real de los sueldos.

No hay auténtico diálogo social. México es un país de trabajadores manuales, intelectuales, del campo y la ciudad. Todos somos clase trabajadora, incluyendo a las y los legisladores. Se debe abrazar este concepto. Ojalá algún día impere el diálogo social tripartita. No las confrontaciones. Ni un final con vencidos y vencedores. No puede haber empresas sin trabajadores ni empleados sin empleadores. Contribuir a que gane México. Así ganamos todos.

¿El aumento de 20% al minisalario representa riesgo para las empresas?

No. Hago un llamado a los empresarios a no ver el incremento salarial como un costo, sino como una gran inversión. Si tienen trabajadores bien pagados, bien capacitados, la clase trabajadora les regresará, con su esfuerzo y talento, ganancias mayores al aumento de sueldos. En México debemos cambiar maneras de pensar.

Exhorto a construir el gran pacto social que México necesita. Los trabajadores no viven de la protesta, sino de la propuesta.

El salario es un tema sagrado para la clase trabajadora. Pero pide y espera espacios de negociación, no de confrontación.

Los intereses de los empleados son los de la nación.

¿Hay voluntad política oficial hacia este gran pacto social?

No. En este sexenio faltó voluntad política y compromiso. Solamente piensan en las campañas políticas, en la lucha de los partidos políticos, más que en lo conveniente para el país. Eso no es correcto.

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