Cada 8 de diciembre celebramos una fecha creada especialmente para reconocer la relevancia cultural, histórica y económica de una de las plantas más emblemáticas del país: la Cuetlaxóchitl, conocida globalmente como Nochebuena, que en la época navideña engalana con su color a hogares, plazas y espacios públicos. Es originaria de México y forma parte del patrimonio natural de la nación.
La Nochebuena tiene un profundo origen mesoamericano. En lengua náhuatl Cuetlaxóchitl significa “flor que se marchita”. En el reino Azteca era utilizada en rituales, ceremonias y ofrendas por su simbolismo asociado con la renovación, la pureza y la vida. Además de su carga espiritual, crónicas registran su empleo medicinal para aliviar fiebres y afecciones cutáneas.
Peso económico y producción nacional
La Nochebuena es una de las flores ornamentales más comercializadas durante la temporada invernal en México. Su impacto económico es considerable:
En 2021, la producción nacional alcanzó 17.3 millones de plantas cultivadas en 257 hectáreas.
Para la temporada 2022-2023, la cifra creció a 21.55 millones de plantas, con un valor de producción estimado en 902.7 millones de pesos.
Morelos, Michoacán, Puebla, Estado de México y Ciudad de México encabezan la producción del país porque concentran la mayor parte de la oferta destinada al mercado nacional.
De tradición indígena a ícono navideño
Durante la época colonial, la flor de Nochebuena fue incorporada a las celebraciones católicas, especialmente a las relacionadas con el nacimiento de Jesús. Su color rojo intenso la convirtió en parte fundamental de las decoraciones navideñas. En el siglo XIX, la planta llegó a Estados Unidos gracias al diplomático Joel Roberts Poinsett, lo que impulsó su fama internacional bajo el nombre de poinsettia, aunque su origen mexicano permanece indiscutible.
El Día Nacional de la Nochebuena, celebrado cada 8 de diciembre, se instituyó para reconocer la importancia cultural, histórica y económica de la planta, así como para promover su preservación y apoyar la labor de los productores nacionales. La efeméride destaca la relevancia del cultivo de esta especie, que sostiene a miles de familias y enriquece las tradiciones decembrinas del país.
Diversidad y expansión
Aunque el rojo es el color tradicional, existen variedades rosas, blancas, amarillas, marmoleadas y multicolores. Esta expansión genética y ornamental ha permitido que la flor mantenga su popularidad y se adapte a nuevos mercados y estilos decorativos.
La Cuetlaxóchitl no solo es un elemento decorativo: es un símbolo de identidad cultural. Su historia conecta el pasado prehispánico con las tradiciones contemporáneas, y su presencia anual en millones de hogares refuerza el vínculo entre la naturaleza, la cultura y la memoria colectiva mexicana.
Con la conmemoración del Día Nacional de la Nochebuena, México reafirma el valor de esta flor como un símbolo vivo de tradición, historia y sustento económico para miles de familias.