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México, con más residuos tóxicos sin reciclar


Mtro. José Luis Sánchez Barragán, Investigador A / CEDERSSA

En la actualidad, el deterioro del medio ambiente representa uno de los problemas con mayor atención en la sociedad. Sus causas son de distinta naturaleza, entre ellas, el crecimiento elevado de los residuos, en especial, los sólidos urbanos (RSU).

De acuerdo con la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR), los residuos se clasifican en incompatibles, peligrosos, de manejo especial y sólidos urbanos. Los RSU son los que resultan de la eliminación de los materiales utilizados en las actividades domésticas de las casas habitación, de los productos que se consumen y de los envases, embalajes o empaques.

Se subclasifican en orgánicos e inorgánicos, con el propósito de facilitar su separación primaria y secundaria. Debido a su volumen y composición química, generan más riesgos que cualquier otro para las personas, animales, suelos, aire, mares, ríos, aguas, ecosistemas, microorganismos y todo aquello que represente muestras de vida.

Dentro de las causas que han originado el crecimiento acelerado de los residuos, principalmente de los RSU se encuentran: el aumento de la población en el mundo y su concentración en grandes urbes; crecimiento en el consumo de energía y de alimentos; proliferación de artículos de un solo uso (desechables) en el mercado; industrialización de más productos de degradación imposible; innovaciones tecnológicas que promueven la fabricación de objetos de mínima duración; aumento del consumo fomentado por las cadenas comerciales y la demanda progresiva de bienes y servicios.

Zygmunt Bauman (2019) relata la influencia que tienen ciertos medios de comunicación sobre las personas, quienes crean más desechos, creyendo que se tienen que renovar día con día. Al respecto considera:

Nuestro mundo recuerda más a la “ciudad invisible” de Leonia, de Italo Calvino, donde “la opulencia puede medirse no tanto por las cosas que se fabrican, se venden y se compran cada día […] sino, antes bien por las cosas que se tiran diariamente para dejar lugar a las nuevas”. La alegría de deshacerse de las cosas, de descartarlas, de arrojarlas al cubo de la basura, es la verdadera pasión de nuestro mundo. (Bauman, 2019) 

La separación de residuos se clasifica en primaria, que divide los residuos sólidos urbanos y de manejo especial en orgánicos e inorgánicos; y en secundaria, que separa aquellos RSU y de manejo especial inorgánicos que son susceptibles de ser valorizados. Los orgánicos son los que provienen de agentes vivos, como cáscaras, restos, plantas, vegetales y desechos de alimentos. De acuerdo con la SEMARNAT, este tipo de residuos constituyen poco más del 38% del total de RSU que se generan en el país.

Cualquiera que sea la clasificación de los residuos, contienen elementos dañinos para la salud de personas, animales, suelos, aire, mares, ríos, aguas y microorganismos; se apilan cada vez más hasta formar inmensas montañas desordenadas y sumamente peligrosas por los componentes tóxicos que despiden. En su análisis, Colomer y Gallardo (2016), estudiosos del tratamiento y gestión de residuos sólidos, dan a conocer la composición de los RSU y parte de los efectos nocivos que provocan:

Los residuos sólidos contienen, aproximadamente, 45% de material orgánico en estado de putrefacción y descomposición debido a la acción de artrópodos, bacterias y hongos causando los malos olores típicos de la basura. Esta descomposición provoca una disociación de las macromoléculas orgánicas a formas más sencillas que, o tienen estado líquido o pueden ser fácilmente arrastradas por el agua formando los lixiviados y diversos compuestos de nitrógeno y fósforo procedentes de la mineralización de esta materia orgánica. Cuando estos líquidos llegan al suelo o a una masa de agua originan contaminación que afecta a la flora y a la fauna presentes en el agua. (Colomer & Gallardo, 2016, p.47).

La situación de los RSU ha rebasado la capacidad de recolección y separación de residuos en varios municipios de distintas entidades federativas. En parte se debe a que, a pesar de que la ciudadanía se ve afectada con el problema de los desechos, se muestra cada vez más apática en coadyuvar a su solución. Al respecto, Gerardo Bernache Pérez (2015) estima que:

Los principales elementos del problema de la basura en municipios urbanos de México son: el creciente monto de residuos sólidos urbanos (RSU) que se desechan y que demandan mayor infraestructura para recolección y disposición de los mismas; los requerimientos económicos (presupuestales) para el pago de personal y parque vehicular para la recolección; la disposición final de  residuos  en  sitios, ya  que  no  siempre  se cuenta con infraestructura completa para el control de la  contaminación (Bernache Pérez, 2015, pág. 73)

Por otra parte, respecto a la incapacidad que presentan los municipios frente al problema de los RSU, Carlos Álvarez Flores (2020), experto en gestión de residuos y cambio climático, afirma que el problema reside en que los municipios son la parte más débil del acuerdo institucional de México, porque tienen menos dinero y les falta personal capacitado para llevar a cabo sus obligaciones (Álvarez, 2020).

El estado actual que guardan los residuos necesita mayor atención de los tres niveles de gobierno, dado que se requieren recursos materiales, humanos y económicos para hacer frente a la situación actual, y la convicción de proteger el medio ambiente y coadyuvar con medidas que abonen a la disminución del fenómeno y su impacto al cambio climático; ya que de los residuos también desprenden una serie de gases de efecto invernadero (GEI), como metano, dióxido de carbono, óxido nitroso y otros que se van a la atmósfera, que contribuyen al calentamiento del planeta. Molina, Sarukhán y Carabias (2017) han señalado:

Las principales actividades que genera el conjunto de GEI, esto es, el bióxido de carbono y otros más, son principalmente la quema de combustibles fósiles (73%), las actividades agrícolas y sus insumos (13%), diversos procesos industriales (6%), el cambio de uso de suelo y la degradación de ecosistemas forestales (5%), así como los residuos sólidos (3%). (Molina, Sarukhán & Carabias, 2017, p.124-125) 

En los depósitos de RSU se anidan cantidades importantes de virus, parásitos, bacterias y otros agentes patógenos que motivan el crecimiento de fauna nociva: ratas, cucarachas, moscas, piojos, pulgas, garrapatas y animales, que son los principales vectores infecciosos de enfermedades como peste, diarrea, tifoidea, paludismo, giardiasis, dengue, tifus, entre otras.

Otro de los problemas que está causando la creciente cantidad de RSU es la poca disponibilidad de territorios para su depósito, que ha orillado a que se tomen aquellos que sirven para la producción de alimentos, como espacios para la agricultura, la ganadería, la apicultura, entre otros, lo que representa un peligro para el logro de la soberanía alimentaria.

En 2016, México fue uno de los países de América Latina que más residuos produjo per cápita al día, con un promedio de 1.16 kg. Le siguieron Chile, con 1.15 kg; Argentina, 1.14 kg; República Dominicana, 1.08 kg; y Brasil, 1.04 kg (BBC News Mundo, 2018). 

En el año 2017, la SEMARNAT reportó que “en México diariamente se generaron aproximadamente 102,895 toneladas de basura, de las cuales se recolectaron 83.93% y se ubicaron en sitios de disposición final 78.54%, reciclando únicamente el 9.63% de los residuos generados” (Gobierno de México, 2017).

La atención del problema ha motivado a distintos legisladores a presentar iniciativas que abordan la situación actual de los RSU. A través del análisis, el diálogo y la concertación política buscan lograr los consensos y los acuerdos que la situación requiere, y con ello, hacer efectivo al gobernado su derecho a un medio ambiente sano, de conformidad a lo establecido con el párrafo quinto del artículo 4° de la Constitución Política, en el que haya una mejor armonía, convivencia y compromiso del ser humano con los recursos naturales, evitando en todo momento su degradación.

Fuentes consultadas
Álvarez, C. (05 de junio de 2020). Crisis ambiental en México por el mal manejo de los residuos. Alcaldes. Recuperado de https://www.alcaldesdemexico.com/de-puno-y-letra/crisis-ambiental-en-mexico-por-el-mal-manejo-de-los-residuos/
Bauman, Z. (2019). Los retos de la educación en la modernidad líquida. México: Gedisa.
BBC News Mundo. (09 de octubre de 2018). Los 10 países que más y menos basura generan en América Latina (y cómo se sitúan a nivel mundial). Recuperado el 23 de octubre de 2022 de https://www.bbc.com/mundo/noticias-45755145
Bernache Pérez, G. (marzo-junio de 2015). La gestión de los residuos sólidos un reto para los gobiernos locales. Recuperado de https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=455744912004
Colomer, F., & Gallardo, A. (2016). Tratamiento y gestión de residuos sólidos. Universidad Politécnica de Valencia.
Gobierno de la República-Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. (s.f.). Residuos sólidos urbanos; la otra cara de la basura. Recuperado el 26 de septiembre de 2022 de https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/39412/RESIDUOS_SOLIDOS_URBANOS-_ENCARTE.pdf
Gobierno de México. (10 de enero de 2017). Acciones y programas Residuos sólidos Urbanos y de Manejo Especial. Recuperado el 05 de noviembre de 2022 de https://www.gob.mx/semarnat/acciones-y-programas/residuos-solidos-urbanos-rsu
Lewis, N. (27 de noviembre de 2019). Cómo las ciudades usan la tecnología para resolver sus problemas de basura. Recuperado el 29 de septiembre de 2022 de https://cnnespanol.cnn.com/2019/11/27/como-las-ciudades-usan-la-tecnologia-para-resolver-sus-problemas-de-basura/#0
Molina, M., Sarukhán, J., & Carabias, J. (2017). El cambio climático, efectos y soluciones. FCE.
Vargas, M. (03 de abril de 2022). Publimetro. Recuperado de https://www.publimetro.com.mx/noticias/2022/04/03/cdmx-impulsan-multas-para-obligar-a-habitantes-a-separar-la-basura/

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