Trabajo Legislativo / Entrevista


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Fernando Damián y el privilegio de ver la historia en primera fila


Juventina Bahena

La cita para la entrevista fue el palco de reporteros del salón de plenos de la Cámara de Diputados y a Fernando Damián, reportero de Milenio, aún le sigue maravillando la majestuosidad del recinto legislativo del Palacio Legislativo de San Lázaro, pese a sus 24 años de cubrir el quehacer diario de legisladoras y legisladores y los eventos más importantes que se han suscitado en el corazón de la política en México, porque para él “es un privilegio ver la historia en primera fila”. 

El género que más le gusta para contar esas historias y registrarlas es la crónica, porque mediante esta técnica narrativa está en condiciones de humanizar la noticia y los elementos para ello le sobran en este lugar. 

—Lamentablemente, la inmediatez ha opacado un tanto este género periodístico en algunos medios informativos, particularmente los impresos; sin embargo, en el grupo Milenio, en algunas de las plataformas de la web o de televisión puedo elaborar crónicas a partir de los discursos, lo que se dicen entre curules los legisladores, los acontecimientos, los gritos, las protestas, son ingredientes, insumos básicos para una muy buena crónica.

En su formación tuvo a grandes maestros del periodismo, figuras paradigmáticas de su generación como Julio Scherer y Vicente Leñero, de quienes, recuerda, era obligado seguir su trabajo periodístico, particularmente sus grandes entrevistas. Por supuesto, también recuerda a los clásicos como los hermanos Flores Magón

—A mí me tocó en el antiguo Heraldo de México compartir redacción con Joaquín López Dóriga, con Pedro Camacho, con José Fonseca y más recientemente en Milenio, estuve trabajando también de la mano de Carlos Marín, Daniel Moreno, Julián Andrade, y para mí son maestros del periodismo de los que siempre se aprende algo.

La pregunta obligada para un periodista: ¿Para ti qué es la verdad? Pero, además, ¿cómo la validas?

—Bueno, independientemente del concepto filosófico de la verdad, en periodismo significa dar una visión lo más imparcial posible de los hechos. En el periodismo mexicano, en la nota del día a día, se trata de dar las versiones de una y otra parte de los actores involucrados en un hecho, sin distorsionar; las opiniones personales, tal vez guardarlas para otros géneros como el artículo o la columna; pero cuando se trata de dar información, de dar un reporte en vivo en televisión, simplemente hay que apegarse a los hechos y dar las versiones de las partes involucradas.

Se ha discutido mucho el tema de la objetividad en el tratamiento de la información y parece que la conclusión es que no la hay. Entonces, ¿qué podemos esperar del reportero para que no pierda credibilidad?

—Efectivamente, en el tema de la objetividad el dilema es permanente. Creo que la objetividad como tal no existe. Podemos hablar de imparcialidad y tratar los hechos con todas las visiones posibles, las opiniones de una y otra parte involucrada; efectivamente, a lo largo de la trayectoria profesional de un periodista desde sus inicios, los que tenemos ya un poco más de tiempo en este trabajo, sabemos que la credibilidad es esencial para un reportero, para un comunicador y se gana día con día, con el trabajo que uno presenta y la forma de hacerlo, sin externar juicios de valor innecesarios, sin cargarse hacia uno u otro lado. Creo que es la forma de ganar credibilidad.

A mediados del siglo pasado en la UNAM se estudiaba a Marx; todo era analizado bajo esa óptica y se definía a la ideología como una distorsión deliberada de la realidad; hoy le llaman posverdad y se define como la práctica de retorcer la verdad para manipular la opinión pública y ponerla a favor de quien lanza la mentira para desestabilizar gobiernos, para generar división. Quiénes se mueven en este terreno: ¿políticos, periodistas, generadores de opinión?

—Creo que en todos los campos de la comunicación existe esa mala práctica. Podemos ver algunos generadores de opinión, unos opinadores en los medios informativos formales que efectivamente tienden a generar estas versiones alejadas de la realidad, interesadas en crear algunos conceptos, opiniones y tratar de influir en las personas; pero es más común en las redes sociales. En los últimos años hemos visto una especie de pseudoperiodistas, youtubers por ejemplo, quienes generan abiertamente versiones que no corresponden a la realidad, sembrando preguntas en conferencias de prensa, asumiendo un papel que no corresponde a un comunicador, a un periodista, porque intentan formar parte de la discusión, del debate político. Se suben a esta arena y pierden, evidentemente, la categoría de comunicadores, de periodistas.

“Es ahí donde se genera esa posverdad; también entre la clase política hay quienes lo hacen. El trabajo del periodista es diferenciarse de esa práctica y no incurrir jamás en ella”.

¿Quiénes pueden ser más efectivos en generar opinión, los periodistas o las granjas de bots?

—Esa es una buena pregunta. Creo que hay periodistas que tienen una amplia influencia, un gran número de seguidores a través de los medios de comunicación; generan por sí mismos opinión, generan debate con otros actores políticos para lograr mayor penetración, que es lo que se pretende desde esos espacios. Hay un segmento, un sector reducido de grandes periodistas, con una audiencia muy amplia que puede generar esta opinión.

“En el caso de los bots, creo que funciona de manera distinta si estamos hablando de opiniones políticas. La verdad es que se ha demostrado que en redes sociales la gente está más atenta a temas de entretenimiento, a canales que tienen que ver con artistas famosos, cantantes, más que de política. Y en los temas de política también hay bots y se generan opiniones artificiales, particularmente en épocas electorales. Ahí habría que medir el alcance en el uso de bots”.

¿Crees que alguna vez la inteligencia artificial pueda sustituir a un reportero? porque, por ejemplo, ya hay presentadoras diseñadas con inteligencia artificial, que parecen muy reales ¿A ti te ha sacado de algún apuro la inteligencia artificial para elaborar tu información?

—Es un tema súper interesante que está a debate. Efectivamente, la pregunta es si algún día la inteligencia artificial puede sustituir a los periodistas como a cualquier otra profesión. En este momento no veo ese escenario; por el contrario, me parece que es una tecnología que puede ayudar mucho al trabajo informativo, generando información, no para copiarla, sino para generar contexto, apoyar el trabajo diario de reporteros de una manera además muy ágil, muy rápida.

“Eso se está intentando un poco en Milenio. Todavía es incipiente el uso de la inteligencia artificial. Personalmente, todavía no he recurrido a las herramientas de la inteligencia artificial, pero seguramente será cuestión de meses, tal vez en uno o dos años esta herramienta será fundamental para los periodistas.

¿Tu trabajo en la Cámara ha llegado a afectar tus emociones, has llegado a sentir impotencia, frustración, satisfacción por la aprobación de algunas iniciativas?

—Sí, desde luego; la verdad es que uno como periodista, que comienza a conocer el fondo del trabajo parlamentario, no está exento de enojarse, de indignarse cuando ocurren algunas cosas, cuando se aprueban algunas legislaciones que en nuestra opinión no son las correctas, sin embargo, eso tampoco lo podemos reflejar en un reporte en vivo para televisión, por ejemplo, pero sí se puede comentar en otro ámbito, y tampoco se trata de confundir ni de tratar de influir a las audiencias con la opinión personal de alguien. En todo caso, se busca equilibrar las opiniones a favor y en contra de alguna determinada ley y eso es bastante válido. Creo que se puede dar una visión, un panorama completo para las audiencias sobre las cosas buenas y malas que pueden ocurrir en el Congreso de la Unión.

¿Quién merece tu amistad?

—Sin duda, la amistad la merece quien se gana la confianza, quien sea solidario, con quien siente uno empatía. Hay veces que pueden ser del ámbito profesional en el que uno se desenvuelve.

Normalmente, las amistades vienen de años, desde la juventud, de la infancia y se van construyendo a lo largo del tiempo.

¿Se puede hacer amigos en política, con políticos?

—Se puede hacer amigos con políticos, pero no por el hecho de ser políticos. Quizá uno conoce personas con cargos públicos que tienen alguna participación en partidos políticos. Y bueno, a lo mejor va uno conociéndolos a lo largo del tiempo y se empieza a dar alguna empatía, alguna amistad; lo que no es válido es tratar de construir artificialmente una amistad por el simple hecho de que sea un político y que haya alguna intención adicional.

¿A quién admiras, Fernando? ¿De cualquier ámbito, a quién admiras?

—Lo tengo muy claro. Admiro a los compañeros reporteros en los estados que todos los días se juegan la vida reporteando en condiciones adversas. Hay estados donde el crimen organizado, la delincuencia, ha llegado al extremo de presionarlos todos los días, y ellos trabajan en ese contexto de violencia, asesinatos, secuestros, desapariciones. A ellos los admiro. Son muchos de muy distintos medios; unos trabajan para grandes empresas periodísticas, otros para portales por su cuenta, pero muchos se juegan la vida en muchos estados del país.

Con 30 años de ejercicio periodístico y los últimos 24 dedicados a la Cámara de Diputados, evidentemente Fernando tiene algunas anécdotas memorables.

—Me viene a la memoria, por ejemplo, cuando en marzo de 2001, representantes del ejército Zapatista de Liberación Nacional hablaron en tribuna. Fueron invitados por comisiones de la Cámara de Diputados. Quizá para algunas personas más jóvenes este conflicto les suene lejano y hasta desconocido. Recordemos que hubo un levantamiento armado en México a finales del siglo pasado y el expresidente Fox lanzó una convocatoria para que lo visitaran en la residencia oficial de Los Pinos; pues le tomaron la palabra, y vino la caravana zapatista desde Chiapas hacia la Ciudad de México. Se desplegaron por varios puntos de la ciudad y aquí en la Cámara de Diputados, después de una gran discusión entre los Grupos Parlamentarios, se aceptó que una delegación viniera a dar su mensaje; cuatro comandantes participaron en la tribuna legislativa, dando el punto de vista del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

“Al año siguiente, en 2002, hubo una gran irrupción en la Cámara de dirigentes de organizaciones campesinas que demandaban principalmente presupuesto. Era diciembre, la época en que se discute el gasto público. Llegaron a las puertas del recinto con tractores y caballos a manifestarse, a exigir recursos para el campo. Era tanta su irritación que derribaron las cercas de las inmediaciones y llegaron primero a la explanada, dieron algunas vueltas a caballo y finalmente llegaron aquí, a las puertas de acceso al recinto, por lo menos dos jinetes a caballo.

“También recuerdo la toma de protesta de Felipe Calderón como presidente de la República en 2006. Fue una época de crisis postelectoral derivada de acusaciones de fraude. En la ceremonia del cambio de poderes, los diputados de las fuerzas de izquierda pretendieron impedir la sesión mediante el bloqueo de la tribuna. Hubo golpes, una zacapela que duró tres días. Finalmente, Calderón logró entrar por la parte trasera de la tribuna y rindió protesta en tres o cuatro minutos. Así fue como se consumó el ascenso al poder de Felipe Calderón. Fueron días tensos, había miembros del Estado Mayor Presidencial, todo tipo de equipos de seguridad; estuvimos al borde de una crisis peor.

¿Por último, qué le dirías a los jóvenes que en este momento están en las universidades estudiando periodismo?

—Yo les digo que escogieron una profesión muy bonita en la que se requiere disciplina para ejercer el periodismo; también hay que leer mucho. Seguramente les han dicho que para este trabajo no hay horarios y a veces hay que estar pendientes en días de descanso, en fines de semana. Hay mucho sacrificio en ese sentido, pero la verdad es que la satisfacción es también enorme, es ver la historia en primera fila.



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