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“China Inundará los Mercados en este 2024”


Santiago Ginebra Campillo

A medida que este año va avanzando, la transición económica que China está experimentando se ha convertido en un destacado tema de conversación. A pesar de ser reconocida como la "fábrica del mundo", el país está buscando evolucionar hacia una economía de servicios. No obstante, seguirá en los próximos años manteniendo su relevancia como uno de los principales centros manufactureros en diversos sectores. Esto se debe a las décadas de inversión destinadas a controlar partes esenciales de diferentes cadenas de suministro, como aquellas relacionadas con el desarrollo de baterías de litio, semiconductores, entre otras. Estas inversiones le han otorgado a China una posición privilegiada dentro del escenario geopolítico global.

En las últimas décadas, China ha impulsado en gran medida su fuerte crecimiento económico a través de la urbanización de su población. Sin embargo, en 2023 se registró un hecho significativo: por primera vez en aproximadamente 60 años, la población china disminuyó, lo que plantea la necesidad de reajustar su estrategia de desarrollo. Esta nueva dirección ha llevado a una sobreproducción en relación con la demanda interna de China, lo que ha motivado la intensificación de sus esfuerzos para ingresar a diferentes mercados internacionales. Se ha centrado en la priorización de las exportaciones, lo que ha requerido de grandes inversiones en infraestructura, especialmente en la construcción de puertos, y en el fortalecimiento de más capacidad logística. Esta reorientación busca asegurar la supervivencia y el crecimiento a largo plazo de la economía china, lo que implica una mayor dependencia de los mercados externos para garantizar su sostenibilidad económica. 

La baja inflación y una moneda asequible podrían mantener la ventaja competitiva de China en sus exportaciones. Además, se espera un crecimiento continuo en los sectores en los que ya es líder mundial, como los vehículos eléctricos (EV), las baterías de litio y los paneles solares. Por ejemplo, la producción de vehículos eléctricos en China supera en diez veces a la de los Estados Unidos. En el caso de BYD, produjeron 76,800 EVs en la última semana de diciembre de 2023, mientras que General Motors montó 75,883 en todo ese año (Dunne, 2024).  

Por otro lado, Estados Unidos desde la administración de Donald Trump estableció diferentes barreras a las importaciones chinas, y ahora con Joe Biden se aprobó un paquete legislativo (Inflation Reduction Act) con el propósito de beneficiar con diferentes incentivos a las industrias renovables, siendo estas dos acciones un ejemplo de medidas públicas para atenuar la inundación de productos chinos e impulsar la industria renovable local. Mientras que la Unión Europea durante el 2023, estableció una política arancelaria a la importación de automóviles de tan sólo el 10%, frente al 27,5% que impusieron los norteamericanos (Chan, 2023). Además, las marcas como MG y Volvo, que fueron adquiridas hace algunos años por empresas chinas, han logrado entrar y convencer poco a poco al mercado europeo de adquirir sus productos con precios más asequibles, diseños llamativos y buena tecnología.  

En América Latina, y específicamente en México, se perfila como un mercado altamente atractivo para China. Esto se evidencia en el hecho de que en 2023 se vendieron en nuestro país más de 270 mil vehículos fabricados en China, lo que representó un notable 20% del total de ventas nacionales. En pocas palabras, esto significa que uno de cada cinco automóviles (eléctricos y de gasolina) ligeros vendidos en México durante 2023 provino de tierras chinas. Asimismo, en los últimos años, diversas empresas chinas han comenzado a ver a México como un territorio estratégico para establecer operaciones productivas más cercanas a los consumidores norteamericanos, con el fin de reducir su vulnerabilidad ante problemas de envío y tensiones geopolíticas. Es claro que las empresas chinas no tienen la más mínima intención de abandonar la economía estadounidense, optando por establecer operaciones dentro del bloque comercial de América del Norte como una estrategia para continuar abasteciendo a los consumidores estadounidenses con sus productos (Goodman, 2023). 

En conclusión, la transición económica que China está atravesando ha generado un amplio debate a medida que avanzamos en este año. China mantendrá su relevancia como centro manufacturero destacándose como un jugador crucial en las cadenas de suministro global. A pesar de enfrentar desafíos como el descenso demográfico y la competencia internacional, China continúa fortaleciendo sus exportaciones, especialmente en sectores clave como los vehículos eléctricos y las baterías de litio. Mientras tanto, las políticas comerciales de países como Estados Unidos y la Unión Europea están influyendo en su posición en diferentes mercados. Latinoamérica, en particular México, emerge como un mercado estratégico para China. En última instancia, China busca asegurar su sostenibilidad y crecimiento a largo plazo mientras navega por este complejo panorama económico y geopolítico. 

*El autor es Consultor en Asuntos Públicos - Candidato a Mtro. en Políticas Públicas, Universidad de Chicago. 


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