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Wicked: Tu tan verde y yo tan rosa


 Juan Carlos Carrillo Cal y Mayor

Uno de los universos ficticios más populares del siglo XX (y XXI) es el mundo de Oz. En 1900, el estadounidense L. Frank Baum publicó la novela El Mago de Oz y publicaría hasta 14 libros que suceden en ese mundo (y a su muerte se continuaron hasta ser 40 libros, hoy que tanto se busca potencial de franquicias en las películas). Sin embargo, la primera historia del Mago de Oz marcaría la historia del cine al adaptarse en 1939 en la película homónima, dirigida por Victor Fleming y que impactó a los espectadores al estrenar la tecnología de Technicolor cuando Dorothy llega de su tierra de Kansas (en blanco y negro) al colorido mundo de Oz. Judy Garland (Dorothy) cantando Somewhere Over the Rainbow es un hito del cine y la película colocó a sus personajes en el imaginario colectivo. Entre ellos a la Malvada Bruja del Oeste, a la que Dorothy vence y que fue interpretada por Margaret Hamilton. El personaje se volvió uno de los villanos clásicos de la cultura, caracterizada con piel verde, nariz aguileña, vestido negro y puntiagudo sombrero que volaba en una escoba. Es a partir de este personaje que Gregory McGuire escribe en 1995 la novela Wicked, que cuenta el origen y la versión de esta bruja, a quien llama Elphaba Thropp, adelantándose a las hoy frecuentes revisiones de las historias desde la perspectiva de los villanos (desde Maléfica hasta Joker). Adaptando esta novela surge en 2003 el exitoso musical Wicked, con música de Stephen Schwartz y libreto de Winnie Holzman, que aún sigue presentándose de forma ininterrumpida en Broadway. Y es este musical con miles de fans el que ahora se adapta en dos películas (ésta es sólo la primera). Vaya expectativas, ¿no?

La historia (y canciones) de Wicked realmente se centran en la amistad de juventud entre la verde y rechazada Elphaba (futura Malvada Bruja del Oeste) y la rubia y popular Galinda (futura Glinda, la Bruja Buena del Norte). Quien esto escribe lamentablemente no ha visto el musical en teatro, por lo que no puede compartir la emoción de quienes acudieron a ver la película como un modo de revivir esa experiencia. Y la película como tal deja bastante que desear. Cynthia Erivo y Ariana Grande —Elphaba y Galinda respectivamente— destacan más bien por su increíble talento como cantantes y es en lo que se lucen (incluso cantaron en vivo al filmar, lo que no luce por el manejo de las tomas en edición y los necesarios efectos digitales), si bien Grande tiene buena vis cómica y su carácter de icono pop seguro atrajo más fans al cine. La protagónica Elphaba, en cambio, no ofrece elementos de simpatía —más por el guion que por la interpretación de Erivo— salvo el hecho de ser víctima por haber nacido verde… y estar muy orgullosa de ello, lo que se entiende por corrección política pero dificulta provocar empatía (y tampoco explica el flechazo que provoca en el Príncipe Fiyero, el galán de la historia).

El guion también desaprovecha los potenciales conflictos de fondo (la perversa estrategia política del Mago de Oz, por ejemplo, que es todo un manual de comunicación política maquiavélica, o el papel de la magia en este mundo) y se queda con las pinceladas básicas para centrarse en lo que interesa: el espectáculo. En esta línea va la elección del director, Jon M. Chu (Crazy Rich Asians, In The Heights), experto en tomas espectaculares de muchos bailarines coreografiados. Los números musicales son ciertamente buenos, pero hasta ahí. Quizá a eso responde también la elección de un reparto de personas en sus treintas que interpretan a jóvenes universitarios (es en Shiz, la universidad de Oz, donde se conocen los personajes y transcurren los primeros dos actos, si bien es de las peores representaciones de una universidad que he visto). La fotografía de Alice Brooks acompaña al estilo teatral de Chu pero no evade el tono grisáceo del cine contemporáneo que tanto opaca los colores que hicieron famoso al mundo de Oz en la era del Technicolor. Pero bueno, hoy Hollywood le apuesta a productos conocidos y seguros como éste y los 527 millones de dólares que ya recaudó le dan la razón. El verde en la piel puede ser repelente, pero en los dólares no tanto.

(2024) EE.UU.

DIRECCIÓN Jon M. Chu

GUION Winnie Holzman y Dana Fox a partir del libreto de Winnie Holzman a partir de la novela de Gregory Maguire a partir de los personajes de L. Frank Baum

MÚSICA Stephen Schwartz y John Powell

FOTOGRAFÍA Alice Brooks

REPARTO Cynthia Erivo, Ariana Grande, Michelle Yeoh, Jeff Goldblum, Jonathan Bailey, Peter Dinklage, Marissa Bode, Bowen Yang, Bronwyn James



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