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¡Guerrerenses al grito de guerra!


Lic. Brian Vicario Figueroa. Facultad de Derecho de la UNAM

Guerrero es uno de los estados más emblemáticos y hermosos de México, probablemente el que más sucesos históricos guarda entre sus entrañas; desde la época prehispánica hasta la época revolucionaria ha sido protagonista de hechos que han marcado la historia de este país, un estado en donde se derramó sangre por la patria; hoy se sigue derramando, pero por la terrible ola de inseguridad.

La entidad se encuentra en una profunda crisis de violencia que ha devastado a sus comunidades y ciudadanos. La ola de criminalidad que azota la región es inaceptable y debe ser abordada de manera urgente por las autoridades y la sociedad en su conjunto. Desde hace años, Guerrero ha sido conocido por enfrentar problemas de inseguridad, pero la situación actual es alarmante y refleja el fracaso de las estrategias implementadas por las autoridades para combatir la delincuencia.

Los índices de homicidios, extorsiones y robos se han disparado, lo que ha generado un clima de miedo y desesperanza entre los ciudadanos. Gobernantes sometidos ante los criminales, quema de vehículos a cualquier hora del día, ataques contra familiares de políticos, desapariciones de civiles, acusaciones entre funcionarios y el silencio de las autoridades es el panorama que se vive en Guerrero.

¿Por qué se está viviendo esto en Guerrero? Entre otras causas, se debe a la presencia de grupos criminales que operan impunemente en la región. El narcotráfico y el crimen organizado encontraron en Guerrero un terreno fértil para sus actividades ilegales, aprovechándose de la pobreza y la falta de oportunidades que afecta a gran parte de la población.

La corrupción e ineficiencia de algunos elementos de las fuerzas de seguridad también han contribuido a la perpetuación de la inseguridad en Guerrero. Observamos que, impunemente, las autoridades pactan con el crimen organizado sin ninguna consecuencia aparente. Es el caso de la presidenta Municipal de Chilpancingo de los Bravo, quien, pese a los videos filtrados donde se le ve reunida con el líder criminal que opera en ese municipio, sigue estando en el cargo, sin ninguna consecuencia jurídica ni política.

La falta de coordinación y recursos adecuados para enfrentar a los delincuentes ha generado una sensación de desamparo entre los ciudadanos, quienes ven cómo la violencia se apodera de sus calles y hogares. La inseguridad no únicamente tiene repercusiones en términos de pérdida de vidas y bienes materiales, también afecta gravemente la economía de la región. La violencia ahuyenta la inversión y el turismo, dos pilares fundamentales del desarrollo de Guerrero, lo que agrava la situación de vulnerabilidad de sus habitantes.

Es imperativo que las autoridades a nivel estatal y federal implementen estrategias integrales y efectivas para abordar este problema. Esto implica no solo fortalecer las fuerzas de seguridad y mejorar su capacitación, sino enfocarse en la prevención del delito, promoviendo programas sociales que combatan la pobreza y la marginalización.

Además, es fundamental fomentar la participación ciudadana y la transparencia en la rendición de cuentas de las instituciones encargadas de garantizar la seguridad de los ciudadanos. La confianza entre la población y las autoridades debe ser restaurada para lograr una colaboración efectiva en la lucha contra la delincuencia.

La inseguridad en Guerrero es una situación que no puede ser ignorada ni normalizada. La vida y la tranquilidad de sus ciudadanos están en juego, y es responsabilidad de todos, tanto del gobierno como de la sociedad civil, unirse para combatir este flagelo que asola al estado.

Solo mediante un esfuerzo conjunto, enfocado en la erradicación de la violencia, la promoción de oportunidades y el respeto por el estado de derecho, podremos aspirar a un Guerrero seguro y próspero para las generaciones futuras. Es hora de actuar y decirle un rotundo basta a la inseguridad, basta a las extorsiones, basta a los robos, basta a la violencia; los guerrerenses estamos cansados del ambiente que se vive día a día.

Históricamente Guerrero ha sido un territorio de lucha, no se sorprendan si pronto empiezan los ciudadanos guerrerenses cansados de la situación con ¡un grito de guerra!

Las opiniones vertidas en este texto son responsabilidad única y exclusiva del autor o de la autora. 


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