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La Cámara de Diputados, a la vanguardia contra incendios: Maestro Isaac Valencia Fornaguera


 Luz María Mondragón


Actualmente la Cámara de Diputados sí está preparada para enfrentar un incendio colosal, como el ocurrido el 5 de mayo de 1989. Hoy sí cuenta con recursos humanos y materiales de nivel internacional, informó el director de Protección Civil, maestro Isaac Valencia Fornaguera.
Aclaró que los incendios menores y mayores no se pueden evitar porque dependen de una serie de factores, pero en lo que es “humanamente posible”, en el presente esta institución del Poder Legislativo está preparada para enfrentar ese tipo de emergencias.

¿Por qué ocurrió el colosal incendio del 5 de mayo de 1989?

Porque la Cámara de Diputados se encontraba expuesta. No existía la cultura de la prevención. No tenía recursos, ni humanos ni materiales, para enfrentar el siniestro. Dependía totalmente de lo externo: bomberos de la Ciudad de México, etcétera, servicios de apoyo que también estaban en estado primitivo.

En aquella época los recursos de la ciudad también eran limitados. No existía la cultura de la prevención y protección civil. Débilmente apenas daba sus primeros pasitos, tras dos grandes tragedias: la explosión en San Juan Ixhuatepec en noviembre de 1984 y el terremoto de 1985 en la capital. A partir de estos terribles sucesos se comenzó a pensar en la necesidad de generar una estructura de respuesta ante emergencias. Fue el origen de la protección civil. 

Mientras tanto, la Cámara de Diputados era frágil, debido a su extensión, la naturaleza de sus actividades, la inmensa cantidad de cosas que almacenaba: arte, acervo cultural, riqueza legislativa, símbolos. Todo estaba en riesgo, expuesto al peligro. En 1989 jamás dimensionaron la importancia de la protección.

Tras el incendio de 1989, luego de la reconstrucción, en la Cámara floreció la cultura de prevención para evitar la repetición de un suceso similar a futuro. El primer paso fue la instauración de “cuartos de máquinas” (sistema exprés contra incendios). El primero se ubicó en la parte sustantiva de la Cámara de Diputados: el edificio “A” que alberga el mítico Salón de Sesiones.

El segundo paso: tener personal operativo para labores de protección civil altamente capacitado. 

Pero todavía eran controles primitivos. Pasaron un par de décadas para pulir las estrategias de protección civil. Se empiezan a generar sistemas de identificación y control de riesgos. Y nació la Dirección de Protección Civil.

La revisión de los inmuebles es importante. Periódicamente, expertos checan las instalaciones de la Cámara de Diputados, dictaminando si son operables.

Sistemas redundantes

Para control de incendios, actualmente la Cámara cuenta con “sistemas redundantes”. Es decir, métodos que responden uno tras de otro para atender el mismo evento. Y son parte los “cuartos de máquinas”, que actualmente son siete.

¿La Cámara está a la vanguardia, contra incendios?

Sí, a la vanguardia. En cuanto a sistemas, tenemos lo más nuevo en equipamiento. Equipo propio de bomberos, profesionales, certificados internacionalmente. Su equipo de protección personal (botas, chaquetones, pantaloneras) es de primer nivel. Son paramédicos expertos en rescates en altura, en espacios confinados, etc. La Dirección de Protección Civil tiene 35 personas, mandos administrativos y personal operativo.

En todo el Palacio de San Lázaro existen cámaras (más de 1,600). Una red de sensores de humo (tecnología de punta) tan sensibles que pueden detectar una partícula de polvo. Todo está programado para que los bomberos controlen en seis u ocho minutos un incendio. Suena fácil, pero es complejo.


Comando de incidentes

El programa de protección civil contra incendios opera bajo un sistema que se conoce como “comando de incidentes”. Su objetivo principal es administrar la zona del incidente en caso de incendio. Determinar el punto de impacto. Y seccionar la periferia, a fin de hacer más eficientes los recursos y salvaguardar a las personas.

Lineamientos internacionales

La Cámara de Diputados funciona con lineamientos internacionales en relación a la protección. Por mencionar, hasta en materia de operación de cocinas. En todas las áreas se busca disminuir riesgos. Hay gente especializada en inspección de cocinas porque son un punto evidentemente de riesgo. Normas y leyes regulan estas actividades dentro de la Cámara.

El personal se prepara y certifica continuamente. Toma cursos de capacitación. Se aplican técnicas novedosas, materiales nuevos, tecnología de punta.  Un ejemplo son los extintores con espuma contra cualquier tipo de fuego. 

Mar de gente

En la Cámara de Diputados es vital la cultura de protección civil. Porque además de su acervo histórico, cada día laboran casi siete mil personas. Los días de sesión, asisten las y los 500 diputados. Más los visitantes. El récord de asistencia a las instalaciones ha alcanzado las 14 mil 500 personas. Es decir, a veces hay más gente que en un municipio pequeño de México.

Los “cuartos de máquinas” del Palacio de San Lázaro parecen hospitales por su orden y pulcritud. Tienen bombas eléctricas y motores de emergencia. 

Contra incendios, la Cámara de Diputados cuenta con una cisterna con tres millones de litros de agua (equivalente a una alberca olímpica). También, más de siete mil (7,340) aspersores. Sólo en el edificio “A” (la parte sustantiva, porque aquí se ubica el Salón de Sesiones) hay mil 280.


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