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Los maestros son impulsores del progreso nacional: diputada Sonia Rincón


Aída Espinosa Torres

Sonia Rincón Chanona, normalista de profesión e integrante del partido Morena, ha recorrido un camino inspirador desde las aulas de primaria hasta el Poder Legislativo. Su vocación como docente la llevó a las comunidades más remotas de Chiapas, donde comenzó su trayectoria. Primero en Copainalá, de ahí, su pasión por la educación la condujo a Arriaga, Acala y Reforma, ascendiendo a directora en el proceso.

Regresó a Reforma, donde dejó huella durante una década. Sobre su experiencia, la diputada comparte: “Me desempeñé como profesora y recorrí varios municipios del estado, siempre con el compromiso de transformar vidas a través de la educación”.

La legisladora recuerda con orgullo su trayectoria en la carrera magisterial, marcada por su espíritu inquieto y compromiso con la justicia. “En Tuxtla Gutiérrez concursé para supervisora escolar”, relata y recuerda cómo su naturaleza demandante la llevó a involucrarse en el ámbito sindical. Su liderazgo le permitió ocupar la secretaría general de sus delegaciones, siempre con la firme intención de luchar por los derechos de todos los maestros.

En 1990 ocupó la secretaría de organización de la sección 40 para el Estado de Chiapas. “El gobernador de ese entonces era Patrocinio González Garrido, quien nos quiso modificar la Ley del Servicio Civil del Estado de Chiapas y en la que él hacía una propuesta de quitarnos”.

Recuerdo que en el gobierno de Juan Sabines Gutiérrez se nos otorgaron 20 días de aguinaldo, acumulando un total de 60 días. Sin embargo, este nuevo gobierno intentó reducirlos modificando la Ley Civil del Estado de Chiapas. No lo permitimos. En aquel entonces ese gobierno era inflexible, no escuchaba a nadie ni aceptaba negociaciones, creyéndose dueño de la verdad absoluta. Con el respaldo de los padres de familia, logramos evitar que nos afectara. Fue una de las tantas luchas que libramos en la Sección 40.

¿Podría considerarlo como su primer logro sindical?

Sí, porque eran logros colectivos, nunca he luchado por un logro personal, siempre mis luchas han sido por el bien común. Tan es así que cuando terminó mi tarea en la Sección 40 de Chiapas, traté de atender todas las expresiones, y el día de mi relevo llegamos al Congreso con el acuerdo de llevar solamente un candidato.

Además, hasta ahora he sido la única mujer secretaria general de la sección 40 del SNTE, en el estado de Chiapas. Recuerdo que tomé posesión el 13 de diciembre, pero el 31 de ese mismo mes vino el estallido social de los zapatistas, algo muy fuerte.

¿Cómo impactó a la educación el movimiento zapatista?

Las escuelas padecieron enormemente las consecuencias, al igual que los alumnos y los padres de familia. Fue una situación social que impactó profundamente al estado de Chiapas. El movimiento zapatista dejó su huella en el ámbito educativo. 

Hubo zonas de alta conflictividad donde los zapatistas tuvieron presencia, especialmente en Ocosingo, partes de la selva, Comitán, La Trinitaria, Altamirano, San Cristóbal y la región de Tila. También se registraron actividades de estos grupos en Simojovel.

Lograron organizarse eficientemente, aunque rechazaban cualquier apoyo proveniente del gobierno estatal o federal. No confiaban en que los recursos pudieran llegar a través del gobierno, pues su intención era librar la batalla por sus propios medios. Más adelante, Eduardo Robledo Rincón asumió la gubernatura del estado, pero no le permitieron gobernar, lo que llevó a Ernesto Zedillo a designar un nuevo gobernador (Julio César Ruiz Ferro 1995-1998, gobernador Interino). El 8 de diciembre de 1995 fui nombrada secretaria de Educación, enfrentándome entonces a un desafío muy complejo.

¿Se complicó más por ser mujer?

En las zonas zapatistas no permitían el acceso a nadie, ni siquiera a la prensa. Sin embargo, el gobernador me dijo: “Vamos a entrar a Margaritas y a Guadalupe Tepeyac para visitar las escuelas, pero tú no vas porque eres mujer”. 

Ante esto, le respondí: “Con todo respeto, mañana a las seis de la mañana estaré en el aeropuerto militar para volar con usted”. Y así fue. Al día siguiente me presenté con pantalón de mezclilla, camisa vaquera y mi bolso de cuero. Nos dirigimos primero a Margaritas y luego a Guadalupe Tepeyac.

De allí nos fuimos a San Quintín (Ocosingo), a Taniperla (San Cristóbal) y lo que encontrábamos fue de no creer:  todo lo que se había gastado en telecomunicación para que les llegara la señal a las escuelas de Telesecundaria, los mismos padres de familia los habían quitado con segueta y sierra, los pusieron para abrir y cerrar las trancas de sus casitas. No aceptaban los libros.

Entonces hice un convenio con las refresqueras, bajo el entendido que los refrescos y las frituras llegaron a todos lados a todos los rincones. Firmé un convenio con ellos y en cada camioncito llevaban los paquetes de libros de la SEP. De esa manera logramos que llegaran a las escuelas.

¿Cómo le ayudó toda esa experiencia en su labor legislativa?

Gracias a los trabajos que hicimos con los maestros, con los padres, con los alumnos, me invitaron a participar en la diputación federal. Entonces, lo primero que hicimos en la Cámara fue la educación y las necesidades que siempre vimos en los lugares donde nos tocó trabajar, pues algunas de esas demandas las hemos convertido en ley.

Llegamos en septiembre del 2002 y para octubre ya estábamos aprobando la Ley de Desarrollo Social.Fue avalada en Cámara de Diputados y posteriormente la aprobaron en la Cámara de Senadores. Siempre que he presentado iniciativas han sido en apoyo a la niñez, al magisterio. 

También dimos la batalla cuando se envió la Ley de Educación de Peña Nieto. Fue terrible para los maestros porque el que no sabía responder frente a una computadora se quedaba atrás y lo querían retirar. Por eso la Educación debe estar en manos de los maestros de formación, no de ingenieros o a los que han puesto y dicen “ler en vez de leer”.

Quienes deben dirigir la Secretaría de Educación Pública requieren haber sido formados en las normales para que hablemos el mismo lenguaje y nos entendamos. Finalmente, a esa ley la desechan o prácticamente ponen una ley secundaria, que es la Ley del USICAMM: la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros.

Esa ley tampoco atiende las necesidades de los maestros, no permite hacer los movimientos que por derecho tienen los maestros: después de seis meses un día, retoma todos sus años de servicio, puede ser concursado y tener su cambio, según la totalidad de los años de servicio, y ahora resulta que no, y si tienes cambio te dejan dos años en un mismo lugar.

Es decir, deben pasar dos años para que pueda retomar y volver a concursar y cambiar de plantel, siendo que lo puedes hacer después de los seis meses un día. Eso no se puede y no se debe. Un maestro que tiene un cambio después de seis meses puede obtener otro cambio.
Lo que hoy estamos planteando es que, si tengo un año en un lugar, para no dejar sin terminar el programa escolar, al término del grado puedo volver a competir para mi cambio, con base a mis derechos. También está el asunto de las horas y el perfil profesiográfico de los maestros. Todo eso lo estamos revisando.

¿Respecto del alumnado, cuáles serían los cambios necesarios para mejorar este sistema educativo?

La educación en nuestro país depende de múltiples factores que deben conjugarse para lograr mejoras significativas. Uno de los aspectos fundamentales es la remuneración del magisterio. Aún hay maestras de primaria de nuevo ingreso que perciben apenas ocho o diez mil pesos, y a los docentes nunca se les provee material básico, ni siquiera un gis. Sin embargo, se nos exige resultados.

Si la Secretaría de Educación Pública no nos capacita, somos nosotros quienes debemos buscar formación continua, a través de licenciaturas, maestrías, doctorados y diplomados. Además, el compromiso educativo no recae solo en los docentes, sino también en las familias. No debemos descuidar a nuestras hijas e hijos. Sabemos que hoy en día ambos padres trabajan, pero es fundamental dedicar tiempo para escucharlos y acompañarlos en su desarrollo.

Ya no hay valores; antes los maestros éramos responsables de impartir la educación, corregir a los niños, llamarles la atención, decirles qué estaba bien y qué estaba mal. Hoy no los podemos ni tocar. Mis compañeros maestros no los pueden ni voltear a ver porque podrían ser señalados de acoso, etcétera.

Entonces, necesitamos más acercamiento de los padres de familia con sus hijas e hijos para tener y recobrar los valores. Otro tema que también es muy común radica en la desvinculación familiar cuando los padres están divorciados. Los niños saben que uno de ellos les dice una cosa, pero cuando van a la casa del otro les dicen otra cosa. Se debe empezar por ahí.

¿Cuáles serían los maestros y docentes que marcaron su carrera?

Recuerdo con gratitud al maestro Alfonso Sánchez Ramos, porque en aquellos tiempos las niñas o jóvenes sólo aspiraban para ser amas de casa o secretarias taquimecanógrafas, y en eso andaba, cuando el maestro Alfonso Sánchez le sugirió a mi madre que debía continuar mis estudios de secundaria y gracias que logré continuar.

De igual forma guardaré gratitud a mis maestros formadores: el licenciado Daniel Robles Sasso, por fomentar en mí la poesía, al maestro Romeo Cuauhtémoc Zebadúa, por hacer de mi campeona Nacional en Declamación en el año de 1979. A mi maestro Javier Espinosa Mandujano, gracias por sus sabios consejos.

Al magisterio de la Sección 40 del SNTE. En Chiapas, Por darme la confianza de ser su secretaría general del 30 de marzo de 1990 al 11 de diciembre de 1993.

Mi reconocimiento y gratitud al senador y maestro, Alfonso Cepeda Salas, por permitirme luchar junto a él, en el fortalecimiento político de nuestro sindicato, rescatando espacios políticos para nuestro gremio que se habían perdido.

Para usted ¿qué significa el Día del Maestro?

Bueno, el día del maestro, decretado el 15 de mayo, es un día de reflexión para muchos de nosotros. Reflexionamos el qué somos, cómo somos y qué nos falta por hacer para que esas niñas, niños y jóvenes que tenemos la suerte de tenerlos en nuestras manos, en nuestras aulas, pues para mí es incalculable.

La palabra “maestro” es, para mí, enorme. Felicidades a todos los compañeros maestros en este 15 de mayo. Esperamos que la negociación salarial sea altamente benéfica para todo el magisterio nacional. Un fuerte abrazo para todas y todos.


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