Trabajo Legislativo / Entrevista


news

Introducir moda sin género, un reto en México: Juan Oyervides


Aida Espinosa Torres

Juan Oyervides es un diseñador de moda incluyente e inclusiva; se le conoce por sus singulares diseños, audaces y arriesgados. Ha confeccionado ropa para cantantes como Bad Bunny; Arca, compositora y productora musical de Björk; Ana Torroja, entre otros.

Dirige tres marcas de ropa: la que lleva su nombre: Juan Oyervides, Carne piel, dedicada a la producción de trajes de baño, y la más reciente, Proteo, dedicada al diseño de lencería. Es originario de Villahermosa, Tabasco; su sueño desde niño era dibujar, ser caricaturista.

Empezó su carrera diseñando vestidos de noche, ropa para dama y trajes sastres; pronto rompió el discurso tradicional para crear su propia visión y versión de la moda.

 “Empecé diseñando lo habitual, por prejuicio, porque tenía la preocupación de qué iba a pensar mi familia de mí. Me preocupaba la opinión de la gente, y pensaba que si trabajaba en esa línea eso me haría un profesionista respetable. Los clientes me decían: qué bien que eres gay, pero qué bueno que no se te nota tanto, porque así no me molesta trabajar contigo. El haber vivido tanto rechazo desde chico, en la escuela, no sólo de mis compañeros sino también de mis maestros, me impidió explorar otras cosas y expresarme libremente”, explica el creativo.

Incursionar en el mundo de la moda en México ¿fue difícil?

Fue difícil porque aprendí que el respeto lo debes de exigir simplemente por el hecho de existir, no por la forma en que te veas o vistas, no por lo que haces; todos merecemos el mismo respeto y cualquier trabajo es digno. Fue muy duro para mí; el cliente, al final, es bastante homofóbico. El mercado de las telas está manejado, en su mayoría, por hombres: el dueño de la tienda, el contador, el que corta, el que carga, el chofer. Te ven de forma despectiva porque no eres un cliente, sino el maricón que viene a comprar la tela. Es un ambiente hostil.

A partir de que empiezas a crecer y tus volúmenes de compra son más grandes, ahora sí, ya te respetan. Ahora, con una reputación y un nombre, decidí que ya era el momento para hacer lo que yo quiera y que no me importe el qué dirán. Fue por eso que empecé a hacer cosas más creativas para artistas internacionales; también lancé mi última marca que ha despegado muchísimo en el mundo: Proteo. Tiene como primer lugar de ventas Estados Unidos, luego México, la Unión Europea y Australia.

Lencería sin género

 “Nos han publicado en revistas en Italia, en Reino Unido, en Estados Unidos, en Alemania; aquí en México, Proteo no ha tenido la misma recepción porque es una marca de lencería que empezó siendo para hombre. El interés lo hay, pero el prejuicio es muy grande, en ocasiones no escriben ellos directamente, sino sus esposas, queriendo experimentar algo nuevo, así como al que genuinamente le gusta usar encaje o lencería. Al principio, la marca no despegaba porque a muchos les daba vergüenza seguir a la marca, pero como artistas y modelos del extranjero la empezaron a utilizar, ya se volvió más más editorial, ya la consideraron más cool, la empezaron a comprar y utilizarla, pero es un producto de lo que no se habla tanto. A veces editorialmente consideran que en México es demasiado pronto para que se hable de lencería para hombre, pero poco a poco ya se habla de lencería sin género”

¿Cuál sería la mayor dificultar al emprender en el ramo de la moda?

La mayor dificultad es que México no invierte en moda. No tiene la cultura de invertir en moda. Conseguir un socio de negocios es complicado. Si quieres poner una abarrotería o una tienda de cajas puedes encontrar gente que invierta en eso, porque la gente lo considera un negocio, pero en México la moda no está considerada como un negocio, a pesar de que es algo redituable. Nos podemos dar cuenta en el éxito que tienen las ventas de catálogo, por ejemplo, de zapato mexicano; lo ven tan grande e inalcanzable que creen que no es replicable hacer un modelo de negocio así, y México lo tiene todo para poder desarrollar este modelo de negocio: tenemos excelente mano de obra y con precio competitivo de confección; el textil que llega a México es muy bueno.

Hay mucho mercado y negocio en la moda, y el diseño mexicano es muy bueno, pero no hay una visión de negocio para los inversionistas. Cada vez se está haciendo más grande la cultura de “Compra moda nacional”, que se invierta en el diseño mexicano, pero surge otro problema, las marcas chinas.

Competencia desleal

Yo saco una colección y al mes ya hay marcas chinas, sacan mis fotos de mi página y venden la pieza y la venden a menor calidad, y con menos detalle o control de calidad, por un tercio del precio, y por los trescientos pesos que pagan les llega algo que no vale ni diez pesos. El hecho de estar en el foco de la moda internacional me llevó a que en China se fusilen mis piezas. Luchas con el hecho de que la gente en México no compra diseño mexicano porque se le hace caro.

¿Debería existir el género en las prendas de vestir?

No. Yo creo que el género es una construcción social, creo que los cortes de tela han ido evolucionando porque, en algún momento, los hombres usaban vestidos, faldas o tacones; querer segmentar o querer decir que un pedazo de tela que tiene costuras y que traes puesto define el género de una persona, es absurdo. Yo creo que podemos utilizar cualquier cosa que nos haga sentir cómodos y que reafirme nuestra autoestima y cómo nos sentimos y cómo nos queremos ver. Creo que les da terror que los puedan atacar. En México tenemos que trabajar sobre el respeto al derecho de los demás.

¿Cuáles son las cosas que te inspiran?

Encuentro belleza en absolutamente todo lo que me rodea; yo creo que todo es bello si lo ves con el cristal correcto. Me inspira desde una planta, un edificio, un juego de cubiertos. En este mundo todo es líneas, colores, texturas. He hecho colecciones inspiradas en células, microbios, en animales, en flores; hay belleza en todo.

Los textiles siempre los fabricamos nosotros, los trajes de baño están inspirados en paisajes o ciudades de México. Hago investigación, tomo fotos y de lo que me gusta saco los colores y todos los estampados; los pinto a mano, se digitalizan y fabricamos nuestra propia tela.

La marca se hizo muy conocida porque tenemos tallas desde la XS hasta la 2XL; siempre nuestras campañas son inclusivas e incluyentes, aparece gente normal, no utilizamos tantos modelos, sino gente real y amantes de las marcas reales.

¿Apoyas alguna causa en particular?

Estoy comprometido en las causas sociales del colectivo LGBT, desde salud hasta derechos humanos. En todas mis marcas se trabaja para ser inclusivas e incluyentes y estar abiertos para quien guste usarlas. En lo personal, como influencer, abandero muchas causas. Trabajo a favor de los derechos humanos de la comunidad LGBT, de la “comunidad trans”, que está sumamente agredida, acabo de diseñar una botella de mezcal y todas las ganancias van para una casa hogar que se dedica a apoyar a personas trans que tienen problemas de vivienda; también apoyo a fundaciones que se dedican a la detección oportuna del VIH.

La comunidad y sus batallas

¿Cómo ves la cohesión de la comunidad y su lucha?

A veces al colectivo LGBT en México se le olvida quiénes son realmente las personas que han luchado por los derechos que hoy tenemos, creen que quienes lucharon por nuestros derechos fueron los gais blancos privilegiados y la verdad es que no es cierto. Fue una mujer transgénero, en Estados Unidos, que lideró la primera marcha del orgullo, junto con los sucesos en Stonewall.

Un problema que tenemos como comunidad es que se nos olvida que todos hemos pasado por algún tipo de discriminación; es decir, los hombres gais de cierto estrato social, viven tal vez un nivel de discriminación un poco menor comparado a lo que vive una mujer trans en un lugar apartado en provincia, por ejemplo.

Hay muchos temas pendientes como el acceder a una salud digna, a un servicio de salud pública o la capacitación al personal de salud para tratar de forma digna a la gente de la comunidad. Siento que si todos fuéramos más empáticos, tanto dentro y fuera de la comunidad, nos daríamos cuenta que todos tenemos necesidades específicas y que merecemos que se atiendan.


IG: @Juan Oyervides @carnemiel @proteomx

Twitter: @JuanOyervides

Youtube: Juan Oyervides


Notas relacionadas