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Mes del orgullo arcoíris


Luz María Mondragón

Junio es el mes del orgullo arcoíris. Las banderas, las conciencias, los sentimientos, los pensamientos se pintan de todas las tonalidades. Reivindica la valentía de la ardua lucha por los cuerpos, por las vidas, por la diversidad sexual, por los derechos de la comunidad LGBTIQ+. Es un llamado a pronunciarnos contra el odio, la discriminación, la violencia y la exclusión.

Los grupos LGBTIQ+ han sido históricamente discriminados, marginados, excluidos. Basta mencionar que fue hasta 1990 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales. Esta página oscura fue arrancada, gracias a la incesante batalla que han dado sus colectivos a fin de superar prejuicios sociales, miedos, rechazo, estigmatización, persecuciones policiacas, criminalización.

Hoy el silencio está roto. Emergió la visibilización de las personas de la diversidad sexual. Se han logrado avances como el matrimonio igualitario. Sin embargo, la batalla no ha terminado porque están aumentando los crímenes de odio, los transfeminicidos y todavía se intentan las ilegales “terapias de reconversión”.

Por ello, no habrá tregua. Las nuevas generaciones agigantan la lucha por los derechos humanos de la comunidad LGBTIQ+: derecho a la vida, a la inclusión, a la dignidad, al libre desarrollo de la personalidad, a la identidad de género, a la no discriminación…

Este mes, superadas las restricciones que impuso la pandemia por covid-19 a la sociedad, la comunidad LGBTIQ+ nuevamente conmemora esta celebración mundial. Orgullosamente se despliegan las banderas LGBTIQ+ por las calles de nuestro país.

Concretamente, el 28 de junio es el Día Internacional del Orgullo LGBT, también conocido como Día del Orgullo Gay. LGBTIQ+ es un acrónimo que significa lesbiana, gay, bisexual, transgénero, intersexual y queer.

Precursora de las movilizaciones del orgullo arcoíris, el 26 de julio 1978, durante una marcha por el aniversario de la revolución cubana, participó un grupo identificado como Frente de Liberación Homosexual de México. Un ideal los empujó: cambiar el mundo y acabar con los abusos contra las personas gay.

Desde entonces han sido innumerables las marchas del orgullo arcoíris. Con sus pasos han escrito episodios en la historia de la justicia social, del reconocimiento y reivindicación de los derechos humanos de las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, travestis, transexuales e intersexuales.

Es la epopeya por la tolerancia, la igualdad y el respeto. Hasta que la dignidad se haga costumbre.



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