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¿El peso es fuerte frente al dólar estadounidense?


Dr. José María Chávez Peña

El dinero es una mercancía que se compra como cualquiera otra, y su precio es la tasa de interés que se paga por él. Los bancos comerciales no son más que tiendas que compran y venden dinero expresado en unidades monetarias (pesos, dólares, pesetas, quetzales, yenes, etc.)

Algunas monedas tienen gran aceptación internacional como el dólar estadounidense, dada la relativa importancia del Producto Interno Bruto (PIB) de ese país en el PIB mundial con más del 24 % (para 2023) y a que, lógicamente, la inmensa cantidad de operaciones comerciales internacionales se hacen con referencia al dólar.

El dólar como mercancía está sujeto a un mercado en donde se compra y se vende o, en otras palabras, en el que su precio es determinado, además de por aspectos puramente especulativos, por la oferta y la demanda, presentándose lo siguiente en una economía sin control de cambios o de libre flotación:

a) A demanda (D) y oferta (O) Mayor precio (P) 

b) A demanda (D) y oferta (O) Menor precio (P) 

c) D O P en equilibrio (no sube ni baja).  

En otro orden de ideas, la economía nacional puede dividirse, sin ser excluyentes, en los siguientes sectores: 

a) Privado (empresas del sector privado)

b) Público (federal, estatal municipal) 

c) Social (cooperativas, ejidos, comunidades indígenas, mutualidades) 

d) Mixto (combinaciones entre sectores). 

En lo que interesa, conforme al mandato establecido en el artículo 25 constitucional, corresponde al Estado la rectoría del desarrollo nacional para que, mediante la competitividad, el fomento del crecimiento económico y el empleo y una más justa distribución del ingreso y la riqueza, permita el pleno ejercicio de la libertad y la dignidad de los individuos, grupos y clases sociales.  

Para lo anterior el Estado cuenta, básicamente, con dos grandes herramientas:

• Política hacendaria (fiscal y presupuestal, bajo la responsabilidad de la Secretaría de Hacienda y Crédito público. SHCP).

• Política monetaria (oferta monetaria (OM): cantidad de dinero en circulación en la economía nacional, siendo responsabilidad del Banco de México (Banxico). 

Mediante la política hacendaria se determinan los montos de dinero que el gobierno obtendrá de las contribuciones (impuestos, aportaciones de seguridad social, contribuciones de mejoras y derechos); del endeudamiento público (interno y externo); y del déficit público (cuando los egresos superan a los ingresos); a su vez, se determina el cómo y en qué se gastarán esos recursos recaudados.

La política hacendaria se manifiesta principalmente en dos documentos de vigencia anual: Ley de Ingresos (LI) y Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF). La primera explica cuánto dinero se recaudará en un ejercicio fiscal y de dónde se extraerá; y el segundo especifica cómo, a dónde y a quiénes se destinarán los recursos recaudados.

La política monetaria, por su parte, se encarga de la OM en donde Banxico provee, según la demanda monetaria (DM), de los montos de recursos monetarios que demanda la sociedad en su conjunto a efecto de retirar del mercado los bienes y servicios.

El dinero siendo al fin una mercancía, tiene un precio y ese precio es la tasa de interés que los bancos cobran a las personas y a las empresas por facilitárselo. Si las tasas son muy bajas las personas consumirán más dinero y ahorrarán menos y las empresas invertirán y producirán más.

Si las tasas de interés son muy altas las personas consumirán menos dinero y quienes cuenten con efectivo, procurarán aprovechar los elevados intereses que ofrecen los bancos; las empresas, por su parte, pospondrán sus inversiones en bienes de capital y verán disminuir la demanda de sus productos por la contracción de la llamada demanda agregada (DA).

Así, la tasa de interés, fijada por Banxico en su carácter de banco de bancos, regula la demanda de dinero e impacta los niveles de producción nacional, todo lo cual se sintetiza en una herramienta macroeconómica keynesiana conocida como modelo IS-LM, en donde se relacionan los tipos de interés y la producción de bienes y servicios y, por tanto en el dinero.

Al ser ajeno al presente escrito, no profundizaremos en la explicación de las bondades y deficiencias de esta herramienta de análisis macroeconómica, por lo que solo nos quedaremos en la explicación básica expuesta, por lo que pido indulgencia al culto público.

Mediante la política monetaria Banxico, siendo su función principal conservar el poder adquisitivo del peso, regula la OM procurando no generar brotes inflacionarios al escasear o expandir la cantidad de dinero en circulación. A efecto de controlar la OM, y en consecuencia impactar al alza o a la baja la demanda de bienes y servicios puede encarecer o abaratar el dinero vía tasa de referencia (% de interés al que presta a los bancos comerciales), u otros instrumentos de política monetaria como política de descuentos, coeficiente de caja, etc.

A riesgo de ser reiterativo, cuando la tasa de interés es muy baja las personas elevan su consumo (casas, coches, viajes, estudios) pues les resulta muy barato el dinero que pidieron prestado para adquirirlos; en cambio, cuando es muy alta, bajan su consumo. Si la demanda de bienes y servicios es muy alta respecto a la oferta de estos mismos bienes y servicios, se da un desequilibrio estructural manifiesta en brotes inflacionarios al no poder satisfacer dicha DA.

La anterior situación puede llevar a un incremento de los precios de los bienes y servicios desencadenando un peligroso proceso inflacionario (como en Argentina), que resulta fatal para el poder adquisitivo de las personas que viven de sus salarios y para las empresas que subsisten mediante créditos, pero que, en cambio, quienes tienen bienes fijos y liquidez para invertir, ven incrementarse su riqueza. En otras palabras, la inflación es una transferencia de valor de quienes menos tienen hacia los más favorecidos. En tiempos de crisis los ricos suelen exponenciar sus fortunas.

En este punto es fácil comprender las razones por las que, ante la eminente presencia de un proceso inflacionario, al margen de cualquier otra medida de política económica, los bancos centrales generalmente incrementan la tasa de interés a efecto de encarecer el dinero y disminuir los niveles de consumo, lo que se traduce para las empresas en menores compras de bienes de capital o, en otras palabras, los empresarios, al igual que los trabajadores, dejan de consumir, lo que en el tiempo se refleja en menores precios ante la falta de demanda.

El incremento de las tasas de interés además de contraer la demanda de bienes y servicios incentiva la llegada de capitales que buscan aprovechar las elevadas tasas reales, que representan la diferencia entre el índice inflacionario registrado en la economía, generalmente en un año, y las nominales que pagan los bancos por los recursos invertidos en los diversos fondos e instrumentos de inversión.

La tasa real es el tipo de interés esperado una vez descontado la pérdida de valor que sufre el dinero como consecuencia del incremento inflacionario. Por ejemplo, si en el 2023 la inflación en México fue del 6% y los bancos pagaron una tasa de interés promedio en instrumentos de inversión del 11.5% anual, la tasa real es del 5.5% (11.25 – 6.0), lo que resulta muy atractiva para los grandes capitales y con riegos mínimos.

El fortalecimiento del peso frente al dólar se explica por la diferencia entre las tasas reales de México frente a la de los Estados Unidos de Norteamérica, pues la nacional es más que el doble de la de “Gringolandia”.

La revaluación del peso se debe a la llegada masiva de capitales y no a los fundamentos macroeconómicos de la economía nacional; antes bien, este presumido fortalecimiento del peso podría anunciar peligrosas presiones cuando se tengan que pagar las consecuencias de ofrecer dichas tasas. El gobierno financia su gasto con dinero muy caro.

Como país nos endeudamos al premiar con altas tasas a quienes invierten su dinero en México, mismo que en cualquier momento, ante la inevitable contracción de dichas tasas, saldrán de forma masiva provocando posibles devaluaciones con graves consecuencias.

El verdadero reto de México consiste en aprovechar la formidable entrada de capitales y lograr un crecimiento económico sólido, que a su vez permita generar los recursos para financiar los elevados montos de deuda contraídos por el gobierno.


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