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Veneno


Daniela Boullosa

Quien conoce a Cristina Ortiz “La Veneno”, aunque sea a través del lente del cine, no queda indiferente. Así fue desde sus orígenes, como muestra la nueva serie biográfica escrita y dirigida por Javier Ambrossi y Javier Calvo. Nacida en España en 1964, la serie es íntima y detallada, y revela los claroscuros de una de las primeras mujeres trans en llegar al ojo público en su país natal. En esta serie Cristina, como le hubiera encantado, pasa de ser un ícono nacional a una fuerza internacional.

 La historia comienza en su crianza complicada, donde se muestra la fragilidad de ser LGBTQ+ en un contexto conservador. Hija de una madre abusiva y un padre sumiso, Cristina, entonces Joselito, batalla en una sociedad que le da la espalda; ella carece de apoyo familiar, pero encuentra aliados inesperados. La narrativa mezcla realidad con fantasía, la imaginación de Joselito como un antídoto contra la crueldad.

 Después conocemos a Joselito de adulto, ya en Madrid y en búsqueda de su identidad. Ahí es donde se acerca a otras mujeres trans y al trabajo sexual mientras empieza a escribir su futuro. Su lucha por transicionar y por ganarse la vida en las calles del parque del Oeste es devastadora y envolvente. Conocemos su salto a la fama en el programa de Televisión Esta noche cruzamos el Mississippi con Pepe Navarro. Y de esta etapa, el morbo y la fascinación que rodeaban a su personaje.

 Es una historia llena de caídas de una mujer fuerte y asombrosa que, con actitud y humor, se enfrenta a todas las adversidades. La serie podría enfocarse solo en la dificultad de su vida, material no le falta. Pero jamás ignora a una Cristina que gozaba y amaba la vida. Que encontró una familia fuera de la suya y brilló en el escenario, a pesar de que la pusieron ahí para ridiculizarla. Que se hizo cargo de su narrativa.

 Por eso es tan vasto el legado de Cristina, por quienes admiramos su mezcla de carisma y valemadrismo y las mujeres que se vieron reflejadas en ella. Y, como bien dice el título del libro de Valeria Vegas que inspira la serie, no era ni puta ni santa, solo extremadamente humana. Así como lo es esta narrativa, llena de talento trans, digna de la comunidad que representa y de su personaje.

Esta obra es especialmente importante aquí donde, ser mujer, ser trans y ser trabajadora sexual es una sentencia arrasadora. México ocupa el segundo lugar en América Latina en transfeminicidios. El promedio de vida de estas mujeres es de 37 a 40 años. A veces las tragedias de este país exceden los relatos que vemos en la televisión.

Es inexplicable cuando esas cifras se materializan en personas que admiras. La serie llegó a mí por un capítulo del podcast Estética Unisex con Jimena Avalos. En un episodio conmovedor entrevista a Natalia Lane. Ella es una mujer trans, trabajadora sexual y fan de Cristina. Unos meses después de grabarlo, atacaron a Natalia Lane y estuvo cerca de perder la vida. Así es que, ¿cuál Viva México? Viva Cristina Ortiz. Viva Valeria Vegas. Viva Natalia Lane. Vivan las series que visibilizan sus historias. Y, sobre todo, que vivan ellas y su resistencia, desde la tristeza o la alegría, la furia o la ternura.


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