Trabajo Legislativo / Entrevista


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El alquiler de vientres podría ser un delito de trata


Juventina Bahena

A las mujeres nos ven como maquinitas reproductoras y es por ello que he presentado una iniciativa de reforma para sancionar la maternidad subrogada, alquiler de vientres o úteros sustitutos, así como la donación comercial de óvulos, al tipificar este delito en la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas, establece la diputada Beatriz Rojas Martínez.

La propuesta también pide sancionar de 15 a 25 años de prisión a quien adquiera a un recién nacido o nacida por esta práctica y a todas las personas que lucren con este ilícito y exploten reproductivamente a las mujeres.

Entrevistada al finalizar el encuentro “Legisladoras abriendo brecha para la igualdad”, la diputada de Morena explicó que se pretende sancionar a las personas que utilicen el cuerpo de la mujer como maquinitas reproductoras, porque los vientres de alquiler solamente encuentran oportunidad en las mujeres más pobres, a quienes se alquila su vientre a cambio de un recurso económico.

Rojas Martínez y otras diputadas han buscado que el Estado reconozca el derecho a la interrupción legal del embarazo, que efectivamente tenga el derecho a decir cuántos hijos quiere tener y en qué momento; que no padezcan violencia obstétrica y que el sector salud se los garantice; para ello se tiene que incorporar en las leyes a fin de que tenga vigencia.

Otro de los puntos que destaca es el de los cuidados.

—Tenemos que trabajar mucho en el tema de los cuidados porque toda la carga se le deja a la mujer. Cuando dividamos los cuidados entre hombres y mujeres van a valorar su trabajo. Todavía hay mucho por avanzar en estos temas, pero como legisladoras nos corresponde especificar en las leyes, que quede claro, cuáles son sus derechos e impedir y sancionar cuando se violenten sus derechos reproductivos.

¿La maternidad como un derecho no está encubriendo una responsabilidad social? a partir de una condición biológica se le responsabiliza de reproducir y cuidar, pero ¿qué pasaría si se negara a asumir esa carga fisiológica?

—Por razones culturales y sociales, a la mujer se le ha asignado toda la responsabilidad del cuidado, inclusive la manutención. Hoy tenemos un número creciente de embarazos en la adolescencia, en donde el joven se va y la jovencita carga con la responsabilidad y trunca todo un proyecto de vida. De ahí se genera la desigualdad. Debemos trabajar en concientizar a la sociedad y no dejarle la carga de tener hijos porque “para eso nacieron”, para formar una familia, para reproducirse, “para tener los hijos que Dios mande”.

En su propuesta, la diputada Beatriz Rojas refiere que en la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, realizada en Beijing, en 1995, se reconocieron por primera vez los derechos reproductivos. “Sin embargo, los derechos reproductivos, o el ‘derecho a procrear’, no son derechos como tal, el derecho [consiste en] que estos embarazos se lleven a cabo de manera voluntaria y libre, con garantía para la salud de la mujer, como se ha reconocido en Beijing; en suma, un derecho a que se proteja la libre decisión de procrear. Pero también implica la protección frente al comercio que surge a raíz del auge de estas tecnologías, y del lucrativo nuevo nicho de mercado que tiene por objeto el cuerpo de las mujeres”.

Subraya que “biológicamente las mujeres damos la vida, pero es una decisión, y en todo momento es una decisión con nuestra pareja, pero la pareja debe participar en los cuidados de manera igualitaria porque ellos [las parejas] se desarrollan en el ámbito público sin entrar en el privado, y eso es lo que debemos cambiar”.

Está convencida de que cuando haya parejas, familias conscientes de la igualdad entre hombres y mujeres, se va a generar una sociedad más responsable, sobre todo, más democrática, igualitaria, “y es en lo que queremos trabajar en el ámbito legislativo, pero requerimos que haya políticas públicas que vayan generando esos cambios, considerando que nosotras hacemos las reformas, las leyes, pero hay veces que se quedan en el papel.

“Las leyes ahí están. Estamos trabajando en ellas, como el tema de los vientres de alquiler que propongo sancionar en la trata de personas, pues a fin de cuentas es una práctica que se basa en la explotación del cuerpo de las mujeres y una vez más están utilizando a las mujeres más pobres a cambio de un recurso.”

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