Espacio Cultural / Mirada Cultural


news

Tres estrenos de miedo


Juan Carlos Carrillo Cal y Mayor

Conforme transcurre el mes de octubre, el panorama cultural colectivo invita a buscar en las pantallas fantasmas y monstruos, calacas y muertos. El amplio género del terror/horror, evolucionado desde sus ya centenarios orígenes en el expresionismo alemán, tiene hoy todo tipo de derivaciones y subgéneros, y en esta Mirada cultural abordaremos tres películas que han sonado y sonarán mucho en esta temporada.

Beetlejuice Beetlejuice es una secuela que aparece nada menos que 36 años después que su primera parte. Retoma a los personajes de aquella película que se volvió de culto, sobre una excéntrica familia que llega a vivir a una casa de una pareja que murió para convertirse en fantasmas primerizos, de cómo la extraña adolescente Lydia entabla amistad con ellos, y cómo se inmiscuye el insolente fantasma Beetlejuice. En esta nueva entrega, Lydia (Winona Ryder) ha crecido y regresa a la casa ahora con su propia hija, Astrid (Jenna Ortega), una adolescente incrédula del poder de su madre para ver muertos. Lo que no sabe es que Beetlejuice (Michael Keaton) sigue prendado de ella, tanto como de él lo está su primera esposa, Dolores (Monica Bellucci), fantasmagórica mujer fatal que está de regreso para vengarse. Esta producción es una espera que valió la pena, no sólo por ser un homenaje a la original por los personajes y el modo de producción con efectos artesanales que la hacen tan parecida a aquella, sino también porque la carrera de los principales involucrados ha tenido un nuevo aire: el icónico director Tim Burton volvió a ser atractivo para el público joven por su serie Miércoles sobre la hija de los Locos Adams, con Jenna Ortega, quien participa también en esta película; la carrera de Michael Keaton revivió desde que protagonizó la oscarizada Birdman, de Alejandro González Iñárritu; y Winona Ryder regresó con el éxito de la serie Stranger Things, donde interpreta uno de los papeles principales. 

Longlegs: Coleccionista de almas se vende como una escalofriante película de terror, aunque más bien es un thriller criminal, al estilo de El silencio de los inocentes, con la que se le ha comparado. Sigue la investigación de una serie de casos donde un padre de familia enloquece y asesina a su familia brutalmente para luego suicidarse, aunque con escalofriantes patrones comunes, como una carta escrita en código y firmada por “Longlegs”. La protagonista es una agente del FBI con un don psíquico que va descubriendo su propia cercanía con los casos. Con buenos sustos y mucha violencia, le favorece mucho lo cuidado del lenguaje cinematográfico, las tomas y el sonido, si bien lo mejor es la interpretación del desquiciado Longlegs detrás del cual está irreconocible el actor Nicolas Cage. 

La sustancia es una tremenda experiencia dentro del subgénero del body horror (que impresiona y desconcierta al espectador a través de alteraciones perturbadoras del cuerpo humano). Sin embargo, resalta del género por la valiosa crítica que hace desde la metáfora que plantea (ganó el premio a Mejor guion en el Festival de Cannes) y por las actuaciones de Demi Moore y Margaret Qualley. La protagonista es una celebridad de la televisión y el fitness que vive de lucir su belleza en pantalla pero que ha llegado a la edad madura. Recibe una misteriosa propuesta de tener un alter ego de ella misma, joven y bella, a través de una sustancia que permitirá a su doble emerger de su propio cuerpo. Así empieza una nueva experiencia donde sus dos yo deben turnarse para vivir, con reglas muy claras que de romperse pueden llevar al desastre, como sucede. Valiosa fábula con aire de mito, donde resuenan Dorian Grey y la búsqueda de la eterna juventud, desde una crítica al mundo del espectáculo y a la mirada masculina que cosifica a la mujer. Eso sí, con una última media hora absolutamente horrorosa en todo el sentido de la palabra y del género cinematográfico. 



Notas relacionadas