Aída Espinosa Torres
Más allá de ser requisito académico, el servicio social es una expresión tangible de responsabilidad ciudadana, consagrada en la Constitución. Jóvenes universitarios, a punto de concluir sus estudios, tienen la oportunidad excepcional de aportar sus conocimientos al país a través de instituciones públicas.
En la Cámara de Diputados, esta labor se coordina con rigor y vocación. La maestra Olga Márquez Rochel, directora de Administración y Desarrollo de Personal, lidera el área responsable de organizar y supervisar la incorporación de estudiantes al programa de servicio social. Junto a ella, la maestra María Fernanda Guerrero, la subdirectora, fortalece esta labor colaborando estrechamente con su equipo.
“Se trata de abrir espacios de formación práctica y al mismo tiempo cumplir con nuestra responsabilidad institucional de recibir a quienes darán continuidad al servicio público del país”, subrayan.
Con visión y compromiso, el servicio social se convierte en una puerta abierta para formar a los profesionales del mañana, al tiempo que se robustece la labor pública desde sus cimientos.
“Lo más valioso es que estos hombres y mujeres, formándose en distintas carreras en la República Mexicana, tienen la oportunidad de colaborar con nosotros. Recibimos a jóvenes talentosos y entusiastas que llegan a conocer, aprender y participar en el trabajo que se realiza en la Cámara de Diputados. Asumen tareas importantes, se disciplinan, fortalecen sus capacidades e iniciativas y se preparan para contribuir activamente al quehacer nacional”, señala en entrevista para la revista Cámara, periodismo legislativo, la maestra Olga Márquez.
¿De qué manera se enriquece la Cámara de Diputados al integrar a jóvenes en sus actividades legislativas?
M.F.G: Nos apoyan en las áreas administrativas, en áreas de contabilidad, de recursos humanos, de derecho, en materia jurídica. Entonces, realmente todas las carreras técnicas y profesionales son bienvenidas para que los jóvenes hagan aquí su servicio social.
Por ejemplo, para preparar una iniciativa de ley en materia de Salud, los diputados pueden apoyarse en estudiantes de medicina o enfermería; si se trata de una ley sobre Educación, se pueden beneficiar del conocimiento de estudiantes de pedagogía o normalistas.
¿Cuáles son las áreas o las carreras que más solicitan?
O.M: En la Cámara de Diputados, el interés de los 446 jóvenes actualmente inscritos se enfoca principalmente en el área del Derecho: 147 son estudiantes de esta carrera. También participan estudiantes de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, disciplinas clave para respaldar el trabajo legislativo en comisiones y grupos parlamentarios.
Gracias a su formación previa, pueden involucrarse activamente, comprender mejor sus estudios y enriquecer su preparación profesional. Esta experiencia les brinda una base más sólida para avanzar en su carrera y especializarse en diversos temas con mayor profundidad.
¿Hay alguna fecha límite de recepción?
M.F.G.: En la Cámara no existe un límite de vacantes. Los espacios para realizar servicio social se van abriendo de manera continua, ya que algunos prestadores concluyen sus periodos mientras otros inician. Si bien suele haber mayor demanda al comienzo del proceso legislativo, esta institución se mantiene como una de las más solicitadas para realizar servicio social.
Siempre hay trabajo disponible, especialmente cuando se abren comisiones o se desarrollan proyectos de investigación, iniciativas, dictámenes y puntos de acuerdo, actividades que requieren apoyo constante.
Aunque la demanda es alta en áreas como Derecho, también se solicita apoyo en carreras técnicas. Por ejemplo, en la Comisión de Movilidad es común requerir perfiles como arquitectos e ingenieros. Asimismo, con el auge de la digitalización, se necesitan técnicos en informática. En realidad, todas las carreras son bienvenidas y necesarias.
O.M: Uno de los puntos fundamentales es la inclusión. Nosotros recibimos a todos los prestadores de servicio social provenientes de instituciones educativas públicas o privadas, siempre y cuando sean instituciones registradas ante las autoridades educativas. Este proceso de aceptación está sujeto a una entrevista previa, cuyo único propósito es verificar que el o la estudiante cumpla con los requisitos académicos solicitados por su escuela de origen.
¿Cuáles son los requisitos?
M.F.G: La propia Ley maneja los requisitos: cumplir con 70 % de los créditos de la carrera que estudien, que la institución tenga reconocimiento de validez oficial, ya sea por las autoridades educativas o la universidad en la que estén incorporadas. Les pedimos únicamente que nos traigan una carta de presentación y algunos otros documentos como la copia de su acta de nacimiento, fotografías.
¿Hay algún tipo de evaluación, antes o después de prestar su servicio?
O.M: Al ser presentados por las instituciones educativas, ya se tiene la acreditación correspondiente al requisito académico. Nosotros hacemos la entrevista e identificamos a dónde los podemos enviar: a una comisión, a un grupo parlamentario o apoyar en áreas administrativas.
Los prestadores del servicio social presentan informes mensuales, que son revisados por nosotros y los titulares de las áreas donde desarrollan sus actividades.
M.F.G: Es fundamental evaluar el progreso reflejado en esos informes y analizar el impacto que tiene este programa la Cámara y las actividades que se realizan en cada área, sobre el desarrollo profesional, social e interpersonal de los jóvenes. Al revisar sus avances podemos observar el conocimiento adquirido y la experiencia que van consolidando en el ejercicio de su servicio social.
O.M: Cuando notamos que en ciertos casos no hay avance, nos preocupamos, nos acercamos al área correspondiente y preguntamos qué está ocurriendo con el prestador. De alguna forma, mantenemos un seguimiento constante. Es importante entender que se trata de jóvenes que están adquiriendo experiencia, por lo que sus informes no siempre serán técnicos. No buscamos únicamente apoyo logístico; queremos que colaboren en función de sus carreras y perfiles profesionales.
¿Algún caso de éxito del que se hayan enterado?
O.M: Los chicos siempre nos sorprenden. En el área de Recursos Humanos, por ejemplo, muchos prestadores llegan con gráficas, reportes e ideas que surgen de lo que observan y del enfoque de sus carreras. Estas presentaciones se convierten en una motivación para ellos, porque se sienten tomados en cuenta, valorados por lo que aportan. Esta misma dinámica se presenta en las áreas de comisiones y grupos parlamentarios.
Hemos tenido casos de éxito muy significativos. En el área de Presupuesto, por ejemplo, el actual director comenzó su trayectoria realizando servicio social y hoy cuenta con más de 20 años de servicio en la Cámara.
M.F.G: También en Recursos Humanos hemos identificado al menos tres compañeros que iniciaron como prestadores de servicio social y actualmente son trabajadores activos. Estos casos demuestran el impacto real que tiene esta experiencia en la vida profesional de quienes participan, y cómo la Cámara puede convertirse en un espacio de crecimiento y continuidad laboral.
¿En qué medida se presentan estas oportunidades de desarrollo profesional?
O.M: El crecimiento que experimentan los prestadores de servicio social en la Cámara de Diputados es del cien por ciento. Participar en esta institución representa una experiencia enriquecedora, independientemente de si se abre o no una oportunidad laboral.
Los conocimientos, habilidades y vivencias que adquieren aquí se convierten en un bagaje valioso que llevan a donde quiera que vayan. Procuramos que las tareas que realizan estén totalmente alineadas con su perfil profesional, para que desarrollen al máximo el talento y capacidad de desempeño.
O.M: Tenemos servicio social no solamente con profesionistas, también con técnicos que estudian informática o contabilidad, que vienen y prestan su servicio. Hay casos en que primero lo hacen como técnicos y después, si prosiguen sus estudios, regresan a dar el servicio social en una carrera profesional.
M.F.G: Para los jóvenes, la Cámara de Diputados representa una oportunidad atractiva de involucrarse activamente en la vida política. Descubren que, aunque su carrera no esté directamente vinculada con la política, pueden incidir, participar y aportar sus conocimientos. Esta experiencia amplía su visión profesional y refuerza el compromiso en los asuntos públicos.
Adicionalmente, al concluir su servicio o prácticas profesionales, pueden ser acreedores a un apoyo económico de tres mil pesos, sujetos a la disponibilidad presupuestal.
¿Existe diferencia entre quienes se registraron en otra legislatura y la actual?
O.M. Nosotros confiamos en que esta legislatura tendrá mayor participación en servicio social. Actualmente, las cifras se mantienen en el promedio observado en legislaturas anteriores; sin embargo, aún tenemos seis meses por delante.
En septiembre se reanudan las labores legislativas, lo que seguramente impulsará el crecimiento en la incorporación de prestadores de servicio social. Esperamos cerrar el año con resultados renovados y participación más robusta en diciembre.
¿Alguna recomendación para los estudiantes que vienen?
O.M: Lo principal es que lleguen con vocación de servicio. Eso es fundamental. Vienen con entusiasmo e ímpetu, elementos que caracterizan a la juventud, además del aprendizaje recibido en las instituciones educativas y en sus familias.
Que esa vocación de servicio los acompañe. El ánimo y la razón dan sentido a su participación. Es lo que convierte su experiencia en la Cámara en algo significativo para ellos y nosotros.
M.F.G: La Cámara de Diputados es una institución de puertas abiertas; no necesitan recomendación para dar aquí el servicio social. El estudiante que cumpla los requisitos entra a la página de la Cámara de Diputados, en el apartado de servicio social, a donde enviará su currículum; posteriormente les devolveremos el correo para que vengan a una entrevista. Todos los jóvenes son bienvenidos, así como todas las instituciones y carreras.