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Hermano venado, hermana águila: la sagrada cosmovisión wixárika conquista al mundo


Ángel Luna Medina

En julio, la UNESCO declaró la ruta Wixárika patrimonio de la humanidad. Veinte lugares sagrados en 500 kilómetros de Nayarit, Jalisco, Zacatecas, Durango, hasta el mítico Wirikúta en Real de Catorce, en San Luis Potosí, donde renace el venerado Hikuri (peyote) que da la sabiduría y es encarnación del venado azul, legendario ancestro.

Desde hace más de 700 años, guiados por los chamanes mara´akate, anualmente los wixaritari peregrinan por la ruta, travesía espiritual del pueblo wixárika. Sus cantos, música, danzas, oraciones, se entremezclan con las deidades de la naturaleza:  venados, águilas, el maíz, islotes, bosques, desiertos, lagunas, agua, sol, tierra, viento, nubes, relámpagos, manantiales, ríos …


De dioses a hombres: visiones, mensajes y sabiduría

Desde la antigüedad se cantan, se cuentan, se narran las hazañas, las leyendas, las gestas, la mitología, lo sagrado, la cosmovisión de los pueblos.

La literatura aporta una estirpe de escritores, prodigiosos contadores de historias. Mario Vargas Llosa escribió una novela: El hablador, inspirada en los machiguengas, tribu del Amazonas, en la que reivindica la función social de una literatura que cuenta historias.  El hablador tiene la función de moverse entre diversas comunidades y ser la memoria activa de la tribu. Relata los saberes ancestrales, invisibles para los demás.

Francisco Bautista: el contador de historias wixaritari, con chaquiras checas

Francisco Bautista Carrillo tiene 62 años. Nació en la comunidad wixaritari de San Andrés-Cohamiata, municipio de Mezquitic Jalisco. Desde la tierna infancia acompañó a su familia a peregrinaciones anuales por la ruta Wixárika, en busca del sagrado Hikuri. Aprendió a decorar las ofrendas (jícaras, flechas, ojos de Dios, escudos, etc.) que entregan a los ancestros, como Hikuri; o al águila, puente entre hombres y dioses, que regala sus benditas plumas.

La niñez de Francisco sigue jugando en la playa, en el desierto, en el bosque, en las lagunas, en las cuevas, en los cerros de la Ruta Wixárika. Escondidos tras las rocas, tras los árboles, en el viento, en el agua, duermen sus sueños infantiles. Vivencias que hoy nutren el talento, el genio que le ha dado fama y reconocimiento.

De niño, Francisco decoraba las jícaras y otras ofrendas con semillas, conchas y piedrecillas. Años más tarde aprendió a decorar con chaquira todo tipo de figuras. Actualmente utiliza chaquira de la mayor calidad. Es insuperable la chaquira de la República Checa. También viene de Japón y China, pero la mejor es la checa.
Francisco es maestro del arte wixaritari. Su estilo rezuma originalidad y los símbolos fundamentales de la cosmovisión wixárika. Crea escultura decorada con chaquira, pegada sobre cera de abejas.  

Contar la historia sagrada con delicados hilos de estambre

El 23 de septiembre, el diputado Ricardo Monreal Ávila (Morena), presidente de la Junta de Coordinación Política, inauguró la exposición “Los grandes artistas y expositores de Jalisco”, con 19 obras escultóricas, 14 pictóricas, en diferentes técnicas, y seis jarrones, exhibida en la explanada “Los Constituyentes de 1917” del Palacio Legislativo de San Lázaro.

Francisco participó con dos esculturas (un venado y una pantera) y el cuadro “Relato del abuelo”. Cuentan la cosmovisión wixaritari.  Atraparon miradas, sentidos, el alma del público.Con delicados y coloridos estambres, en “Relato del abuelo”, Francisco presenta lo sagrado, la convivencia armónica de las divinidades de la naturaleza y la humanidad. Sobrevuela el espíritu de la lluvia, del venado, del fuego, del maíz, del águila bicéfala, de la serpiente y otros seres mágicos.

Es un cuento, una historia, un pasaje, una huella de la historia luminosa wixaritari. Esta “pintura con estambre” es pieza exquisita, con técnica precisa y paciente. Testimonio vivo de los antepasados. Aparece “Takutsi nacawe”, la bisabuela germinadora de la existencia; en el diluvio mítico, ella salvó la vida. Desfilan símbolos: grecas, venados, el águila bicéfala (tiene doble visión), los cuatro elementos (fuego, tierra, viento, agua), las psicodélicas flores del peyote...  

La odisea del “Vochol”: de lo ancestral a lo global

En 2010, Francico Bautista creó el “Vochol” (combina dos palabras: volkswagen y huichol), su obra artística más popular que se ha convertido en pieza de culto.  Se exhibe permanentemente en el Museo de Artes Populares (MAP) de la Ciudad de México.  “Tardamos siete meses en decorarlo con dos millones 270 mil chaquiras (90 kilos) de más de 50 colores, 16 kilos de pegamento especial, se le dedicaron más de nueve mil horas de trabajo”.  

En 2011 el “Vochol” inició una travesía por el mundo. Primero viajó a ciudades de Estados Unidos, luego a diversos países de la Unión Europea: Alemania, España, Holanda y Bélgica. Francisco jamás imaginó el éxito que alcanzaría el “Vochol”.

Toda su obra cuenta al mundo que México es color, creatividad, alegría, imaginación, magia. Pero, sobre todo, expresa su cosmovisión sagrada.

La luz wixárika

Por donde quiera que va, Francisco Bautista lleva el color, el aroma, la luz de la cultura ancestral wixárika. En la piel lleva el sabor wixaritari. Cuenta historias al mundo, a través de esculturas y pinturas de  estambre.

A los turistas nacionales y extranjeros que anhelan huir del vértigo de la modernidad, de la dictadura de los relojes, del caos, los espera la sedante belleza sagrada de la ruta Wixárika. El hipnótico misterio del hermano venado, el renacido Hikuri. La fuerza y poder de Wierika, la hermana águila.



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