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Legislo con una estrategia que va más allá de mi persona: diputada Aleida Alavez


Juventina Bahena

La reelección es una disposición que emana de la reforma electoral de 2014 planteada por el bloque del Pacto por México, con la cual la izquierda –yo estaba en el Partido de la Revolución Democrática– no estuvo de acuerdo y votamos en contra, pero como ya es norma vigente, en 2021 Morena decidió que valía la pena continuar el trabajo de algunas diputadas, diputados, presidentes municipales, alcaldes, para acompañar el proyecto del presidente Andrés Manuel López Obrador, expone la diputada Aleida Alavez Ruiz, reelecta en esta primera edición de este modelo de representación, que estuvo prohibido desde hace 90 años. Al hacer una evaluación de los cambios que propició el ejercicio de relección tanto en el Congreso como a título personal, se refiere en principio al criterio de selección que utilizó el partido, que no fue en automático y en el que solo bastara la decisión personal de querer reelegirse. —Se realizaron encuestas y los postulantes ganadores compitieron nuevamente por su distrito. Fue mi caso. Pasé por un proceso interno de evaluación por encuesta para poder participar y si otra persona ganaba el posicionamiento, la aceptación en el distrito, no había posibilidad de reelección.

Aleida, de profesión comunicóloga, posee una vasta experiencia legislativa, pues ha sido diputada local o federal de 2006 a 2021 en 5 ocasiones y la sexta (2021-2024) por reelección.

¿Cambió de opinión respecto de este modelo de representación? 

—No. No he cambiado de opinión. Fue una postura práctica y coyuntural, y si deliberamos sobre esta posibilidad es porque además estamos acompañando el proyecto del presidente López Obrador, que es sexenal. En muchos casos se valoró eso para evitar otro tipo de movimientos o alteraciones, y que las cosas siguieran su curso con los mismos actores, pero, insisto, no fue en automático. Pero sigo siendo de la misma opinión de que los cargos no son para reelegirse, porque hay otras formas de reconocer y reivindicar carreras, tanto legislativas como de gobierno, que se puedan acreditar mediante otros métodos.

¿Cómo cuáles?

—Aquellos donde contemos con disposiciones bajo un modelo distinto de consulta con la gente, pero con una reforma electoral más integral. No la pudimos lograr, aunque teníamos la intención de cambiar el sistema electoral. Debe haber un relevo generacional, una forma de reivindicar que diferentes sectores participen y que no permanezca solo una clase política en la toma de decisiones. Esto puede sonar contradictorio, considerando que llevo muchos años legislando, pero no ha sido una cuestión opcional sino siguiendo una estrategia más allá de mi persona.

Si la reelección de diputadas y diputados de Morena tuvo el propósito de acompañar al presidente en su proyecto de nación, es una postura que ha sido muy criticada, incluso han recibido insultos por ello. Tal parece que la independencia del Poder Legislativo significa estar en contra del Poder Ejecutivo ¿Es así?

—La división de poderes que marca nuestro diseño de Estado mexicano y la autonomía de cada uno de ellos implica que de verdad ejerzamos ese papel de contrapeso uno del otro para que las cosas funcionen bien. Hay una tarea pendiente para discutir el papel que juega cada uno de los tres poderes, dimensionar ese papel y hacerlo valer. Cada uno de los poderes se compone de manera distinta y si en el caso del Poder Legislativo tenemos una mayoría afín a quien encabeza el Poder Ejecutivo no tiene que verse como algo inadecuado el que coincidamos en las posturas. Obviamente siempre tendrá que guardarse la autonomía, la independencia y que seamos un poder que controle al otro; también debemos tener un diálogo con los otros dos poderes.

“Acaba de partir Porfirio Muñoz Ledo; él lo tenía muy claro en su propuesta de Nueva República, donde estos contrapesos entre los poderes funcionaran. El Poder Legislativo aún no termina de rediseñarse para funcionar bien como contrapeso, y que realmente acompañe lo que más recoja de la población y, al mismo tiempo, ser críticos, pero también saber acompañar a los otros dos poderes, cuando haya temas que así lo ameriten.”

No obstante, señala que el diseño institucional de cada uno de los poderes es el adecuado, pero el régimen anterior los pervirtió.

—El Poder Judicial actúa bajo un esquema visible de corrupción y hay muchas cosas que erradicar aún de este poder, por eso tuvimos un conversatorio para determinar si ese poder amerita o no un rediseño en su integración, desde la forma misma de quien los elige para evitar su politización, bueno la política permea toda la vida pública del país; más bien su partidización, porque los ministros fueron avalados por los grupos parlamentarios bajo el principio de evitar la afinidad partidaria del máximo órgano del Poder Judicial, que es la Suprema Corte de Justicia de la Nación; y de ahí ir permeando a una serie de recomposiciones hacia debajo de todo lo que integra ese poder.

“Durante los conversatorios que realizó Morena sobre el método de elección de quienes integran el pleno de la Corte, el ministro Javier Laynez Potisek señaló ‘no nos vean a 11, somos 25 mil’. Pues de todos ellos hablamos, no solo de los 11 que encabezan el Poder Judicial, sino de todos quienes integran el Poder Judicial, cómo se integra, cómo trabaja, cuánto cobran, su funcionamiento, para encontrar un modelo sano para el país, por lo que nos cuesta.

Respecto de los cambios que propone Morena, la diputa Aleida Alavez, integrante de las comisiones de Puntos Constitucionales, Justicia y Hacienda y Crédito Público, señala que “el régimen anterior le llamó de una forma muy rimbombante ‘Reforma del Estado’, nosotros le llamamos ‘cambio de régimen’ y bajo este esquema se revisan cada una de las instituciones, cómo están articuladas, quién las designa o quién las elige, para qué función, si representan al pueblo como en el caso de la Cámara de Diputados.

“Habría que ensayar esquemas que a todos nos garanticen un buen funcionamiento del Estado, sin inventarnos más instituciones autónomas. En el anterior régimen, cada vez que veían una crisis en algún tema habilitaban una institución más, creyendo que con eso salvaban la situación mediante la institución creada, llámese Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Persoales (INAI), Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), o cualquier otro de los organismos autónomos que, finalmente, y lo digo con mucha responsabilidad y conciencia de lo que estamos planteando, crear una institución no resuelve el problema. Tenemos que ir más allá y es una discusión a fondo del régimen que tenemos como Estado mexicano”.

Recapitulando, ¿es adecuada la reelección para la Cámara de Diputados, para el país?

—Finalmente, la gente sigue manifestando su preferencia en un voto universal directo y secreto. La diferencia es que algunos repitieron y estaba en el escrutinio de la gente decir no. En Morena usamos el esquema porque está establecido en la Constitución y el partido diseñó un procedimiento, pero tenemos que seguir evaluando cómo hacemos un planteamiento de un sistema electoral distinto. Nosotros ya propusimos una reforma constitucional en la que no hay reelección, porque además hay la preocupación que se dé un anquilosamiento de la clase política y no haya apertura a que ciudadanas y ciudadanos de todas las extracciones participen, de tal forma que se renueve esa clase política. Yo soy más de esa idea, de que haya más participación de quienes deseen asumir esa posibilidad, más allá de la relección misma. 

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