Por Juan Carlos Carrilo Cal y Mayor
No es ninguna sorpresa que el más ansiado proyecto del director mexicano Guillermo del Toro, el cineasta amigo de los monstruos, sea Frankenstein, el mito por excelencia del monstruo bueno, el científico que desafía la muerte creando un ser que luego es temido por la sociedad y debe vivir condenado a ser un monstruo. A partir de la famosa novela de Mary Shelley, uno de los textos más adaptados al cine y con gran eco en la cultura popular contemporánea, Del Toro suma la suya a las adaptaciones ya existentes, con su toque personal. El resultado es todo lo que uno podría esperar de una versión del Del Toro de esta historia. Nada menos, pero tampoco nada más.

Esta versión empieza muy apegada a la novela original, con el científico Víctor Frankenstein y su Criatura persiguiéndose en el ártico, donde los encuentra una expedición que encalló buscando llegar al Polo Norte y conoce así su historia relatada a modo de flashback. Manteniendo los elementos principales, Del Toro hace algunos cambios como que Elizabeth, el interés romántico de Víctor Frankenstein, en esta versión es la prometida de su hermano y no de él, lo que subraya el carácter vil del personaje como lo presenta la película. Por lo mismo, el hermano pequeño de Víctor es mayor en esta versión y no sólo un niño en el momento de los hechos como en la novela.
En efecto, el Dr. Frankenstein que interpreta el guatemalteco Oscar Isaac pasa de ser el científico idealista y un tanto arrogante a ser alguien despreciable como claro contraste con su «hijo», la Criatura a la que no da nombre y que es desde luego el personaje más entrañable de la cinta: interpretado sorprendentemente por el galán Jacob Elordi —sometido a horas de maquillaje—, es a la vez temible y conmovedor, quizá la mejor aportación de esta versión al mito. El casting se completa con Mia Goth, de rara belleza asociada en su filmografía al cine de terror y en esta versión se añade un personaje que interpreta Christoph Waltz, un mecenas tío de Elizabeth que ayuda a Víctor en su empresa de crear un ser vivo.
Visualmente Del Toro se inspira en la novela gráfica de Bernie Wrightson, sobre todo en el diseño del «monstruo», enorme y poderoso, con fuerza sobrehumana y poderes regenerativos al estilo Wolverine. Inevitablemente toma elementos de la icónica película Frankenstein de 1931, dirigida por James Whale, que ya se han vuelto parte del mito, como la torre donde se da vida a la criatura o que esto suceda a partir la electricidad de los rayos. Tanto como el maquillaje, el diseño de vestuario y ambientación son impecables, así como la banda sonora del infalible Alexandre Desplat, todo lo que contribuye a hacer una obra de gran nivel. Y si bien todo esto cumple con el anhelo de niñez de Del Toro de hacer su película de Frankenstein, ciertamente no añade más a una historia archiconocida y con temas universales también muy explorados: el hombre que juega a ser Dios, la paternidad como fracaso, el monstruo amenazante que en realidad es víctima bondadosa. Parte de esa sensación de falta de ímpetu viene de la estructura del guion, que empieza con mucha fuerza —la presentación de ambos personajes, creador y criatura, en frenética persecución ante los ojos de la tripulación en el ártico— y luego se alarga extensiblemente para concluir en un desenlace poco contundente aunque pueda ser conmovedor.

Como en su genial Pinocho —merecedora ganadora del Óscar a mejor película animada—, aquí el director incluye algunos elementos cristológicos interesantes, evidentes en la postura de la Criatura al cobrar vida, o en que éste sangre de una herida en el costado, así como la explicación de la salvación que obtiene al leer el Paraíso Perdido de Milton (como en la novela de Shelley). Por cierto que Pinocho en los ojos de Del Toro es otra versión de esta misma historia del monstruo bueno, como de alguna forma lo es toda la filmografía de este cineasta mexicano.

(2025) EE.UU. DIRECCIÓN Guillermo del Toro GUION Guillermo del Toro a partir de la novela de Mary Shelley
FOTOGRAFÍA Dan Laustsen
MÚSICA Alexandre Desplat
REPARTO Oscar Isaac, Jacob Elordi, Mia Goth, Christoph Waltz, Felix Kammerer, Charles Dance, Lars Mikkelsen, David Bradley, Christian Convery